Nuevamente, vemos en la pantalla de Globovisión, a personajes como Herman Escarrá vociferando que si los resultados de las próximas elecciones parlamentarias no le son favorables a los candidatos del oposicionismo, no quedará otra vía que lo que él llama “la marcha sin retorno“.
También advierte, que será la protesta en la calle y la movilización lo que se desatará en todo el territorio nacional, de no resultar favorecidos con la voluntad popular el 26S, no quedando sino; la utilización de “formas no democráticas” para salir de Chávez.
Verdaderamente resulta grotesco la desfachatez de este “caballero”, que avizorando la demoledora derrota electoral que se les avecina, acuden nuevamente al formato de la violencia y terror para deslegitimar nuestro proceso bolivariano.
Este sector enloquecido de la oposición, en connivencia con este medio de comunicación y otros factores nacionales y trasnacionales económicamente muy poderosos, mantienen sobre la mesa la tesis de “la salida rápida o marcha sin retorno”, es decir; la vía del golpe de estado o el magnicidio, para acabar con el líder indiscutible de nuestro proceso revolucionario Comandante Hugo Chávez, quien con el Proyecto Nacional Simón Bolívar y su ejecución a través de múltiples políticas de estado, viene dando a toda la población claras señales de que si es posible construir el país que ansiamos y nos merecemos, que las ideas de redención de los humildes se materializan a través de la educación, las misiones socialistas y por medio de una justa y eficiente distribución de nuestras riquezas, y que la alegría y la esperanza no son patrimonio de pocos sino derecho de todos los venezolanos.
Durante el reciente simulacro electoral organizado por el CNE, vimos como en la región zuliana, específicamente en los Municipios Maracaibo y San Francisco, se produjeron situaciones que podríamos calificar como ensayo, previo a lo que podría ser la conducta violenta de estos desadaptados, la cual coincide con las “formas no democráticas” a las que se refirió Escarrà, quien paradójicamente se inscribió para participar como candidato a diputado, y de plano descalifica la voluntad del soberano.
Con esta posible agenda violenta, anunciada por este vocero de los sectores apátridas y antidemocráticos, no queda sino permanecer alerta y movilizados, y no dejarnos convencer por triunfalismos ni victorias anticipadas, ya que la elecciones sólo se ganan con organización, disciplina, voluntad y conciencia revolucionaria, convertidos en votos rojos rojitos en las urnas electorales.
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