Hay que plantearse la interrogante ¿A favor de quién está la balanza del conflicto? El gobierno asegura que los terroristas están aislados y uno percibe que la paz propuesta por Maduro arropa a sectores importantes de la burguesía. Por otra parte la Guerra de Cuarta generación, contra la revolución bolivariana, luce incontenible como si se tratara de un enfrentamiento de niños indefensos vs malandros armados.
Las movilizaciones a Miraflores tienen ahora el formato de recepciones parciales continuadas, en vez de aquellas aplastantes concentraciones que hacía Chávez para cerrarle la boca de una sola vez al imperialismo y a la oligarquía. Las convocatorias de la derecha terminan siempre con los terroristas adueñándose de la situación. Tampoco la derecha organiza aquellas gigantescas manifestaciones del 2002. Diríamos en términos boxísticos que los peleadores se están estudiando.
El balance de las víctimas por la violencia, si de un parte de guerra se tratara, es enteramente favorable a la derecha porque la mayoría de los muertos y heridos están del lado del gobierno.
Las principales tácticas políticas esgrimidas de un lado y del otro son: la paz y cese a la represión. Nada ni nadie saca a los contendores de esa ilógica, inútil y falsa diatriba. Ilógica porque parten de abstracciones fuera de la realidad. Inútil porque nada ganan ninguna de las partes con eso. Pero sobre todo falsa porque el socialismo no se construye rezando y la violación de los derechos humanos por el gobierno es sólo una parte de la guerra psicológica de la derecha. Las tácticas políticas de ambas partes carecen de una fundamentación objetiva. En vez de paz el gobierno está pidiendo cacao y en vez de cese a la represión, la oposición está pidiendo Maduro vete ya.
La confrontación internacional favorece al gobierno de Maduro en Latinoamérica pero la derecha cuenta con el respaldo, pareciera decidido, del imperialismo norteamericano que no respeta, a la hora de la verdad, ni al Consejo de Seguridad de la ONU.
Hay que tomar en cuenta que el diálogo de paz emprendido por Maduro es unilateral no es dialógico porque hasta ahora los dos extremos del conflicto no se han sentado a conversar en la mesa de negociaciones. No hay señales serias de la finalización del conflicto violento.
La derecha está segura de lo que quiere y sabe cómo hacerlo. Busca restaurar la IV República derrocando a Maduro. No es cierto que la derecha carezca de un proyecto, como a veces se dice subestimándola, su proyecto es el neoliberalismo aunque no se atrevan a plantearlo abiertamente.
La izquierda está también segura de lo que quiere pero no sabe cómo hacerlo. Busca el socialismo del Siglo XXI, el Estado Comunal y el País Potencia con las “armas melladas del capitalismo”. Si se cumpliera el Plan de la Patria no significaría la transformación estructural del actual estado capitalista a un estado socialista aunque establecería un puente hacia allá.
En este mes de ataques violentos de los terroristas ha perdido terreno el derecho de los venezolanos a vivir en paz, ha perdido terreno la lucha por la idea socialista y han ganado terreno las exigencias de los capitalistas.
Algo anda mal en la táctica y la estrategia del gobierno para no haber podido propinarle, por ahora, decisivas derrotas a los alzados de la ultraderecha como ocurrió en el 2002 y en el 2003 en lo político, militar y económico. En aquellos combates históricos la revolución salió con la moral en alto y la oposición quedó éticamente aniquilada. No siento que esté pasando lo mismo en el 2014 con la burguesía importadora y la clase media antichavista envalentonadas.
Es un asunto de análisis y reflexión determinar quién va ganando la pelea.
*Profesor de Filosofía jubilado de la UPEL. Autor del Poemario “Porque me da la Gana” y de la obra educativa “Utopía Pedagógica del Tercer Milenio” Ex Director Ejecutivo dela Casa de Nuestra América José Martí”
