Si alguien trabaja para la emisora de radio la Voz de América, la misma que viene lanzando una andanada de propaganda capitalista, anticomunista y terrorista hacia Cuba todos los días y desde hace años, está totalmente claro en que es empleado de la Cia, de lo cual no debe caberle la menor duda, por más ingenuo que sea.
Mal podría salir a decir, entonces, que trabaja en una empresa de comunicación venezolana e inocentemente mata un tigrito con la fatídica emisora de radio.
Los que tenemos la lectura como hábito sabemos bien que ese medio de comunicación no es sino una simple herramienta que se inventaron los dueños del capital y el poder detrás de la Casablanca, con el único fin de comenzar a controlar y desacreditar a punta de opiniones, después de la segunda guerra mundial, a los vencidos en esa conflagración mundial y los países que se mantenían como modelo comunista.
Pero no control per se, ¡Nada que ver! De lo que se ha tratado siempre, lo que ha estado por décadas detrás de las cortinas es ni más ni menos que dominar económica y políticamente al mundo.
La fatídica voz, propiedad del gobierno estadounidense, no ha sido otra cosa que, inicialmente, una caja mágica de donde se saca cualquier invento que sirva como argumento para llevarse por delante a quien ose pintarle una paloma al imperio. ¡Elemental latinoamericanos, elemental!
Y en segundo término, avanzada tecnológica y financieramente la sofisticada maquinaria de expoliación, después de saber que los europeos no cuentan, por aquello de que nada tienen que ofrecer en materia de recursos sino simplemente seguir las líneas que ellos les trazan, les voltean las espaldas y actualizan sus planes, siempre en su beneficio.
El problema está en que, después de sojuzgar económicamente a los latinoamericanos durante décadas, el patio trasero se cansó y no tolera más abusos, salvo un par inconsciente. Lo que viene ocurriendo ha sido por causa de esos iquelatinoamericanos, que no pueden ver un billete porque inmediatamente comienzan a salivar como los perros, con el perdón de estos animalitos.
Retornando a lo de la voz de la América del norte, que nada tiene que ver con nosotros los latinoamericanos y particularmente los venezolanos, hay que tener muy claro que una persona que trabaja para esa gangosa voz del norte, aunque sea matando tigres, no puede lanzarse como candidato al Colegio Nacional de Periodistas, porque sería votar por la Cia para el CNP. No nos interesa si van a elecciones, ese es su problema, pero lancen a otro candidato, ¡Por Dios! Nosotros, mientras tanto, estaremos discutiendo sobre el gremio que nos merecemos y el gremio que merece la ciudadanía.
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