La vida de Henriquito, aparte de su mirada extraña, no trascendió más de lo normal de un chiquillo. Pero a partir que comenzó hablar se iniciaron los problemas para la familia Radonski: la tendencia del niño a mentir. El embuste más extravagante fue el de una voz que le susurraba que iba a ser presidente de la república. Su padre, en el interés de corregir la mitomanía del mocoso lo inscribió en la TFP (Tradición Familia y Propiedad), una organización de laicos, de marcada tendencia derechista, anticomunista y contraria a la Teología de la Liberación. Su permanencia en esta cofradía le marcó su comportamiento fascista. En esta congregación conoció a Leopoldín, quien en el futuro se convertiría en su carnal y socio político. Este último, dada la conducta algo almibarada de su amigo comenzó a llamarlo “chocolate dulce”. Los vecinos recuerdan a Henriquito y Leopoldín parados, en actitud hierática, al lado de los semáforos en las urbanizaciones del este de la ciudad ondeando un pendón rojo con las siglas TFP; ambos vestidos de etiqueta, con un paletó negro y corbata del mismo color. Al final de la jornada, la de repartir volantes a los conductores, se dirigían hacia la casa matriz de la organización ubicada en el Contry Club. Debían cumplir las directrices emanadas por el brasilero Plinio Corrêa de Oliveira, el director.
Henriquito y Leopoldín crecieron juntos, pero con el tiempo se fueron apartando de la rigurosidad de la doctrina y se dedicaron a la vida díscola. En ocasiones se les veía disfrutando en discotecas y en lugares “non santos” muy alejados de las directrices teológicas de la TFP. A pesar de todo a Henriquito no se le quitaba la idea de ser presidente de la república, tal como le susurraba una voz interior. Sus padres, conociendo las limitaciones intelectuales, le comunicaron que ellos podían comprarle una curul en el congreso, una alcaldía, hasta una gobernación, pero dudaban, dada a la crasa ignorancia en materia política de su hijo, si podrían negociar la presidencia de la república.
Así fue avanzando Henriquito y tal como se lo prometieron sus padres, consiguió una curul en el Congreso por COPEY representando el estado Zulia. El dinero de soborno corrió entre los políticos, pero en fin, el muchacho llegó a diputado por aquella entidad. Algo curioso para el nuevo legislador, fue la sorpresa que se llevó cuando cruzó el puente sobre el lago. Desconocía que para llegar a Maracaibo había que atravesar un viaducto. Los moradores de la región se sorprendieron cuando le preguntaron por la “Chinita”; él respondió que no conocía a ninguna chica nacida en la China. Un periodista le inquirió por los “huevos chimbos” y el confirmó que los de él eran de verdad. De los “patacones” no quiso hablar dado que no usaba zapatos con tacones y el “cepillao”, lo descartó, “jamás en la vida había bailado apersogado con una muchacha”. Era tal el desconocimiento que tenía sobre la idiosincrasia de la región que él estaba representado.
Cierto día Henriquito y Lepoldín, después de una noche de juerga, reunidos con un nuevo amigo, Julito, se les ocurrió la magna idea: formar un nuevo partido político. Leopoldín, representante de una acaudalada familia, le informó a sus amigos que por dinero no se preocupara. Su madre tenía un alto cargo en PDVSA y ella facilitaría el capital, "donado por la estatal" para conformar el partido de derecha Primero Justica, basado en los aspectos doctrinarios de la TFP.
Por la misma vía llegó a ser alcalde de Baruta y gobernador de Miranda. Sus gestiones tuvieron las mismas particularidades, no cumplió ninguna de las promesas; la campaña estuvo basada en puras mentiras. Pero el dinero y la política son aleados malignos y por manejos de roscas podridas dentro de la MUD Henriquito ganó, a base de trampas, la candidatura presidencial. Como siempre, las ofertas de puras mentiras es lo más característico de su campaña electoral. Veamos algunas:
“Estoy cabeza a cabeza con Chávez”: ¡Ha muchacho pa´pendejo”, no creo que le llegue ni a la cabeza del fémur de mi comandante Hugo.
“No estuve en el golpe de estado, porque los golpes sólo lo dan los militares”: Además de pendejo, Henriquito piensa que el pueblo también lo es. Debe ser que el felón que aparece en la televisión atentando contra los derechos humanos del ex ministro Chacín y la violación de la embajada cubana fue un doble del ex alcalde y hoy gobernador de Miranda. El candidato de la oligarquía parásita no aprendió con las lecciones de derecho internacional que le dio el plenipotenciario cubano. El infeliz, al salir del recinto asediado por sus acólitos afirmó frente a las cámaras: “no me dejaron revisar la embajada”. ¡Qué horror de abogado!
“Tengo a Dios en mi corazón”. Asumo la impresión que su crasa ignorancia no lo dejó terminar la frase. Creo que se refería a “Ah Puch” el dios del mal de los mayas; o “Seth”, el dios del mal egipcio; o “Belona”, diosa romana de guerra. Sinceramente, un hombre que ha cometido tantas tropelías y felonías, hasta la de ser cómplice de la matanza del 11 de abril del 2002, no puede albergar nada bueno dentro de su corazón, ni valentía en el sitio donde se hospeda el arrojo.
“Voy a legalizar las misiones”: Henriquito, no se puede ser tan hipócrita, mendaz, falso, embustero pertinaz, farsante, insincero, falso…si todo el mundo sabe que tu cerraste las misiones de Barrio Adentro en zonas de Miranda y mandaste a desalojar locales donde funcionaban la Misión Sucre. Tú fuiste uno de los críticos de los médicos cubanos acusándolos de curanderos, tú reprochaste la Enmienda de la Constitución que le daba rango constitucional a las Misiones de mi comandante. Porque aunque te duela, las misiones son del pueblo, para el pueblo pero creadas por Hugo dentro de la Revolución Bolivariana.
“Voy acabar con la violencia y la exclusión”: Henriquito, porque no acabaste con la violencia desatada frente a la embajada de Cuba en los días de abril del 2002. Tú cohonestaste, junto a tu carnal Leopoldín el atentado contra el ex ministro Chacín. Tú eres, en parte, responsable y cómplice, de los muertos de Puente Llaguno. En cuanto a la exclusión, te informo que tus carnales de la alcaldía de Chacao les niegan la atención a los empleados de dicha alcaldía que no viven en el municipio, con el argumento de no colapsar sus servicios de Salud Chacao.
Henriquito, tu campaña está plagada de mentiras, te sirvió para llegar a la alcaldía, para la gobernación, pero no así a la presidencia. Tu contrincante es un gigante y tu, un mendaz enano político. Podrás mentir una vez, dos veces, pero no toda la vida. El pueblo heroico de Venezuela es fundamentalmente chavista, porque Hugo huele a pueblo porque es pueblo. Que no se engañen los oligarcas parásitos ¡más nunca volverán!