De un tiempo para acá he notado que el número de artículos y declaraciones en contra del Gobierno Bolivariano en diversos medios de parte de chavistas ha aumentado considerablemente. He pensado mucho sobre esa situación y he tratado de buscarle una explicación. Concluyo que hay un sector del chavismo que sufre del mismo mal que amplios sectores de la oposición: la frivolidad.
Nuestro sistema educativo se ha encargado de formar doctores ignorantes. Los centros educativos, en su mayoría, se han dedicado a la enseñanza, a la instrucción y han dejado de lado su misión de educar. La formación política fuera del ámbito formal es también escasa. Los partidos políticos de izquierda pareciera que abandonaron la formación de jóvenes, los liceos y las universidades parecen más “shopping centers” que casas de estudio. En las reuniones en ambientes públicos se dedica poco tiempo a temas inteligentes. Incluso en el campo del chavismos hay algunos que piensan que se pueden formar revolucionarios, moldear conciencias, en talleres de ocho horas. Algo así como cocinar carotas en una olla de presión o preparar una sopa “Maggi”.
A falta de argumentos teóricos, de profundidad en el análisis de la realidad, del predominio de la pobreza intelectual, del rechazo al conocimiento y a la formación rigurosa, se hecha mano a la crítica frívola. Una crítica que no pasa del chisme, de la queja, de la denuncia sobre asuntos menores. Una crítica que nunca toca asuntos de fondo, claro no los puede tocar, es incapaz de llegar al fondo porque no tiene con que. Los críticos de pacotilla no pueden ir más allá de denunciar uno que otro corrupto sin fundamento, que hay huecos en la calle tal o cual, etc. Los críticos de pacotilla además son cobardes, porque no tiene el coraje de criticar seriamente las ideas centrales propuestas por Chávez, sólo disparan sus dardos envenados contra funcionarios de segunda categoría o uno que otro ministro(a).
Resulta que criticar al Gobierno está de moda. Eso es una muestra de una gran debilidad intelectual de amplios sectores de izquierda y de muchos que nunca antes habían pensado en ser de izquierda. La crítica se dirigirá a los asuntos de fondo en la medida que mejoremos nuestra formación política y científica. La ciencia, el conocimiento, el estudio disciplinado son necesarios para la construcción del socialismo.
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