El domingo 12 de febrero del 2012, los sectores de la derecha venezolana celebraron sus elecciones primarias para elegir la candidatura del contendor del Presidente Hugo Chávez, resultando como ganador Capriles Radonski, desarrollándose el proceso con gran normalidad con el apoyo técnico y logístico del Plan República tumbando la matriz de opinión de este sector sobre la supuesta “dictadura vivida en el país”. Al analizar el número de electores de las mencionadas elecciones encontramos una participación de 3 millones aproximadamente según datos de la comisión electoral de la MUD, lo que para ellos es una victoria. Pues viendo que en las elecciones nacionales parlamentarias sacaron 5.700.000 votos y esta vez de unos 18.000.000 de electores inscritos en el registro electoral obtuvieron 3.000.000 no se observa el mayor logro.
Aunado a esto es de admirarse al ver cómo la Mesa de la Unidad le hizo fraude a sus propios electores y candidatos realizando un proceso electoral sin la posibilidad de ser auditable, ya que no utilizaron de manera correcta el apoyo técnico que brindó el Poder Electoral al decir que no era obligatorio el uso de captahuellas, tinta indeleble y cuadernos electorales, quemando ante de las 48 horas los respectivos cuadernos sin darle oportunidad a sus candidatos de auditar algún resultado que no les pareciera apegado a la realidad, oportunidad que es un derecho de todo aspirante electoral. La oposición venezolana para montar su show mediático necesitaba mostrar unas elecciones victoriosas, haciendo percibir sus resultados como un contundente triunfo, recalcando en los medios de comunicación la participación de los venezolanos en el extranjero, siendo esta en realidad para nada influyente en el éxito o no de su resultado electoral. Y ¿qué mejor estrategia para lograr esto, que abultar sus votos utilizando la excusa de proteger la identidad de los votantes para así no cumplir con la regularidad de una auditoria que hubiera legitimado sus resultados con transparencia y sinceridad?.
Además de esto, expertos en la materia de elecciones automatizadas, expresan anomalías en variables como el tiempo de votación por persona siendo en las elecciones presidenciales del 2006 de 120 segundos y en las primarias de 78 segundos por ejemplo. También existen datos como los de las mesas de votación, donde en el 2006 hubo 32.737 y participaron 355 personas por mesa, mientras que en las primarias con 7639 mesas se incrementó esta cifra a 398 votantes. Históricamente según datos expresados por el Alcalde de Caracas Jorge Rodríguez se han registrado 300 votantes por mesa electoral, y en las primarias del 12 de febrero fueron 348, por lo cual en esos comicios hubo 748 mil votos más. Ahora bien, con trampas o no ya la oposición tiene un candidato que se caracteriza por lo vacío de su discurso el cual se centra en la “no confrontación”, carente de argumentos e ideas lógicas. Este candidato representa a la derecha venezolana quien ha demostrado que no tiene nada de democrática, ejemplo de esto fue el Golpe de Estado del año 2002 y ahora quieren presentarse con una careta buscando la unidad y buscando falsas “vías democráticas” para volver a estar en el poder, cosa que el pueblo venezolano no permitirá por su alta conciencia política y revolucionaria que despertó gracias al humanismo promovido y defendido por el Presidente Chávez donde la participación y soberanía del pueblo no se negocia con nadie.
(*)Internacionalista
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