(Éste se cogió a Aruba para sus placeres informativos)

Marcel Granier un chulo de la comunicación en la reunión de la SIP

La SIP, laberinto “desvirtuado” que no distingo a descifrar sus siglas, pero con todo el abuso de la desinformación de mi paciencia me atrevo a definirla y la distingo, para pronunciarla como, Sociedad Interamericana de Pillos, que con todo el descaro y arrogancia matinal se reúnen cada seis meses, donde les venga en ganas y les plazca, ésta vez, le correspondió a la ciudad de Oranjestad, suena a majestad, pero no, es la capital da Aruba y, desde el viernes están los “eminentes” representantes de ella, dándose el gran banquete bien cocido de antemano, oyendo sin dilación sus apretujados discursos consustanciados de fastidiosa platica que envuelve la paranoia de un panorama incierto por los predicadores de cada país asistente, donde la suma de las partes desdicen del todo, pero así son ellos vociferadores y, alborotadores de su oficio, publicistas de la descomposición que atrapa y abriga a la sociedad de consumo, todo por su amado dinero (la ética y la veracidad son pan de un día) y, en ese afán bianual de encontrarse están esa isla de Aruba, para condenar sin defensa alguna la supuesta, después de pagarse y darse el vuelto, la falta de libertad de expresión en la nación que tengan en la mira y, que desde el año 99, su manía intelectual ha sido Venezuela y su Gobierno en particular que, no se ha acogido a sus pretensiones y prácticas chantajistas de participar o, regentar y disfrutar el poder del estado, porque el mediático lo tienen a sus anchas y caprichos.

Y en ese ir y venir de un país a otro han festejado y brindado siempre a costa de la “bendita” libertad de prensa como su beneficio a sus cuentas corrientes. Y como era de esperarse sin mucha rutilancia, nuevamente, el caso Venezuela.

Y, allí tenemos, plantado como un árbol podado, al arrogante e impetuoso con petulancia excesiva: el cancerbero de la verdad frente a un micrófono que le servirá para profanar la inteligencia del venezolano, apenas representado allí, por detractores profesionales, confesos sin vacilación y oriundos de la mala intención que los mantiene como disfraces del presente en atención a su productivo y generoso pasado dentro de la administración pública. Pero, antes que el personaje en cuestión llegara al pódium, el presidente de la asamblea, un tal, Alejandro J. Aguirre, director del Diario de las Américas de Miami, hizo la presentación con toda la rimbombancia del momento y, lentamente salió a flote y sonó como un eco, la música de fondo, de la composición-tonada de Chelique Sarabia y arreglo de Simón Díaz: “Cuando pienso en ti sueño” y, antes que nuestro personaje subiera se fue al bastidor del salón, busco y sacó de un bolsillo un espejito en miniatura donde se vio y se esparció el blanco bigote.

Salió risueño y se fue derecho a espolvorear irrealidades, sueños perdidos, aspiraciones ocultas. Entonces vino la debacle para el expositor que cuando arreciaba cabeza metida insultando a nuestro País afirmando que, definitivamente a RCTV le han quitado el audio y la imagen, dejándola invisibles para su público, no sin antes tumbarle la publicidad con procedimientos ilegales, normas técnicas acomodaticias e imposiciones dilatorias que les niegan cualquier posibilidad de que puedan transmitir, es decir, los dejaron sin volición para nada, pero siguió, acá estamos para denunciar que el señor Chávez se ha tirado en cadena nacional 1440 horas, que eso da exactamente 24 días, donde quince veces se comió una r, treinta y cuatro veces se paró a orinar, doscientas dejó de hablar para tomar café, cincuenta y cinco mandó a callar a los camarógrafos, a mi me ha dicho de todo que perdí la cuenta –recordó-, ochenta veces se equivocó sumando, catorce llamó por teléfono, un mil once saludó a Fidel Castro, quinientas veces ha regañado al que le venga en ganas, pero nosotros nos salimos de ese paquete porque no nos encadenamos más y, cuando un grupo de periodistas venezolanos quiso responderle, lo único que se le ocurrió decir, fue: vayan a defender la libertad de expresión de Venezuela y, no la de Chávez y para evitar la confrontación se salió con la suya al indicar que la presentación del Informe de la libertad de prensa en Venezuela se daría mañana domingo porque, él se tomó una piña colada en la piscina leyéndolo y cuando el mozo venía con la segunda se tropezó y se la derramó al informe, dijo, que la ocasión era propicia para felicitar a José Miguel Vivanco, secretario de la Ong HRW por la obtención del premio Chapultepec 2010, cuyo presea se debe por criticar y expresarse mal de Chávez y de los medios públicos del Gobierno y, pidió que excusaran a Guillermo Zuloaga que había agarrado un cólico en la piscina después de embucharse diez piñas coladas con ron y que él asistía como director y presidente de Globovisión, ya que Alberto Federico Ravell lo corrieron por abusador.

Aplausos y muchos a plausos, para el invitado especial, Marcel Granier.


estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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