Maquiavelo sirvió a la incipiente burguesía, y su legado político y filosófico lo hicieron suyo los gobernantes mandaderos. No debe extrañarnos para nada que en EE UU estén causándole pérdidas económicas y desasosiego a una considerable parte de su población media, si a cabio logran alcanzar lo que se proponen esta vez.
Esta asonada crisis financiera huele a patraña. Recordemos que la curva de conducta del precio del petróleo es creciente desde hace tres (3) años, y amenaza con seguir así, y así debería seguir haciéndolo si la OPEP y gobiernos como el nuestro no caen en la trampa de la Oferta y la Demanda.
Recordemos, por ejemplo, que Venezuela durante sus tres (3) últimos años ha presupuestado sobre la base de precios crecientes para su principal fuente de recursos fiscales. Para el próximo año se habla ya de un estimado muy conservador de $45 para el barril de petróleo.
Esos estimados petroleros presupuestarios han permitido un Gasto nacional ordinario y extraordinario ajustado a niveles crecientes. Si por un error en la fijación del precio del petróleo, este bajara, como consecuencia de la recesión inducida y económica del principal comprador nuestro, tal merma en los Ingresos Fiscales nos obligaría a vender más volúmenes de petróleo a menor precio de cara a compensar las bajas provocadas por EE UU.
Esta posible respuesta de estos países bien podría ser el objetivo de esa maquiavélica estrategia financiera adoptada por la mismísima Reserva Federal de EE UU.
A tal punto llega ese maquiavelismo burgués e imperialista que han tirado por la borda su doctrina más preciada como es la del Libre Mercado. Efectivamente, la intervención descarada del Banco Central neoyorquino en los asuntos sacrolibérrimos de la banca privada no tiene antecedentes. En lugar de la invisible mano mercantil de Adam Smith apareció la mano dineraria de Bush.
Por eso, advertimos a la OPEP y al Presidente Hugo Chávez para que no permitan fuertes bajas en el precio del petróleo, ni incrementos de oferta para mejorar los ingresos globales. La fulana crisis financiera o crisis del capitalismo en USA es, por el contrario, una bien montada patraña imperialista, desesperados como están los intermediarios y principales industriales del capitalismo norteamericano, ante la indetenible y sostenida crecida en los precios de los principales energéticos mundiales.
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