Hace 80 años estalló la crisis más dura que hubo de confrontar el modo
de producción capitalista. El jueves negro del 24 de octubre de 1929,
naufragó el mercado de valores de New York y miles de inversionistas
vieron perder inmensas cantidades de dinero en un santiamén. Fue la más
significativa crisis de sobreproducción que había conocido la joven
historia del capital. Esa explosión dentro del caos general del
sistema, fue apodada como “La Gran Depresión”, pero la Crisis que vemos
8 Décadas después, amenaza en hacer ver al '29 como un pequeño
estornudo.
Algunos datos del gran desplome de la Economía Mundial
En 1929 el mercado global apenas daba sus primeros pasos. No era aún la
internacionalización febril, sin embargo, la ligazón de los mercados
era importante y el crush del mercado inicialmente brotado en EEUU se
propagó rápidamente por los demás países capitalistas con especial
énfasis en los países capitalistas más avanzados.
En solo unas infaustas horas del 24 de octubre 13 millones de
acciones que se colocaron a la venta no encontraron a ningún comprador,
lo que ocasionó la ruina por insolvencia crediticia de cientos de
especuladores y miles de ahorristas. Pero el impacto más grave no fue
el financiero, sino la drástica disminución de la producción industrial
que entre 1929 y 1932 cayó en un 38 por ciento a escala mundial y en un
50 por ciento en EEUU. Es decir, se produjo apenas la mitad de lo que
se había producido apenas el año anterior, una real catástrofe.
La crisis demostró abiertamente la falsedad de la teoría
(metafísica) económica burguesa que hablaba de crecimiento estable y
superación de los inconvenientes sociales que están ligados
intrínsecamente al capitalismo. Sistema ineficaz e ineficiente que sólo
se sostiene por el tenaz esfuerzo de las clases opresoras
-latifundistas y burgueses- en explotar a millones de trabajadores.
Cuales son las verdaderas causas de la crisis del '29 y como se reflejan en la actualidad
La crisis del '29 y la actual son crisis son de sobreproducción y de
allí sus fenómenos subalternos como: subconsumo, fusiones, quiebras
generalizadas etc. La causa de la anárquica sobreproducción radica en
dos contradicciones fundamentales del sistema: la producción cada vez
más socializada de las mercancías versus la apropiación cada vez más
privada y concentrada del resultado de la venta de las mercancías; y a
la depauperación relativa y absoluta en la que se encuentran los
productores y la vez consumidores en masa de las mercancías que ya no
se pueden vender. Esto significa que la plusvalía no podrá realizarse,
es decir; que no se venderán las mercancías que permitan que el
empresario tenga ganancias y cubra los costos en capital variable
-salarios- y en capital constante -maquinarías y materia prima-
En este proceso, la variable clave es la tasa de ganancia, que
los marxistas con sobrada evidencia empírica aseguramos está en pleno
descenso a nivel mundial. Claro, exceptuando el caso de nuestro
capitalismo rentístico que facilita las “patrióticas” tasas de 200% y
300% todo ello debido a las distorsiones político-económicas de nuestra
estructura (im)productiva.
Ahora en el 2008-2009, cuando asistimos al inicio de la fase
depresiva dentro de la crisis sistémica del capital, vemos la forma
como los “humanitarios” empresarios finlandeses botaron al mar millones
de litros de leche de alta calidad y como burgueses brasileros hicieron
lo mismo con el café y los estadounidenses con el maíz; a fin de evitar
un desplome mayor de los precios. Lo que evidencia la gravedad de la
sobreproducción y la imposibilidad de vender sus mercancías. Lo cual
presiona los precios a la baja y reduce las ganancias. Lo anterior trae
como consecuencia, que sea más rentable destruir las mercancías antes
que regalarlas, debido a que concederlas a los millardos de personas en
situación de pobreza, haría que los precios bajasen aún más.
