Henry Kissinger, Barack Obama, Chávez Frías: ¿Es posible un nuevo orden internacional de respeto?

En los tiempos cuando Kissinger era Secretario de Estado, se diseñó el “golpe de estado” en contra del Gobierno de Salvador Allende. Eran los tiempos de la Presidencia de Richard Nixon. Con Kissinger se bombardeó la capital de Vietnam del Norte, Hanoi, para presionar a los vietnamitas a un acuerdo de paz, es decir, una salida honrosa de las tropas norteamericanas de Vietnam. Con Kissinger, al mejor estilo de Metternich, finalizó la etapa histórica que comenzó con el Plan Marshall. La segunda etapa de la Política norteamericana comenzó con Ronald Reagan y su política exterior destinada a socavar al gobierno soviético con la “Guerra de las Galaxias”. Con la llamada “Caída del Muro de Berlín” se ponía fin a esta segunda etapa de la política exterior de Washington. Pero había que consolidar la “política neoliberal reaganiana” y mantener el carácter de Imperio y de la política imperialista del “poder unipolar” norteamericano; fue cuando surgió el “Septiembre negro” de la Torres Gemelas (no nos referimos al “Septiembre Negro” de los palestinos) con Bush hijo y Condoleezza Rice. El “periodo neoliberal” del sistema capitalista ha comenzado su decadencia con la “Crisis de Wall Street” de reciente fecha.   

El triunfo popular de Barack Obama marca cambios muy profundos en el Poder (Mûller dixit), en el Gobierno, en la sociedad y cultura e inclusive en la confrontación de las ideologías: socialdemócrata versus fundamentalismo seudo-religioso norteamericanos. Es evidente la influencia de los Clinton y del lobby judío en el Gobierno de Obama. En ese marco, Kissinger ha venido proponiendo en sus diferentes conferencias y escritos, sobre la base de la “Crisis global económica”, un “Nuevo Orden Internacional”. La pregunta que nos haríamos es si Zbigniew Brzezinski comulga con las propuestas de fondo de Kissinger? Si nos acercamos a la página web http://avideditor.wordpress.com/ donde se publicó la información que se transcribe “…Obama Adviser Brzezinski Says Jewish Lobby Practices McCarthyism…” (“…el asesor de Obama, Brzezinski ha dicho que el lobby judío [norteamericano] practica el “macartismo”…”) publicada el 27 de mayo del 2008, pareciera que debería haber diferencias de fondo.

Pero ¿Qué propone Kissinger para reactivar, revivir, renacer al Imperio y su política imperialista? En un texto publicado por el International Herald Tribune, el 12 de enero del presente año, bajo el título: “La oportunidad para un nuevo orden mundial” expone un análisis y hace unas propuestas realistas que son de obligado análisis. La primera perla que le da al lector(a) es “…la alternativa a un nuevo orden internacional es el caos…”; pareciera que Kissinger no se anda por las ramas. Es decir, que el nuevo orden internacional “…no aparecerá ni en el sector político ni en el económico sino cuando se establezcan unas reglas generales con las cuales los países puedan regir sus propias políticas…” y “…esas reglas se sustentarán en un sistema político internacional regulado que se mantenga en equilibrio con el [sistema] económico mundial…”, en caso contrario, es decir, si no se alcanzan los acuerdos necesarios entre los actores fundamentales del sistema capitalista que actualmente rige la economía global, entonces, escribe Kissinger, “…si se mantienen las estructuras económicas actuales en sintonía con las estructuras políticas [actuales] se regresaría a políticas mercantilistas sustentadas en unidades regionales…” ¿Kissinger estaría alertando sobre lo perjudicial del llamado a políticas proteccionistas por parte de algunos importantes gobiernos capitalistas y consumistas?

Kissinger no nos sorprende con sus tesis sobre China y las relaciones que los diferentes gobiernos norteamericanos han impulsado y que se deben mantener en el tiempo cuando las propuso cuando ejercía como Secretario de Estado. En el texto en referencia, nos comunica que el “…papel [fundamental] de China en un nuevo orden mundial es crucial…[ya que]…una relación que ha tenido un diseño esencialmente estratégico buscando un equilibrio entre ambas partes [Estados Unidos de América y la República Popular China] se ha transformado y [al mismo tiempo] ha transformado las bases fundamentales del sistema [político y económico] internacional…”  En ese orden, considera que “…el sistema económico que se acuerde, internacionalmente, dependerá fundamentalmente en los acuerdos que alcancen [los gobiernos] de China y América…”  Es tan importante que se alcance un acuerdo entre China y los Estados Unidos de América que propone que las relaciones entre ambos países se eleven a un “nuevo nivel” sustentado en los siguientes temas: proliferación de armas de destrucción masiva; energía; soluciones al medio ambiente. Kissinger además de no andarse por las ramas, apunta, certeramente, a una solución global para un nuevo orden mundial sobre la base de las relaciones equilibradas entre las potencias: República Popular China y los Estados Unidos de América.

Hemos pensado que al exponer, parcialmente, las ideas de Henry Kissinger sobre las objetivas realidades de los Estados Unidos de América en las nuevas realidades mundiales, particularmente, ante la profunda crisis del sistema capitalista post-neoliberalismo, estamos tratando de acercar al lector(a) a las políticas internacionales que sustentan la Revolución Bolivariana. La letanía de críticas de las derechas nacionales y continentales americanas sobre los acercamientos que se han propuesto y ejecutado desde el Gobierno revolucionario con la Política Exterior de la Revolución Bolivariana e impulsada, con tozuda testarudez, por Hugo Rafael Chávez Frías, a pesar de la oposición, incomprensión y desconocimiento de “tirios y troyanos”, sin excepción, ha quedado en eso: “letanía de críticas” sin fundamento nacionalista, apegadas a políticas neoliberales, apoyando actitudes reaccionarias y faltas de contenido digno y patriota.

Hugo Rafael Chávez Frías se propuso alcanzar acuerdos estratégicos con la República Popular China que, después de 10 años, es que se comienza a comprender la profundidad de las tesis que se implementaron. Las relaciones entre Venezuela y China en el sector energético son de largo aliento. Las relaciones en el campo de la Ciencia y la Tecnología, aunque no desarrolladas en su máxima capacidad, están alcanzando logros fundamentales para la importancia de la Política de Estado cívico-militar de la Revolución Bolivariana. En el campo de la genética alimentaria se han logrado importantes avances que comienzan a dar fruto a aquella idea de las mezclas de harina de arroz con otras harinas: trigo, casabe, etc. Entonces podríamos sustentar la tesis que las relaciones que se han venido desarrollando entre Venezuela y China están en concordancia con el futuro orden mundial. ¿Misterios de la Ciencia! 

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Miguel Ángel del Pozo


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