Anglosajones hasta para ponerse cabalísticos estos engendros imperialistas al lanzar su miasma mediática. Ahora, viendo que los alimentos descompuestos no impresionan, tratan de alborotar con fotos de cadáveres en una morgue intemporal como fatal alegoría de su visión de país y por más que quieran achacársela a la Revolución, solo queda un pasquín donde se reproducen horrores que harían temblar a Jason, el desquiciado asesino de Hollywood, tal vez “héroe” de más de un paramilitar con motosierra.
La danza de la muerte une a todos los zombies de la mediática. Deambulan en búsqueda de incautos a quienes darle un mordisco fatal que los convierta a su causa. Bobolongo siente que alcanzó su nirvana mediático con la dantesca primera plana del pasado viernes 13. Como esos famosos asesinos en serie de las pantallas gringas, comete el crimen y luego reta a las autoridades a atraparlo, creyéndose superior. Vaya renombre el que ha adquirido este fenómeno de mazmorras.
Ya goza de un apodo que es un ideograma de su estulticia y ahora, al querer presentar al País como una pesadilla en la calle Elm, le agrego el apellido para redondear la noción de lo que un ser tenebroso como MHO es capaz de hacer en su saña contra un proceso de cambios pacífico, al cual tilda de dictadura. En realidad, la democracia los asquea y él no es más que uno de muchos espectros de la derecha criolla que anda revuelta con la reunión Chávez Santos.
Los capos de la Sociedad de Inmundicias Periodísticas se apiñan para celebrar la “demostración de pornografía” prometida por Bobolongo Krugger. Previamente, como si se tratase de una promoción cinematográfica, el nauseabundo trío de “Buenas Noches” anunciaba el titular del día siguiente, con fruición de buitres ante la carroña. Cuan muertas están sus imprentas, sus almas y sus conciencias. Muy a su pesar la Patria vive, la Revolución avanza.
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