La politíca exterior y diplomática de la revolución Bolivariana y sus adversos de las derechas

La intelectualidad de las derechas criollas especialista del tema, desde finales del año próximo pasado, han venido emitiendo opinión escrita sobre la política exterior y diplomática de la Revolución Bolivariana. Básicamente, los argumentos se han circunscritos a los siguientes temas: supuestas donaciones a países del Tercer Mundo y asociados a proyectos socio-económicos con base socialista; relaciones políticas y diplomáticas con los llamados países “rouge states”; Cuba, terrorismo y Derechos Humanos universales.

En ese orden, Elsa Cardozo en su texto: “Cuatro escritos, cuatro momentos”, publicado por la Universidad Metropolitana, hace referencia, entre otras no menos interesantes, la siguiente cita: “…Fomento de la política de intercambio comercial…convenios bilaterales con otras naciones utilizando el petróleo y otros minerales y productos agropecuarios…como instrumento de trueque..,” (“Programa mínimo de Gobierno” en: “1958, Transito de la dictadura a la democracia en Venezuela”, pp.137-138. Ibid, p. 17) Consideramos que es innecesario regodearnos en el texto de la cita, solo sugerimos a los Ministerios Bolivarianos correspondientes, informen públicamente como se realizan los acuerdos alcanzados en los diferentes marcos de cooperación que la República Bolivariana ha firmado con, por ejemplo, cualquiera de los países del ALBA. En cuanto a las donaciones, cualquier investigación realizada en los informes de la Cancillería venezolana durante la 4ta República presentados ante en extinto Congreso Nacional en el “Libro Amarillo”, muy probablemente, nos enseñe las colaboraciones específicas donadas a países de la Región en solidaridad ante situaciones concretas.

Ante las acusaciones, veladas unas veces, abiertas acusaciones en otras, de las derechas criollas y extra nacionales contra la Política Exterior de la Revolución Bolivariana, acusando al Gobierno del Presidente Chávez Frías de amistad, solidaridad, alianza y pare usted de referirse con países acusados por el Gobierno de George “el arrepentido” W. Bush, tales como Cuba, Irán, el pueblo palestino, podríamos citar, una vez más, el texto de Cardozo: “…No pocas veces se ha afirmado que quienes no son grandes potencias ni alientan vocación de dominación deben basar su prestigio internacional en la seriedad, en la capacidad, y en la honestidad que ponen en la defensa de sus principios…” (Marcos Falcón Briceño, Libro Amarillo, 1961, Introducción, Ibidem, p. 13) Siendo objetivos podríamos señalar, por ejemplo, la recuperación de los precios del crudo en el seno de la OPEP, el discurso de Chávez en las NNUU al referirse a la política de Washington, la dignidad mostrada ante la comunidad internacional con la decisión de declarar “persona non grata” al Embajador del Estado de Israel por las razones que son de conocimiento y rechazo internacional, la permanente actitud política en el seno de la OEA y UNASUR, como, por ejemplo, el discurso de Maduro en Panamá, acciones basadas en los principios socialistas que sustentan el cuerpo ideológico del Gobierno Bolivariano.

Una de las críticas que continuamente se le realiza al Gobierno Bolivariano y a su Política Exterior, es su relación con la República de Cuba. Nos vamos a permitir recordar que durante el Gobierno del Presidente Rómulo Betancourt, se promovió la política denominada como: “Doctrina Betancourt”. Uno de los productos de la ideología betancurista fue impulsar la expulsión de la República de Cuba de la Organización de Estados Americanos en solidaridad con las políticas que desde Washington se impusieron para la Región al sur del rio Bravo. Regresemos al texto de la doctora Cardozo: “…Reafirmación de los principios que informan nuestra tradicional paz y cooperación con todas las naciones y en particular con las repúblicas de la América Latina…Repudio a toda medida atentatoria contra la autodeterminación de los pueblos…” (“Programa…” Idem, p. 16) Así como en aquel momento del Gobierno de Betancourt se asumió una política acorde con la política ideológica de la “Guerra Fría” decidida y diseñada por “Míster X”, en el texto publicado por Foreign Affairs, de carácter anticomunista, hoy en día, la intelectualidad de las derechas criollas, regresan al “pasado no bolivariano” dictado por el Gobierno del “camarada” Bush en su “política antinacionalista” hacia Venezuela; aunque quizás deberíamos decir que los dictados del Departamento de Estado son los de promover las políticas referidas y conocidas como “dependencia” y de “sumisión” al los designios de Washington.

