Estimado: exgobernador Pablo Pérez, lo primero que tenemos que informarte con lentitud procesal es que, estamos desesperados y lánguidos por falta de tu calor económico que auspiciaba el compromiso de mantenernos en contacto sincero con toda lealtad a tu sana política de la que hemos quedado en un corri-corri entre tercera y home al ser descubiertos de tu “bendita” ayuda que nos mantenía en el juego de extra inning de las expectativas cada mes en que recibíamos: los “cuarenta palos” sin tocar la bola oculta que salía de la gobernación del estado Zulia.
Por demás está decirte que quedamos viendo: el cielo distante y estrellado y, si no fuera por “Buenas Noches”, andaríamos en un “vacío de poder adquisitivo” sin ganas y, ha sido tan inoportuno tu pérdida administrativa que Carla tiene y anda con un leve “patatús irónico” de desgano que tiembla distraídamente al son que le toquen cuando busca y no hay nada en su cuenta que salde su angustia y, la voz se le dispersa sin saliva de beca alimentaria a la que se acostumbró con el fin de darte “auxilios” calenturosos que te mantenía a “fuego lento” sin palpar negativamente tu acción gubernativa en nada criticable.
Yo: en cambio Pablo quedé estancado, ya que me metí en una acción de gracia de gastar a manos llenas, acelerado sin detenerme en octanos y hasta un liquilique de tres colores me mandó a hacer mi mujer con tu figura presurosa, metiendo el dedo de tu fama en una sopa instantánea en que te ves suculento soplando el Catatumbo y, sin voltear atrás me di la buena vida de comer sin cubiertos y volar en órbita precisa de sosiego al precio que fuera, total es que, los cuarenta palos de tu ayuda, llevaron palos y me daban el placer de estar donde quería que ni Nelson Mezerhane ni Guillermo Zuloaga lo han hecho sin escarbar en lo mío que jamás toqué por recrearme con los “tuyos” que eran el agua bendita que, siempre me he ganado en mi profesión personal y que Globovisión me explota a su manera.
Y, de la noche a la mañana después del 16-D nos has dejado Pablo en una “peladera inconstitucional” tan brutal que mi media costilla que gastaba y gastaba a lo Rockefeller, ahora anda rezándole con “sumisión apátrida” a san Inocencio a ver si atracamos en otro puerto que no haya control de divisas ni Rayos X.
A Carla la veo todas las noches en el canal en que nos sacan al aire y, carga una desavenencia bien inflamada de angustia sintonizada con una sinusitis privada que, le da por roncar cuando debe hablar y tiene de arma un palo escondido para cuando se presente una nueva piñata que no sea chavista.
A Capriles, Pablo le hemos pedido y, no afloja nada, parece de izquierda como un Castro-comunista y, sólo a ella (Carla) le tira besos esporádicos y, a mí me vacila, pidiéndome además, que me monte en al autobús del futuro sin compromiso ninguno y tú bien sabes que yo con esa gente de PJ no corro cien metros ni con garrocha y más ahora que los agarraron con las manos en la masa de la corruptelas –según Diosdado.
Amigo Pablo –quizás amigo del alma- hemos entrado en una era en que mejor es callar al tener que meternos el rabo, el rabo de la desvergüenza sin picardía en el hemotórax del silencio cómplice –tú sabes más de eso que yo –sin duda. Y te comento que, “Buenas Noches” va palo abajo después que, perdiste y perdimos tu sustancioso cambur de beca que nos puso a soñar como ricos burocráticos y, tuvimos a pasos milimétricos de la burguesía.
Abrazos sólo nos queda darte al dejarnos a la intemperie con nuestras inconformidades descubiertas de sosiego y de paz y, lo otro que se me olvidaba decirte, es que, Roland Carreño está furioso contigo y te odia con una alegría indescriptible por no tirarle una línea recta cuando te puso su amistad bombita y no entró en nómina –lo desahuciaste.
Siempre amigos.
estebanrrojas@gmail.com