El progreso en boca de un miembro de la godarria venezolana es un
cuento de hadas para engañar incautos, para engañar, con toda la mala
intención, a votantes de los sectores populares, sin cuyo apoyo el
candidato sin atributos no ganará jamás las elecciones del venidero
07-10. En verdad el tal progreso es la gran promesa electoral del candidato
del mantuanaje venezolano, cuyos miembros aspiran esta vez regresar
al trono de Miraflores para nuevamente hacerse con la renta petrolera,
disfrutada por ellos de manera exclusiva e ininterrumpida desde comienzos
del siglo veinte y durante casi un siglo. Son los mantuanos que quieren
retomar su vieja condición de dueños del Estado Venezolano, de amos
del gobierno y propietarios de la riqueza económica del país, representados
en estos comicios nacionales por uno de sus hombres, uno salido
de su propio vientre, un godo con pedigree, miembro éste de una familia
linajuda, de la aristocrática familia Capriles Radonski.
Es la clase
de los godos la que promete, por boca de Enrique Capriles Radonski,
conducir a Venezuela por la senda del progreso, la misma clase que gobernó
con Acción Democrática y COPEY, con Pérez Jiménez, con López Contreras,
con Juan Vicente Gómez y Cipriano Castro, pero que en el largo tiempo
de dominio suyo no logró para el país en general ni menos para las
mayorías venezolanas ninguna situación de prosperidad.
En nuestro
país lo que en verdad progresó mientras gobernó la clase de los godos
fue la miseria de la mayoría, el rancherío habitacional, la dependencia
económica, la penetración cultural usamericana, el saqueo del petróleo
por compañías yanquis, el atraso científico y tecnológico, las enfermedades
propias de la pobreza y el analfabetismo de muchos. Por esto en
verdad el progreso de Radonski es un cuento de hadas. A él y a los
suyos le hacemos las siguientes preguntas. ¿Dónde está el progreso
logrado por la agricultura venezolana en el siglo XX cuando la tierra
en este país pertenecía a los miembros de la casta plutócrata? ¿Dónde
están las inversiones realizadas por los gobiernos surgidos de los
partidos que apoyan al candidato burgués, con miras a desarrollar la
investigación científica en Venezuela en materia agrícola, pecuaria,
en metalurgia, en petroquímica, en medicina, en energías alternativas,
etc? ¿Dónde está el progreso logrado en Venezuela en materia de vivienda?
¿Dónde está el progreso en materia de comunicaciones? ¿Dónde encontramos
el progreso en asuntos de salud y medicina? ¿Cuánto progreso hubo
aquí en materia de trenes y vías férreas? ¿Cuánta inversión se
realizó en esos tiempos de ayer para publicar libros, revistas y periódicos
y así permitir el progreso cultural de los venezolanos? ¿Qué acciones
se realizaron desde los gobiernos y empresas privadas para mejorar las
condiciones de vida de los indígenas y campesinos del país?
En verdad
señores su discurso del progreso es una trampa electoral en procura
de votos para la candidatura del candidato sin atributos. En verdad
el progreso en el caso de ustedes significa el progreso de sus monedas,
de sus cuentas bancarias, de sus negocios, de sus empresas, de sus acciones
en la bolsa, de sus francachelas, de sus viajes a Miami; es el progreso
de las veinte familias Amas del Valle; pero, al mismo tiempo, es el
regreso al infierno del pueblo venezolano, del pueblo humilde, del pueblo
trabajador, de ese pueblo esperanzado de hoy día.
La buena noticia
en todo esto es que este pueblo no le cree a sus verdugos, a Radonski
y similares, y por eso votará, el próximo domingo 7 de octubre, por
su candidato, por chávez, el candidato de los humildes, de los trabajadores;
un hombre de raíz popular, un genuino representante de los sectores
más sufridos, más necesitados. Es sin duda Chávez, el candidato de
la patria. Por eso ganará esta contienda electoral.
siglanz53@yahoo.es