La conmemoración del “Día de la Dignidad Obrera”, debido al sacrificio personal de un grupo de obreros-dirigentes norteamericanos en Chicago, para vergüenza del “liberalismo globalizado e imperialista”, ha permitido a la clase trabajadora internacional enviar un mensaje claro y directo a la clase empresarial capitalista. Ha salido a las calles, el movimiento obrero, a lo largo y ancho del globo terráqueo para expresar diferentes consignas, aspiraciones, protestas, ideas y luchas con altas voces y puños alzados y curtidos por el trabajo cotidiano en el campo, las fábricas, amas de casa, buhonería, oficinas, transporte, servicios públicos, intelectuales, burocracia, empresariado pequeño y medio, migrantes, pueblos originarios y, principalmente, desempleados. Ha sido un mensaje claro, transparente y diáfano, que debe, obligatoriamente, ser tomado en cuenta por “tirios y troyanos”.
Hugo Rafael Chávez Frías ha hecho un llamado a la “unidad” de las “fuerzas por el cambio” a nivel nacional. Su llamado no significa, solamente, “ir agarrados de la mano cantando la Internacional”, sino ha sido un serio llamado a la “unidad” de todos(as) aquellas personas que consideran que ha llegado el momento real de realizar la “Revolución Latinoamericana”, con propias características históricas e ideológicas, empezando “por casa”. No se trata de “copiar modelos” sino “aprender” de sus experiencias; de sus praxis; de “sus aciertos y errores”; buscando “nuestro propio modelo” con las características nacionales de cada componente socio-cultural e histórico de cada país de la Región. ¡Tamaña tarea!
Toda Revolución tiene dos (2) frentes: el interno y el externo. Ambos, en diálogo dialéctico, deben estar en “cuasi-perfecta” sintonía. Pero ello no significa sacrificar y/o priorizar el uno sobre el otro. Es el equilibrio y la compensación mutua que en “evolución y perfectibilidad” van “creando caminos espinosos” que ponen en “prueba” el ·espíritu revolucionario” de cada uno de los comprometidos y participantes con el “proceso revolucionario” sea en Venezuela, Chile, Costa Rica o Méjico (por nombrar).
El “frente interno”, concretamente para Venezuela, es fundamental y, especialmente, para este “momento histórico” que vive la Revolución Bolivariana. En primer lugar, hemos dejado atrás la experiencia del 2-D. Ese “infantilismo de izquierda” (JVR, dixit) ha producido dos realidades: “objetivar” el momento de la Revolución Bolivariana; y, diseñar las ideas que van a sustentar la próxima fase de la Revolución Bolivariana; por tanto, la estructuración y consolidación del PSUV; las “ideas” a promover para educar las llamadas “masas revolucionarias”; la toma de conciencia de los factores de poder tanto a nivel municipal, estadal como nacional, lo cual es imperativo; el “trabajo político” que sea inclusivo y no exclusivo; la consolidación del “frente democrático, humanista, socialista, nacionalista, participativo y combativo”; definir la “etapa del actual desarrollo de la estructura” para no confundir “capitalismo” con “socialismo”.
La objetivación de las responsabilidades de las dirigencias revolucionarias la consideramos fundamental para la “unidad interna” del PSUV y, fundamental, en las relaciones con los otros “factores” del “frente”; “polo”, “unidad patriótica”; como se la quiera llamar; en el fondo, más o menos, se busca con esa conjunción de “fuerzas políticas”, objetivos “revolucionarios” que pueden ir desde el capitalismo humanista tipo “sueco”(sic) hasta “estructuras políticas” conocidas, tradicionalmente, como marxistas-leninistas y como “poder sin el Poder”. Esa “objetivación” es “ideológica”; es por ello que consideramos que la continúa propuesta de Amílcar Figueroa de “promover una cultura revolucionaria”, diríamos nosotros, una “Revolución Cultural”, es necesaria. Aclaramos que por “revolución cultural” no nos referimos a la llevada a cabo en China que nació y fue promovida, por cierto, desde la Cancillería china, nos referimos a la necesidad de pasar de la etapa de “promover el conocimiento culto” actual al debate de las ideas revolucionarias, en toda sus variables: social, económica, ideológica, gubernamental, etc. Quizás ello nos permitiría que la “conciencia revolucionaria” de la clase obrera, por ejemplo, asumiera como propia la responsabilidad de las “nacionalizaciones” de las “industrias estratégicas” para la consolidación de la Revolución Bolivariana. Es decir, transformar la “conciencia obrera” de “monetarista” en “conciencia social”.
