La violencia de un sector de la contrarevolución obliga a un análisis de la dinámica de clases y las reacciones emocionales que suscita. La oposición de buena parte de las clases medias resulta paradójica cuando se piensa que fue beneficiada por la Revolución Bolivariana en momentos en que estaba severamente castigada por el régimen anterior. Las ganancias record de la banca expresaba el auge de la pequeña y mediana industria y el comercio, así como el incremento de la construcción de viviendas y la rebaja en la especulación de los precios e intereses. Sin embargo, la conducta política de la oposición ha llevado al descenso en la producción y el comercio.
En Alemania, Hitler y el nazismo accedieron al poder con el apoyo de las clases medias, paralelamente a la división de la clase obrera. Los partidos comunista y socialdemócrata, representantes políticos de la clase obrera, se encontraban en una enconada pelea y, al mismo tiempo, los comunistas enfrentaban al trokysmo, el cual denunciaba el grave peligro del nazismo y planteaba la urgente unidad de los partidos de la clase obrera. En el proceso electoral que tuvo lugar la suma de la votación obtenida por los partidos obreros fue mayor que los votos del nazismo. La división hizo del nazismo el partido mayoritario.
Las clases medias oscilan entre la burguesía y el proletariado y en Venezuela es imposible que se inclinen hacia el proletariado si éste permanece atomizado. Varias centrales sindicales y miles de sindicatos impiden que el proletariado venezolano desempeñe papel significativo en la política nacional. Esta es la dinámica implacable de las clases sociales.
Ese extraordinario instrumento que es la Conferencia Permanente por la Paz adquirirá una gran solidez si somos capaces de emprender una lucha tenaz para poner fin a la peligrosa división de la clase obrera. Que Fedecámaras y 600 empresarios estén participando en dicha conferencia es signo de que la sociedad venezolana es partidaria de la salida pacífica en las actuales condiciones.
Desde la muerte de Juan Vicente Gómez, la política nacional se ha caracterizado por golpes militares, insurrecciones y elecciones que se suceden alternativamente. Hemos padecido gobiernos que se dicen democráticos y han tenido como característica la violación sistemática de los derechos constitucionales, inclusive los derechos humanos. El puntofijismo, tuvo el mayor número de prisioneros, torturados y asesinados que las dictaduras anteriores.
El Comandante Chávez es la síntesis de las vías insurreccional y electoral, porque fue el jefe de una insurrección militar derrotada y después resultó triunfante en un proceso electoral, lo cual le confiere una extraordinaria fortaleza política. La Revolución Bolivariana se ha mantenido en el poder de acuerdo a elecciones y referéndum previstos en la Constitución y ha sido el gobierno más democrático que ha tenido Venezuela desde 1830.
La Fuerza Armada ha sido el factor revolucionario fundamental y una fortaleza para la estabilidad del gobierno. Además, la influencia que este hecho ha ejercido en el resto del continente es indudable. Pese al imperialismo y sus socios internos, la lucha de clase se puede llevar a cabo en el país en forma pacífica: la Conferencia Permanente por la Paz así lo demuestra. Si los revolucionarios sabemos actuar con rigurosidad científica y manejamos la dinámica de clases con sabiduría, podemos estar seguros que se consolide el proceso revolucionario y llevemos a cabo las transformaciones planteadas sin que la violencia se apodere del país. El camino es difícil pero es el camino dijo el camarada Argimiro Gabaldón.