Recientemente, la Cancillería israelita acusó a Venezuela de ser un país terrorista por la decisión de declarar “persona non grata” a su representante ante el Gobierno Bolivariano. La acusación de “estado terrorista” implícita en las declaraciones oficiales de la Cancillería israelita es “muy grave”. Permítasenos extendernos en este punto. En las manifestaciones realizadas en Londres, en “Speaker`s Corner”, uno de los rabinos presentes quemó, a la luz de quien deseaba observarlo, su pasaporte israelita. Otro de los rabinos fue específico al señalar su oposición al “sionismo” y su adhesión al “semitismo”. Para mejor comprender, existen, básicamente, tres grupos de judíos: sefarditas, ezquenazitas y los denominados “marranos” (conversos judíos ibéricos perseguidos por la Inquisición y las políticas de los denominados Reyes Católicos). Los esquenazis provienen de Kazakastàn; mientras que los sefarditas fueron los obligados emigrados que se expandieron a lo largo y ancho del Mediterráneo. Los “marranos” son de origen sefardita. Uno de los “Robertos” escribió en texto publicado de Aporrea sobre el origen semita de los palestinos. Como ven no debemos confundir a los palestinos con los árabes ni los iraníes. Es por ello que deberíamos diferenciar los apoyos del Presidente Chávez Frías a los palestinos de aquellos de los países árabes al pueblo palestino. Es decir, en sencillas palabras, el carácter socialista del pensamiento de Chávez Frías se expresa en su apoyo a la llamada “causa palestina” que es, en última instancia, la aplicación de la política de autodeterminación de los pueblos, en este caso, del pueblo palestino, como lo sustenta la declaración de Bantung, los No Alineados, y cualquier organismo internacional respetado y respetable excepto Washington. Por cierto, ¿Por qué no se ha pronunciado la UNASUR si ya conocemos y sabemos que la OEA ¡jamás! va a decidirlo hacerlo?

ZAPATAZOS BOLIVARIANOS.

Simón Bolívar opinó sobre el “vecino del norte”. Es evidente que ha debido estar informado sobre las políticas de Estado del Gobierno de los Estados Unidos de América para el momento que decidió emitir tan importante, grave y afirmativa opinión. En principio respetamos la opinión que tengan las derechas criollas sobre el carácter “antiimperialista” de la declaración pública de Simón Bolívar sobre el Gobierno norteamericano de su época. Nos imaginamos que esas derechas criollas son conocedoras de la Historia de los Estados Unidos de América para el momento histórico en el cual se sustentó Simón Bolívar para declarar como lo hizo sobre el “vecino del norte”; dudamos que El Libertador, espontáneamente, haya decidido, por Divina Inspiración, que los Estados Unidos de América iban a ser “una piedrita en el zapato” para los países al sur del rio Bravo.

Nos permitimos sugerir a los expertos en “Imperialismo” se lean el libro de Sombart: “El burgués”. Así mismo, se sometan a la tortura de conocer sobre las guerras entre la Corona Británica y la Francia durante el siglo XVIII en la India; como también sugerimos los textos jurídicos de los Tratados y Acuerdos firmados por China a partir de la Primera Guerra del Opio en la primera mitad del siglo XIX. Cuando Lenin escribió sobre Imperialismo, consideramos, sustentó sus tesis sobre desarrollos históricos de su pasado.

Con respecto a las declaraciones de un dirigente de la derecha universitario de la UCV en un programa matinal, la izquierda ucevista obtuvo triunfos de Centros de Estudiantes en más de 10 Escuelas de diferentes Facultades en las pasadas elecciones. Seguro que Héctor Rodríguez podrá aclararle a Cesar Miguel Rondón sobre esa realidad.

Si algún miembro de la Representación diplomática Norteamérica ante el Gobierno Bolivariano participó con dirigentes políticos venezolanos en “asuntos internos” correspondientes al Estado venezolano, es una “intromisión” en los “asuntos internos” de la República Bolivariana de Venezuela particularmente que dicha reunión se celebró en un “estado asociado”, es decir, en una colonia de Washington; que dicho funcionario lo realizó con plena autorización del Departamento de Estado; y que le corresponde a la Cancillería venezolana, a través de su Embajada en Washington, presentar la “nota de protesta” con fuerte contenido ante el Departamento de Estado del Gobierno de Bush.

Gracias a José Vicente Rangel hemos conocido el origen del topónimo del “Lìdice” caraqueño.


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Miguel Ángel del Pozo


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