Cada vez se hunden más

Pildoritas 348 (año 02)

Cuando Chávez mencionó la máxima latina: “Si queremos la paz preparémonos para la guerra” de seguidas los medios, en una demostración de su parcialidad, falta de objetividad, profesionalismo y ética, tergiversando lo expresado por el Presidente lanzaron al mundo la especie de que “ el dictador” estaba llamando a la guerra contra Colombia, y por supuesto en ese país donde los medios se pelean con los de aquí a ver quien miente más, quien convierte en amarillismo, lo que creen, cada expresión del presidente más legitimo del Continente, una veta para explotar en función de sus aviesos y rastreros intereses, al servicio, allá de un gobierno, que debería avergonzar a cualquier demócrata, por ser un régimen arrodillado a los planes imperiales de dominación de toda América y aquí una prensa mercenaria, comprada, apátrida que todos los días hace lo imposible por volver a quitarnos la patria y devolvérsela a la potencia extranjera que hasta hace apenas once años, nos explotaba como le daba la gana.

Pero resulta que cada cosa que hacen, cada cosa que dicen se les cae tan rápidamente como quien voltea una arepa, y apenas hace unos días Obama, al recibir el Premio Novel de la Paz, que si tuviese vergüenza lo mejor que pudiera haber hecho era rechazarlo, en cambio sin tan siquiera emular a Chávez,” sin querer queriendo”, cual El Chavo, lo que dijo, exactamente fue: “Los instrumentos de la guerra tienen un papel que desempeñar para mantener la paz”; entonces que no me vengan a decir que ésto, en castellano puro, no es lo mismo a lo que Chávez se refirió, al repetir la máxima latina, y queda supuesto que una vez terminada la guerra lo que viene es la paz, pero ¿a qué costo?, muerte, hambre, desolación, atraso, pobreza y todo ese rosario de males que conlleva el uso de la fuerza, en lo que el país de Obama se lleva medalla de oro.

Pero claro, de lo injustificado del premio, de las aseveraciones del mandadero del imperio que es Obama y de cómo justifica la guerra y hace todo no solo por mantenerla, sino por incrementarla, en los frentes que encontró al llegar al poder con un porcentaje de votos nunca visto, de eso la prensa lacaya no dice ni pío; a lo expresado por Chávez, en cambio, le dedicaron programas y paginas enteras, colocando en la boca del Jefe del Estado expresiones impensables en un ser de la talla del Comandante.

Ese comportamiento ya típico de los medios es lo que cada vez los hunde más en el subsuelo de la incredibilidad.

yuviliz40@hotmail.com

EXCELENTE APORTE

El siguiente texto es de la autoría del Doctor Felipe Guzmán, médico gastroenterólogo venezolano, Vocero de CONAMEV. Me pareció excelente y apropiado, ahora cuando de boca, del mismísimo Presidente se habla de la necesidad de dar fin a una práctica diabólica, en la que, para que algunos acumulen riquezas, se juega con el dolor y la vida de muchos seres humanos. Lo incluyo en las pildoritas de hoy, autorizado por el autor, y porque me parece importantes que los lectores tengan una opinión de una fuente que está muy cerca del problema.

“HCM PRIVADOS

Herramientas de la Corrupción Médica.-

Por: Felípe Gusmán

El plan neo-colonizador en que se inspiró durante los años 90 John Williamson, padre del Consenso de Washington para dominar a la América Latina, contemplaba en forma evidente 10 medidas económicas. Digo en forma evidente porque sin duda alguna, no podía plasmar dentro del listado de medidas, a la corrupción; aliado fundamental del dinero para someter a los pueblos y gobiernos.

Este plan se nos vendió como el mejor programa económico, que los países Latinoamericanos deberíamos aplicar para impulsar el crecimiento. Tampoco nos dijeron que era el crecimiento del imperio, no de nuestros ya estragados pueblos. Así la cuarta república no solo lo compró, asumió, implementó y reprodujo, lo asimilo como suyo.

Estos fundamentos, sin duda económicos, tenían un profundo sustento ideológico, que en forma inmediata, pasaron de una propuesta local a una propuesta global, pariendo así al neoliberalismo.

La privatización y la desregulación fueron de la mano con el “derecho a la propiedad, al libre mercado y el perverso juego de la oferta y la demanda”, conspirando contra la salud pública. La dimensión de la Salud se trastocaba y pasaba de ser un derecho fundamental, a una mercancía. Este plan se transversalizó, iniciándose así entonces, la privatización no solo de la salud, sino que también, la educación, seguridad, servicios públicos y pare de contar. Sino, pregúntenles a los argentinos.

Desde noviembre de 1989 cuando Williamson formuló el documento “What Washington Means by Policy Reform” (“Lo que Washington quiere decir con política de Reformas”) transcurrieron 10 años, hasta que llegó la Revolución Bolivariana , referente mundial esta última, para el rescate de la humanidad y la transformación integral del ser humano, ante la avanzada del neoliberalismo salvaje. Ya el mal estaba hecho. La inversión de las camas y la oferta de servicios del sector público de la salud, no tardo mayor tiempo en pasar al sector privado; detrás de ellas la conciencia y la dignidad de muchos y muchas colegas, también.

Situación que hoy combatimos y que tanto disipa los grandes esfuerzos de Chávez y del gobierno revolucionario, para poder rescatar el sector público de la salud, para garantizar así, plenamente este derecho al pueblo.

Se privatizó, mercantilizó, corrompió y pervirtió el acto médico. Se convirtió en un medio par acumular fortuna. En este juego perverso, el papel de los HCM es fundamental. Los medios de comunicación hicieron su aporte y, sacaron y siguen sacando su buena tajada, con la mediática alienante de la mano de las trasnacionales de la farma-industria, la tecnología de punta y los jerarcas de la iglesia. Esto cuenta con la bendición y la complicidad del gremio y sus instituciones.

Dentro de las prácticas perversas del capitalismo, con su eufemismo descarado presentó a los HCM, como un logro de la lucha de clases, como una reivindicación laboral, tratando de edulcorarlos, ya que como despreciable expresión de exclusión social y de la privatización de la salud que son, no resultan fácilmente digerible. Así, los trabajadores fueron suicidas de sus luchas laborales, cómplices inocentes con el fraccionamiento del salario y condenaron a muerte, la digna jubilación y pensión de vejez, que por legítimo derecho corresponde.

Los mercaderes de la salud son aliados del imperio y enemigos de los pueblos.

Son corruptos que corroen los cimientos morales y éticos de las generaciones por venir y, condenan al oprobio a la especie humana”


felipeguzman17@yahoo.es


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Saúl Molina Z


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