Desde hace ya un tiempo, por no decir desde que llegó la revolución de mano de nuestro gigante eterno, la capacidad de asombro de los venezolanos se nos rebasa y ya les voy a decir por qué ¿?. Una, que ya lleva aun cúmulo de experiencias vividas en las calles de nuestra Patria, que hoy la tenemos quiéranlo o no, los que discrepan de esta frase, en la actualidad sí, TENEMOS PATRIA. Nuestra capacidad de asombro rebosa los límites de cualquier ente de la humanidad, cuando vemos a los culpables del caos en algunas zonas de nuestra clase media…esa clase que nuestro poeta de la Patria grande, Mario Benedetti describe tan claro, en su poema que a continuación me permito mostrarles en esta página.
Poema a la Clase Media – Mario Benedetti
11 ENERO, 2009
tags: Mario Benedetti
Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.
Desde el medio mira medio mal
a los negritos
a los ricos a los sabios
a los locos
a los pobres.
Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también.
En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae (a medias)
analiza hasta la mitadtodos los hechos y (medio confundida) sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan (medio en las sombras)
a veces, solo a veces, se da cuenta (medio tarde)
que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina.
Así, medio rabiosa
se lamenta (a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza a entender
ni medio.
Nuestro poeta insigne no se equivoca en su esbozo, al sacar una radiografía de la clase media. Además, de esa radiografía, me disculpan los seguidores de mi admirado Benedetti, pues yo también lo sigo en sus poemas, creo, que además de esa media, que tan bien magistralmente la interpreta, existen otros calificativos, para esa ralea de sujetos de la humanidad, que se dislocaron en el camino que escogieron para convivir, en el mundo de los seres vivientes.
“Basado en un texto de Luis Britto García – Cubainformación.- Decía el novelista colombiano William Ospina que en el mundo los ricos celebran y los pobres protestan, mientras en Venezuela los pobres celebran y los ricos protestan”,
Me perdona el novelista señalado, aquí los pobres no celebran, luchan toda la vida por sus derechos, que se crea que celebramos por eso, seguiremos celebrando. A Venezuela, dice un porcentaje de la población, por cierto muy mínimo, que nos dividieron, ¿quién?, yo iría a refugiarme en la historia, iría 1492, cuando llegaron unos extraños y nos arrinconaron, en nuestra propia casa, a partir de ahí viene la división, es hasta ahora cuando nuestros eruditos del intelecto, si dieron cuenta de esa división.
Recorriendo la historia, la más reciente, después de la de nuestros precursores, nuestros pisatarios originarios, sus acompañantes de la hermana África, con su quilombo rebelde. Esa justicia de la que tanto nos engalanamos y no hace presencia aún, sino vayamos al colectivo ancestral, en la Goajira, con los hermanos Guayú, esto por nombrar su lucha histórica, sellada en los medios desinformativos del momento, escribo “algunos” aparece en medios para mencionarlos, como extraños por su casa, como lo señala la canción de Gabino Palomares, la malinche. http://www.youtube.com/watch?
Cuando llega una revolución en 1989, empezaron desde los medios, con el discursito, ahí viene el coco, el comunismo. No les funcionó. Trataron de intimidar al pueblo, ese pueblo que con la estrategia de nuestro presidente y sus misiones educativas aprendió a leer, y no a leer por conocer unas letras y formar una palabra, no, ese aprendizaje no, lo complementó con las clases magistrales de un maestro en la comunicación, que nos daba cada domingo en su ALÓ PRESIDENTE, además de entender esa palabra y su verbo, aprendió a descifrar, entenderla y analizarla, razonar una oración completa. Esa es la fuerza mágica que ningún imperio con el ejército de lacayos, no han podido debilitar. No se equivocó al traernos de nuevo la historia, esa que golpea y golpea, como menciona nuestro Alí en su canto necesario, en lo más hondo a esa clase media, la de Benedetti, cada vez que se la recuerdan. Odian la historia, es como un mal necesario que llevan en la espalda, como Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.
El sistema que nos impusieron en aquel prototipo, bien copiado de otras civilizaciones, se desquebrajó y en la Venezuela de hoy, les fracasó. Ya no pueden dominar al pueblo indomable de Guaicaipuro, de Bolívar y su ejército pata en el suelo y salvaje como lo catalogó aquella reina fúnebre y su consorte, en su reclamo al vocero Morillo. (Es cuando Morillo, en carta al Rey, le escribe aquella frase: “Catorce cargas consecutivas de caballería sobre mis cansados batallones me demostraron que estos hombres están resueltos a ser libres”.
Cuando el general Morillo regresó a España, el Rey le reclama cómo es posible que unos salvajes lo hayan derrotado a él, que había peleado contra Napoleón y derrotado sus tropas. Y Morillo le dice: “Su Majestad, es que no son ningunos salvajes. Si usted me da un Páez y cien mil llaneros de Guárico, Apure y Barinas, le pongo a Europa completa a sus pies”. Texto copiado, del libro “cuentos del arañero”, de nuestro gigante eterno, quien rompió el paradigma, y nos narró la historia verdadera.).
Es lo que hoy pasa en nuestra Venezuela patriota, hay un ejército dispuesto a ser libre, que lo sepa el imperio yanqui. Cuando esa banda de terroristas desclasados sale a destruir la patria, no van a poder. Cuando estudiaba primaria, nos dijo una maestra, que daba cogotazos cuando repetía las lecciones, “las lecciones entran con dolor”, este ejército de pueblo tiene doctorados en dolor acumulado, por lo que por ahí, también se pelaron, sabiduría y dolor junto, jamás lo derrocarán.
Ni que vayan a hacer living a las puertas del cielo, ni que pasen al recibidor del infierno, volverán a ser mando en la Venezuela rebelde. Vuelve de nuevo la Venezuela inteligente a superar a la clase de los trapos y vísceras que adornan, los grandes suburbios del lujo que quisieron diferenciarse de los humilde con rejas y aliños y hubo unos cuantos encandilados que hipnotizados con títulos de academia, se embarcaron y embargaron su existencia por aparentar una superioridad utópica. Hoy como las hienas, se caen a mordisco por sobrevivir en su propio hábitat, añorando sus propias raíces.
La hipocresía de la clase media es tan necesaria en ellos, que tienen que llevarla encima. Para poder vivir en su hábitat, pues todo los lleva necesariamente a sus orígenes, así no tengan conque pagar, contratan una cachifa que viene de donde vienen ellos, para igualarse con sus vecinos, tan igualitos como ellos, es el libre mercado de la competencia. En ese mundo Disney, levantan su prole, sumergidos en su propio engaño, y con todas las posibilidades y facilidades de una revolución, no reconocen que viven así, por esta revolución, por eso quieren más y más, un círculo vicioso donde dan vueltas y vueltas, los muchachitos cómodos, sin oficios que como robot, siguen instrucciones de caudillajes externos, que no son más que malandros drogados, héroes de su fantasía.
Otros buscan el refugio de la otra, no menos hipócrita que las religiones, se refugian en un Dios, donde se auto flagelan para dar consuelo a su alma, después de rezar u orar para que muera el tirano, se refugian en unos evangelios que escribieron otros hipócritas, para consolarse, con la coletilla “Dios es el camino y me guiará”, pero apoyan con su silencio cómplice, la quema de instrumentos como es el transporte público, donde viaja hasta un familiar de ellos, pero siguen con su odio y su Dios es el camino, la sociedad de hipócritas disfrazados con la careta de CLASE MEDIA.
No volverán más nunca, por Dios y mi madre y beso la cruz hecha con el pulgar y el índice, con rodilla en tierra.