Presumiblemente hablando, el candidato de la derecha es el presunto aspirante a la presidencia de nuestra Patria. Ya sabemos que el señor Capriles es de mente presuntuosa por sus vanidades de empleador y abanderado de la educación, por ejemplo. Sabemos que sus presunciones lo convierten en seco mental y la vanidad que lo mantiene en HAY UN CAMINO, lo obligan a negar su desierto mental. Un camino que copió de las latentes huellas que dejan los alacranes cuando cazan de noche sobre piedras, o un camino que deja el zamuro cuando trepa los cielos alejándose de las lluvias.
Capriles Radonsky es la inspiración de personas que se componen mucho, las cuales abundan en la clase media de la oposición; su presunto candidato los obliga a jactarse y a creer que es bueno el ser presuntamente presuntuoso. El presunto candidato por competir con el Comandante Chávez, tiene un bajo concepto de sí mismo y trata de imitarlo hasta en la verruga y al mismo tiempo con supuesta y grosera decencia de verbos en sus discursos, también lo evita porque reconoce que no aguantaría un minuto si se diera un debate con el intelectual Hugo Chávez Frías y en este caso, el presunto no lo presume. No lo presume, cuando dice en los medios que él no insulta y no pelea con su contendor, pero quienes le escuchamos diariamente sabemos las ofensas que con todo subterfugio lanza a quien está sólo calentando los motores. Motores que el presuntuoso candidato no presume, sino que lo da por sentado. Y de remate, el presunto candidato en muy malasuertudo porque a pesar de ser el presunto candidato de la derecha internacional, ignora que es cosa de nobles ser presunto porque se presume dulcito, flaquito, empleadorcito, chayotico y muy amigo de uribito, además de ser el presunto vendedor estrella de desodorantes en la Europa que cae a pedazos por el mal olor de las axilas de los inocentes europeos como él dice. El presunto candidato siempre sospecha y juzga con facilidad al comandante Chávez llamándole GOBIERNO, sospecha en sus presunciones que no puede mencionar el nombre de su contrincante. Conjetura la presunción del candidato, con el “yo presumo” que el Gobierno anda mal, que él es el progreso y que creará 3 millones de presuntos empleos, dando mucho y presuntuoso énfasis en el empleo para los hombres y mujeres de más de 60 años que ya reciben pensión de parte de la revolución sin ninguna presunción. La vanagloria que aconseja sin discreción, hace que sus caminatas y toda suerte de reuniones que practica, sean tomadas por los camarógrafos de forma muy cerrada para que no sea vean los no presumibles vacios. El pobre muchacho bobo se esmera de su apariencia externa. Capriles se presume inocente de los descalabros que ocasionó en el estado Miranda, pero la gente de su Estado no lo presume. Al candidato sólo lo salvaría de sus presunciones, el Derecho Internacional de la derecha que llena de presunción a los culpables de su estirpe por todo lo que se presuma. Capriles Radonsky, el presunto candidato de la derecha, está lleno de presunciones que de cualquier cosa se presuma o que jurídicamente se pueda presumir, para que presuntamente, el presunto candidato tenga derecho a ser presuntuosamente aspirante a la presidencia por su presuntuosidad; y por mantenerse presuntuoso y listo a presuponer por mera presunción su presunta candidatura que presuntamente sea un majunche sin presunción.Es un lujo de presunto candidato él que se manda la oposición venezolana que lo tomaron sin presumir la realidad; ¿por qué no presume sus presunciones la gente desequilibrada que sigue al presunto candidato? Porque no tuvieron en cuenta el presunto consejo del otro presunto presidente yanqui. Porque presuntamente el mundo del capitalismo que tiene los días contados, la gente de Radonsky presume que ese Mundo está bien. Y de remate, su misma gente presume que su presunto candidato es una presunta chayota o, ¿un presuntuoso chocolatito dulcito?
¡Patria independiente y socialista!¡Con Chávez rumbo a la nueva fase socialista!
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