I
Luego de varias lecturas que me han servido como fuente de información, he querido verter algunas reflexiones sobre el periodismo actual. Ya he hablado con mi nieto Juan, quien aspira cursar estudios universitarios de Comunicación Social, acerca de la importancia y necesidad de una sólida formación en todo el ámbito de la cultura general: histórica, literaria, económica, geopolítica, geográfica… Le he dicho que, en la formación pre y posgraduada de los periodistas, habrá de impulsarse el desarrollo de áreas de especialización. Para los temas internacionales, se requiere una sólida preparación histórica.
En este preciso momento histórico, deben darse propuestas para un debate que se hace impostergable. Por delante debe establecerse el compromiso institucional de ofrecer a los periodistas información rápida y pertinente. Corresponderá a los encargados de cubrir el área específica, poseer oficio, entrenamiento como investigadores, corroborar la veracidad de los datos y las repercusiones de las medidas. Órganos como el BCV, el Instituto Nacional de Estadísticas, el Ministerio de Hacienda, de Finanzas, de Petróleo, de Agricultura, de Comercio, de Industrias Básicas, etc., no pueden, no deben, retardar y menos evadir la entrega de la información oportuna y veraz a los periodistas que cubren esas fuentes.
En el ámbito de la economía, es indispensable para el periodista un dominio conceptual que permita descifrar las expresiones del neoliberalismo vigente y entender la esencia de su insalvable contradicción con el proyecto social venezolano. En esta dirección, importa el estudio a fondo de las corrientes universales del pensamiento político, donde las nociones de marxismo que, en su sentido esencial, están muy lejos de la obsolescencia a pesar de la evolución sufrida por el capitalismo desde los tiempos de Marx. Destaca entre ellos el vínculo entre política, economía y sociedad. Les llamo la atención sobre la necesidad de hurgar con interés las lecturas de lo publicado por Atilio Borón, James Petras, Noam Chomsky, Juan Eduardo Romero, Fernando Buen Abad, Ignacio Ramonet, Eleazar Díaz Rangel, Luis Britto García, Luis Damiani, Roger Perozo, Clodovaldo Hernández, Carola Chávez, Earle Herrera, Fabricio Ojeda, José Vicente Rangel, entre muchísimos otros.
II
Hay que tener muy en cuenta los efectos del cambio climático, los temas de ecología requieren espacios de creciente especialización. Debido a que ya se están sintiendo los efectos del cambio climático, este tema ya es prioridad en las agendas de casi todos los países del mundo (como se evidenció en el acuerdo de la COP 21 de París en el 2015). Tan es así la importancia y la urgencia de este tema, que en las discusiones para enfrentarlo no solo se debate de cómo reducir sus causas (mitigación) sino también de cómo prepararnos para sus consecuencias (adaptación).
Antes que comunicólogos, los periodistas tienen que tomar conciencia de que son hacedores de cultura en el sentido antropológico del término. Un lenguaje permanentemente pedagógico es obligación ineludible del buen periodista, del periodista realmente culto. El periodista está, por ello, ante el centro mismo de un batallar contemporáneo que se libra mediante la construcción de imágenes y de expectativas. Para superar el simple corta y pega, tan frecuente en materiales a los que accedemos todos los días, necesitan los periodistas disponer de capacidades narrativas y de vías que faciliten un análisis interdisciplinario de los fenómenos. El verdadero periodista, por tanto, ha de ser un intelectual de cuerpo entero, atento a los cambios que se producen en el mundo, profundo conocedor de su historia y con capacidad para convocar a un debate abierto a especialistas entrenados en otras disciplinas.
El periodista es uno de los constructores del gran relato de la contemporaneidad, aunque para profundizar en el ejercicio de la crítica tendrá que apelar al conocimiento y a la experiencia de otros. Así, entre todos, se pueden encontrar las explicaciones pertinentes, por ejemplo, acerca de nuestros insuficientes resultados en la producción petrolera, del pobre papel del empresariado industrial y agroindustrial venezolano y por ende de la carencia de una manufactura autosuficiente, acerca del papel de los intermediarios en el alza de los precios, de la conducta abusiva de los comerciantes, tanto mayoristas como minoristas, sometidos muchas veces a la explotación de su fuerza de trabajo por los propietarios de los medios de transporte y del sector bancarizado. En la realidad, las cosas no suceden porque seamos ángeles purificados enfrentados a demonios con olor a azufre, sino por obstáculos interpuestos en el adecuado fluir de la cadena puerto/transporte/economía interna.
III
El periodismo es considerado por algunos autores como el "cuarto poder" de las democracias occidentales, después del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Como contraparte, el periodismo, en algunos casos es una profesión con riesgos; muchos periodistas han encontrado la muerte en el ejercicio de su profesión. En el actual conflicto sirio, desde 2011hasta hoy, más de 200 periodistas han encontrado la muerte
El periodismo creó, por sus necesidades de rápida lectura y comprensión y su supuesta neutralidad, un estilo redaccional que ha nutrido a numerosos escritores, los cuales formaron parte de sus planteles y se destacaron en sus columnas. Además ha creado prestigiosos y serios comentaristas de la vida social y política, vistió sus páginas con buenos humoristas y dibujantes; ha desarrollado desde el proyecto costumbrista hasta la investigación documentada.
Situación de los periodistas en el mundo
En el mundo, en países de régimen “democrático”, el trabajo periodístico suele estar protegido por la ley y por la constitución, como es el caso venezolano. Esto incluye, muchas veces, el derecho del periodista a preservar en secreto la identidad de sus fuentes, incluso cuando sea interpelado judicialmente.
El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece normas para la libertad de expresión y de prensa. Además de las normas jurídicas que regulan la profesión de los periodistas, estos mantienen un compromiso ético con la sociedad que se concreta en la llamada deontología profesional periodística. Se trata de una serie de normas recogidas en códigos deontológicos que cada empresa o asociación elabora según sus propios criterios.
IV
La Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas de la Federación Latinoamericana de Periodista, Felap, posee como objetivo investigar, monitorear y denunciar los crímenes sobre periodistas en América Latina, en esta labor el secretario ejecutivo de esta Comisión es el periodista chileno Ernesto Carmona. En su informe del año 2012, entregó los antecedentes de 45 periodistas asesinados. En México y Colombia, en lo que va de siglo XX, más de 300 periodistas han sido asesinados.
Además, según la organización Reporteros Sin Fronteras, en 2006 al menos 81 periodistas fallecieron en el ejercicio de su trabajo o por expresar sus opiniones en veintiún países. Hay que remontarse a 1994 para encontrar una cifra más alta. Aquel año encontraron la muerte 103 periodistas, de los que casi la mitad murieron en el genocidio de Ruanda, cerca de una veintena en Argelia, víctimas de la guerra civil, y una decena en la antigua Yugoslavia. También destacan que murieron 32 colaboradores, al menos 871 periodistas fueron detenidos, 1472 agredidos o amenazados, 56 secuestrados y 912 medios de comunicación fueron censurados. Esto sin mencionar las decenas de periodistas asesinados por las bombas de EE.UU. y la OTAN en Afganistán, Irak, Libia, Siria, y muchos otros países. Periodistas con vasta experiencia pueden contribuir con alto vuelo en la formación de nuestros jóvenes aspirantes a comunicadores sociales, que tanto necesitan de mensajes orientados hacia un nuevo periodista más veraz, más investigativo, más creativo, más ético.