¿Por qué se perdió la 1ª Revolución china? Llamamos 1ª Revolución china al proceso político-militar que se desarrolló con el “Frente Unido Democrático” entre los años 1924 al 1927. Mientras la dirigencia del Partido Comunista Chino (PCCh) iba de pueblo en pueblo concientizando al campesinado de la necesidad de alcanzar la “Revolución Democrática-burguesa”, como lo recomendó Joseph Stalin, la derecha del llamado “partido nacionalista” (Guomindang) iba, paulatinamente, alcanzando acuerdos con la “derecha capitalista y entreguista” aliada a las 14 Potencias Extranjeras para conjugar el poder político sin revolución. Todo terminó con la “Masacre de Abril” en Shanghai que produjo 10 mil muertos en dos (2) días, todos cuadros del Partido Comunista Chino. ¿Dónde falló el PCCh? Las condiciones históricas habían sensibilizado a las clases obreras y campesinas pero los “capitalistas nacionalistas” buscaban la solución en el Republicanismo norteamericano y, Mijail Borodìn, un “hombre de Estado” y un “diseñador de partido” leninista, el llamado “hombre de Stalin”, descuidó la “educación revolucionaria” de la alta dirigencia del partido nacionalista (GMD). Tuvieron que pasar 21 años para que la Revolución china alcanzara el Poder.
¿Cómo Mao Zedong logró transformar la derrota del Frente en triunfo de la Revolución? Mao quien fue profesor de la Academia Militar de Whampoa en 1924, quien enseñó a los jóvenes cadetes las realidades de la vida del campesinado chino y quien fue el promotor del “Levantamiento de Otoño” de Changsha, “tomó conciencia” de que la Revolución china tenía, necesariamente, que estar en “concordancia histórica” con el “subconsciente colectivo” de la sociedad china. Transformó las debilidades del proceso revolucionario en fortaleza y se mantuvo en permanente contacto con todos, absolutamente todos, los cuadros de la Revolución. Estructuró el partido y el ejército según la propia Historia de China y buscando la “modernización” de las estructuras de Gobierno para la época. ¿Por qué fracasó la derecha del Guomindang? Después de terminada la 2da Guerra Mundial en el Pacífico con la derrota del Imperio del Japón, Chiang Kaishek, declarado Presidente del Gobierno Nacionalista de China, se dedicó a perseguir, policial y militarmente, a los cuadros y miembros del ejército del Partido Comunista Chino por aquello de la política norteamericana que comenzaba a dar los “primeros pasos” de la “Guerra Fría”. Pero el Gobierno Nacionalista de Chiang Kaishek tenía “metástasis” en lo interno del Gobierno, del legislativo, del ejército, del partido GMD y en la dirigencia provincial: los “barones provinciales” o señores de la guerra”. La “corrupción”; el “personalismo” de la dirigencia tanto a nivel del partido nacionalista –GMD- como a nivel de los gobernadores pro-nacionalistas y los altos mandos militares; las divisiones internas en la Asamblea Nacional que producían el retraso de la aprobación de leyes, fueron factores fundamentales para el triunfo de la Revolución china y de Mao Zedong. Mientras ello sucedía en el bando capitalista, Mao iba consolidando la conciencia del colectivo del partido, del ejército, del campesinado, del movimiento obrero, de los pequeños burgueses, en fin, de las fuerzas para el cambio nacionalista, socialista y anti-norteamericanas.
Los Estados Unidos de América realizaron los esfuerzos posibles para evitar el triunfo de la Revolución. Pero “dinero no compra conciencia de revolucionario consciente y comprometido”. Por ello el descuidar tanto la educación revolucionaria como el “frente externo” son dos factores que la Revolución Bolivariana no debe ni puede descuidar. A nivel de América Latina, estamos observando cómo las “fuerzas contrarrevolucionarias” van diseñando proyectos con la finalidad de ir, paulatinamente, debilitando los procesos nacionalistas-revolucionarios que se van desarrollando a lo extenso de la Región incluidos los Estados Unidos de América. Ello es una realidad objetiva. ¿Hemos llevado a cabo un análisis de cómo esa contrarrevolución viene gestando su propio triunfo buscando, en última instancia, una persecución tipo la “Masacre de Abril” en Shanghai en abril 1927? (Mûller Rojas dixit pero con otras palabras).
La dirigencia nacional revolucionaria tiene que tomar conciencia de sus propias realidades para evitar “danzar al son del capitalismo contrarrevolucionario”. No se trata, solamente, de informar, diariamente, como bien lo hacen los conductores del programa “Dando y Dando”, Tania y Aristóbulo; es dar un paso adelante explicando con lenguaje criollo y culto, el trasfondo que hay detrás de la noticia como, en frecuentes ocasiones, ambos conductores, lo realizan. La “toma de conciencia” es un proceso cotidiano que está incluido con los alcances de la Revolución Bolivariana; como, por ejemplo, entregando casas y conjugando el “bienestar socialista” con el “significado socialista” del disfrute que, por derecho, tiene la sociedad toda en su conjunto.
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