Chávez fue anoche un cuchillo de claridades: NO PERDIMOS EN CARACAS. Además de dar una señora clase de política, con serenidad, con juicio penetrante e inapelable dejó a la oposición en total ridículo. Inmediatamente la derecha acusó el golpe y Noticias24 comenzó a decir que el Presidente había regañado a Patricia Janiot por mandarla a hacer gárgaras y hacerla tragar sus propios inventos y aviesas calumnias. Se sabe que la Janiot vino a sabotear las elecciones para desde aquí salir a regar por el mundo que no tenemos democracia y vivimos bajo una horrible dictadura. La pregunta de ella al general González González fue tremendamente ofensiva, al decirle que Chávez iba a sacar los tanques a la calle. Anoche la Janiot trataba de reír de las salidas ingeniosas del Presidente y esconder tras su frondoso pelo el golpe contundente por sus miserables acciones contra nuestro país. Ella vino a ejecutar el papel que hubiera hecho Vivanco. Bajaba la cabeza, y trataba de hacerse la loca cuando el Comandante le preguntó de dónde es Glenda Umaña, la otra mercenaria de CNN que transmitía noticias desvergonzadamente contra nuestro país.
EL CASO DEL ZULIA
Verdad es que perdimos en el Zulia, territorio clave, pero en definitiva una región envilecida por el narcotráfico, la ignorancia, el sicariato y donde los adecos crearon la mayor central de delincuentes de América Latina. Hay que recordarle al resto de los venezolanos que históricamente el territorio menos patriótico que hemos tenido y tenemos se encuentra en el Zulia. Fue después de Puerto Cabello la última región de Venezuela en plegarse a la independencia. Más tarde las petroleras crearon allí casi una zona exclusiva para la prostitución, la transculturización y el desprecio por lo nuestro. ¿Dónde carajo en el planeta pueden ser ídolos unos bichangos tan despreciables, incultos y bajos como el Manuel Rosales y Pablo Pérez?, pues en el Zulia. Y para completar desde los tiempos de Juan Vicente Gómez esas mismas petroleras les metieron en la cabeza que debían declarar la fulana república del Zulia. Hay Dios mío, yo nunca he entendido a esa gente.
Yo estoy por creer que los mayores traidores a nuestra nacionalidad se encuentran en el Zulia. Los prepararon mentalmente para la secesión, y en 1928, un equipo de expertos norteamericanos, con la ayuda de sabuesos colombianos, comenzaron a maquinar un sutil complot. Al tirano Gómez le dijeron que unos legisladores maracuchos pensaban quedarse con el grueso del negocio petrolero, declarando independiente al Estado Zulia. —Qué buena vaina. Estos maracuchos, primero se burlaron del santo (el gobernador Santos Matute Gómez) y después se comieron el cordero (el gobernador Esilio Febres Cordero), pues ahora les mando a don Vincencio Pérez Soto para que me los encinture.
Pérez Soto llegó poniendo orden y encerró en el castillo de San Carlos a un grupo de diputados que querían venderle la isla de Toas (en el Lago de Maracaibo) a la Gulf Oil Company y separar al Zulia de Venezuela. Pero el mismo Vincencio Pérez Soto, se mareó recibiendo órdenes del gerente general del Royal Bank of Canada en Maracaibo, un míster Muchel, quien volvió a plantear el negocio de declarar República Independiente al Zulia. Y se lo pintaba Muchel muy fácil, tal cual como se había conseguido la creación de la República de Panamá. En seguida, William Tecumseh Shermann Doyle, Herbert Stabler y Broker representantes respectivamente de la SHELL, Gulf Oil Company y la CREOLE se dieron a la tarea de reforzar la desvergonzada trama. A Pérez Soto le ofrecieron apoyo diplomático de Londres y Washington, con recursos financieros y toda clase de armamentos. William Tecumseh Shermann Doyle, había sido director de la División de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado y a partir de 1921 comenzó a desempeñarse como Director General de los intereses de la SHELL en Venezuela. William Tecumseh Shermann Doyle trataba al tirano con una enorme confianza y le “quería como a un padre”.
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