Solamente el alto grado de concentración y centralización del
capital ha podido frenar un poco esta tendencia a la baja de precios
gracias a una disminución drástica de la oferta. Sin embargo, para
quienes critican la teoría de la sobreproducción desde teorías
pseudomarxistas (como la de la conspiración o la de la
superespeculación financiera) es vital entender que el indicador básico
de medición empírica de la sobreproducción no radica en el stock o
inventario “congelado”. No, la esencia de la medición estriba en la
Capacidad Ociosa, es decir, en la capacidad instalada sobrante dentro
de la industria. En una entrevista que le realizamos, junto con la
holandesa Tessa Marsman, al economista belga Henri Houben, nos cuenta
sobre este respecto, que el índice de sobreproducción para la rama
automotriz europea, esta muy por encima de los 30 millones de autos
anuales. Lo cuál trae grandes costos sociales y evidencia la
ineficiencia y anarquía de un sistema que desaprovecha las capacidades
técnicas de producir lo que realmente requiere la población para cubrir
sus necesidades fundamentales en materia de transporte (autobús, tren,
trolebús etc.)
Explicaciones delirantes, conspirativas y anticientíficas de “izquierdistas” sobre la Crisis
Un compañero que asiste a las sesiones de la Cátedra de economía
política marxista abierta a todo público y que realizamos en la UBV y
la UCV, llegó con un video que “explica” la crisis, que se titula
Zeitgeist. El video era hecho por anarquistas estadounidenses que se
niegan a estudiar marxismo y tratan de explicar la crisis mundial como
una criminal conjuración de multimillonarios contra el pueblo. Este
delirio es conocido como la teoría de la conspiración. Este Detritus
Ideológico es a veces mezclado con ideas del imperialismo. Estos
pequeñoburgueses, aparte de negar absurdamente la ley del valor y la
sobreproducción, tercamente insisten en ver todas las crisis de la
historia del modo de producción capitalista, como una acción
premeditada de un grupito de banqueros y príncipes de la realeza
europea.
Ellos dicen que los capitalistas son un bloque homogéneo que
sabe cuando y como producir para no “excederse” en la oferta de sus
productos y que además controlan a su antojo la tasa de ganancia. Pero
claro, ellos no desean ganar las venezolanas tasas de ganancias de
300%, porque son unos tipos “moderados”, unos capitalistas que detestan
el máximo beneficio.
Este embellecimiento del sistema se usó para decir que por culpa
de Rockefeller y otras familias ricachonas, fue la crisis de 1929. Pero
semejante teoría -por irracional- es repetida por quienes quieren
hablar de capitalismo y se rehúsan a leer El Capital de Marx. Esta
teoría deja entrever que el sistema es esencialmente maravilloso, y se
conecta con otras ideas más pequeñoburguesas como las de Naomi Klein,
quien desea combatir el neoliberalismo con liberalismo, es decir,
criticar al capital transnacional para realzar al capital chico, PYMES,
empresas familiares etc.
Una tesis tan alocada con la conspirativa, indicaría
que el sistema es estable, que no sufre de crisis, depresiones o
contratiempos. Que no existe la anarquía de la producción, la
sobreproducción y que todo lo que se produce se vende eternamente sin
problemas. Lo que sucede –según ellos- es esa casta de diabólicos
(Bilderberg Group, Rey de Bélgica, Los Rochas, Rockefeller, Skull and
Bones), príncipes y banqueros que dominan el planeta y causan todos los
desastres (incluidas evidentemente todas las crisis). Afirmar que ellos
son dueños de TODAS las empresas importantes y que las quiebran adrede
es no tener el más mínimo temor al ridículo. Con una proposición así,
la solución a los males del sistema sería tan simple como matar a los
300 maldicientes dueños del mundo y dejar que el armonioso capitalismo
de pequeñas empresas (Naomi Klein) reine en la tierra. Solamente la
derrota tremenda del movimiento obrero a nivel mundial y la victoria
esplendorosa del anticomunismo más enfermizo, puede ser caldo de
cultivo para una metafísica tan atrasada y chapucera como la de la
conspiración y sus variantes.
