Es un lenguaje de metáforas haber titulado que la gasolina se echa con gotero, así justificó la directora del Diario 2001 Luz Mely Reyes en una entrevista concedida a Unai Amenabar en Unión Radio. También fue entrevistada la periodista que escribió la noticia, quien salvó su responsabilidad del titular que apareció en primera página, en la parte superior derecha, con letras negras y rojas. Pues bien, el análisis superficial de este hecho que generó el reclamo del presidente Nicolas Maduro, evidencia por qué los medios son responsables del clima de hostilidad que existe en un grupo de venezolanos, minoritario, pero violento. De allí la metáfora de quien firma este artículo de opinión al señalar que el famoso titular fue escrito con cianuro. En primer lugar, el gobierno nacional viene denunciando una guerra económica en la que se utiliza el acaparamiento y la especulación para desestabilizar el gobierno, ¿paranoia, cortina de humo para esconder ineficiencia?, alguien puede alegar tales razones, pero el gobierno también tiene antecedentes para denunciar que estos mecanismos se usan, existe el precedente del golpe de estado del año 2002 y documentos desclasificados de la CIA en los que explica como los medios utilizaron esas informaciones para provocar el golpe de estado en Chile en 1973.
Pero volvamos al tema, en segundo lugar, ni la periodista que escribió la nota, ni la directora que redactó el titular, pudieron afirmar, sostener o comprobar, que la información era cierta, lo que es peor, los argumentos de la periodista revelan que los usuarios consultados le aseguraron que entre lunes y viernes el servicio era normal, jamás tuvo información oficial de que mermaba el suministro de gasolina y llama la atención que ni la periodista ni el diario, hayan considerado el elemento del contrabando de gasolina, que sí es un hecho y que incluso detuvieron un camión de empresas Polar llevando gasolina de contrabando. Quizás era un elemento fundamental para que la periodista en su ardua investigación sobre el suministro de gasolina abordara el contrabando como posible causa de algún eventual problema en el suministro de gasolina, como sucede en los municipios mineros del estado Bolívar. Pues no, la periodista en su investigación ignora la lucha contra el contrabando de gasolina, quizás porque la ardua investigación en el Diario 2001 se hace en una mañana, como argumentó la periodista cuando dijo que le pautaron las 10 estaciones de servicio en la mañana y para la tarde ya tenía la profunda investigación.
En todo caso, la noticia en cuestión no tiene dolientes en el periódico, nadie se indigna porque dijo la verdad y defiende sus fuentes y sus informaciones como un hecho demostrado, no existe argumento alguno en este sentido, por la sencilla razón de que no es verdad, la noticia era falsa, en consecuencia, la inocente metáfora del titular que no debió causar reacciones tan desproporcionadas según la directora del diario, también era mentira, no por metáfora, sino porque describía o dibujaba un hecho ficticio, inventado en el Diario 2001.
En tercer lugar, si la noticia era mentira, si nadie en ese periódico podía demostrar lo que estaba titulando en primera página, porqué abrir con una noticia que puede causar angustia, molestia o por lo menos confusión en la colectividad. Peor aún, ni la periodista, ni la directora del medio, reflexionan o piensan en las consecuencias de sus actos, es decir, lo que puede causar una noticia falsa, mal enfocada, poco investigada, que no pasó por el mínimo rigor de un periodista que es confirmar la información con diversas fuentes. Pues bien la periodista argumentó, eso fue lo que me dijeron y punto, es decir, eso es lo que hay. Pero hay más, la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, asegura que recibieron la denuncia de que una noticia orientada para generar angustia con el suministro de gasolina saldría en un periódico nacional, y así ocurrió. La Fiscal asegura además que recorrió las estaciones de servicio mencionadas en la nota, y confirmó que la información era falsa. La directora del medio, cuando es entrevistada por el periodista Unai Amenabar, jamás asume la responsabilidad de la noticia falsa, no repara en las consecuencias que puede ocasionar la difusión de una información falsa, ella considera que se le amenaza con cárcel por un titular, y no está en cuenta de que se le investiga por difundir una mentira que puede generar angustia en la población. Mientras, el periodista Unai, se esfuerza en opinar y burlarse del gobierno pero jamás plantea las preguntas de rigor obvias, ¿es cierta o no la información, consideró la directiva del Diario 2001 las consecuencias de difundir una noticia incierta?, en todo caso la noticia era la opinión de unos operadores de servicio de gasolina, pero la manera como se presenta no es así, y la relevancia que se le da tampoco aclara que es una opinión. Esta intención del periodista Unai, que es frecuente en sus entrevistas, de opinar y burlarse, es lo que impide un mínimo de diálogo y achica los espacios para informar con responsabilidad lo que la ciudadanía requiere saber para sacar sus propias conclusiones.