Algunos datos de la crisis del '29 y la que inicia en el 2009
Si volvemos a la crisis del ’29, notamos que a pesar de ser el
epicentro el estallido de la burbuja financiera, no es esa la causa
sino la consecuencia de un proceso de sobreproducción, en el cual hay
excesiva cantidad de capitales que no logran reproducirse -acumular- y
que son lanzados al ruedo de la especulación de casino -Keynes sic.-
Así, vemos que el aparato reciclador de plusvalía -el banco- es de las
primeras ramas comerciales que empiezan a quebrar en masa. Por ello, en
el ‘29 se fueron a la bancarrota 9000 bancos, y ahora -2009- se prevé
que sólo en EEUU quiebren 6000. En las finanzas es donde se muestran de
forma más cruda los problemas del capital, pero ese sector es, como
diría Henri Houben, apenas la piel del capital o una parte
sobrevalorada del proceso de acumulación donde no se genera valor y
sólo se redistribuyen las ganancias provenidas del corazón del sistema:
La producción de bienes.
En la Alemania de 1930, la producción industrial disminuyó en
58%. Pero hoy según mi amigo Stefan Engel del PCML de Alemania, la
producción manufacturera en ese país se contrajo en 32,5% y la
automotriz bajó un 31,5%. Un “análisis” liviano indicaría que:”La
crisis del 29-34 fue peor” Pero no, los capitales que ahora se han
perdido son al menos decenas de veces más elevados que los evaporados
en el ´29. Época donde había muchos sectores de la economía atrasados
que estaban lejos de integrarse a al mercado global. Por ello, al
apenas estallar los inicios de la crisis 2008 vemos que la producción
industrial mundial decreció en 20%, la venta de autos bajó un 25% y la
de acero en un 30%.
Hay datos que evidencian la gravedad de la depresión dentro de la
crisis sistémica del capital con suma claridad y muestran la magnitud
de las bancarrotas a nivel global. El grupo financiero estadounidense
CIT, especializado en préstamos para pequeñas empresas se declaró en
quiebra (2 de noviembre de 2009). La CIT tiene activos valorados en
71.000 millones de dólares y su bancarrota se constituye en la quinta
quiebra más grande en la historia de Estados Unidos, después de la de
Lehman Brothers (2008), Washington Mutual (2008), WorldCom (2002) y
General Motors (2008). Nótese que salvo World Com (donde el grupo
Cisneros perdió mucho dinero) las más grandes quiebras se han dado en
estos dos años de inicio de la depresión.
Lo expuesto anteriormente explica los millones de empleos que se
perderán, como consecuencia natural de las más fuertes depresiones del
sistema capitalista dentro de su acontecer sistémico -Anwar Shaikh
contabiliza 150 ciclos del capitalismo en EEUU-.
Soluciones viejas para problemas muy antiguos que los empresarios nos tratan de disfrazar
La crisis es sistémica, no es “fabricada” en las salas de té del Rey de
Holanda ni por los dueños de inmensas corporaciones. La crisis no es
financiera, se desarrolla en el sector industrial, no se restringe a la
economía de “papel”. La crisis no llegó “ahora” al sistema, el sistema
es caótico y subsiste en el medio de una perenne crisis: alimenticia,
productiva, ecológica, ética, cultural y por supuesto socio-económica.
Dentro de la crisis hay caídas y auges relativos en los cuales jamás
mejora sustancialmente la calidad de vida del trabajador y estas crisis
con sus altas y bajas son la constante de cada día en el capitalismo.
En los estallidos depresivos el Estado no interviene para ayudar
a los pueblos, sólo lo hace para tratar de rescatar la tasa de ganancia
de sus empresarios, es decir, facilita las condiciones de explotación
para ayudar a su burguesía. Las “nacionalizaciones” o millonarias
compras del estado; son un premio redondo para los gerentes y dueños de
fabricas y bancos corruptos. Solo queda un camino para ponerle fin a
la crisis para siempre, La Revolución Socialista; el acto donde los
opresores dejan de oprimir y los explotados empiezan a dirigir la
sociedad de manera planificada con el único objetivo de satisfacer las
necesidades fundamentales de toda la población.
*Manuel Sutherland (Ccs. 04-11-2009) Coordinador de Formación de
la Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM)
http://www.simon-bolivar.org