¿Dejó algo la MUD en Miraflores por la paz?

Sinceramente nada. Acudieron allí, a sacudirse de sus pesadillas que
desde el gobierno de Chávez, han padecido y, actualmente con el de
Maduro, al que quisieron tirarse con guarimbas incluidas, que después
de tanto reconcomio y de resistencia por dar la cara, fueron a
merendar y, a lavarse sus caras con una desfachatez que no la brinca
un venado y, muchos de los participantes oposicionistas, se fueron por
la tangente de sus preocupaciones y, otros cogieron el atajo del
caminito de Guarenas para hacerse sentir y, cada quien como pudo a
pesar que viven en una dictadura se sacudió al compás que mejor le
pareció.


Guillermo Aveledo, se hizo acompañar del filósofo Julián María de
quien se sirvió para amasar un pedazo de rato con sus ideas a su modo
y creencia de ataja fuego y, el viejito vivaracho de Ramos Allup que
se inició en la lucha política como subordinado de Morales Bello en la
cámara de diputados y, ahora influido por la acción
constitucionalista, saboreando seguido y, con gusto el producto
absorbente como delicia a su gusto que desde 15 años atrás no
disfrutaba al dejar de ser comensal de esa caserón, que como jurista
especializado que no lo es y, quiso acabar con todo, pero jurungó con
un empacho romulero, la constitución a su apreciación y determinación
y antojo y, abortó con facilidad inquietante, las dificultades que les
ha traído a ellos términos como, revolución, socialismo, hegemonía y
por último la unión cívico-militar de un mismo pueblo cada quien en lo
suyo con sus deberes por delante, sirviendo con pasión, pero éste no
aclaro que lo que la Constitución no acoge como suyo se pueda hacer
uso de ello que quizás, por descuido o artimañas de otros, quedó
afuera y, él como un reventador de emociones y, pletórico desbordante
de liquidez espacial y, garante de artilugios políticos, hizo ver y
por ello tildo a Maduro de actuar inconstitucionalmente por estar
fuera de ella, pero su caso era otro, tapadito entre pistacho y maní y
su juguito de zanahoria con fresas como el que asienta, se es o no se
es, que además el comparte como líder adeco el himno de AD que si a
ver vamos incluye en él a milicianos y revolución que les encanta a lo
interno, pero que deja de ser constitucional -según sus propias
palabras en el acto- y, de capitalismo qué decir, término que tampoco
aparece en el texto, pero que ellos se matan por ese tipo de gobierno.


Roberto Enríquez, un desconocido, como secretario general de Copey,
fue el más condensado al tirar de todo lo que quiso decir a sus
anchas, les dio una clase de cultura política con asideros bien
rebuscados y, hasta se atrevió decirle a Maduro en su cara que, las
cosas las estaba haciendo muy mal, que a cambio, desde todo punto de
vista y práctico, desde la oposición lo han hecho y lo sigue haciendo
peor, si de cosa se trata como él lo llamo y, que no han podido, ni
han sabido conformar en la MUD, una excelente oposición y, es tan así
que se han valido de Capriles que como cosa no cuaja, no hay esperanza
de volver con él a Miraflores y, les va a ser bastante difícil salir
del PSUV en el poder, y, hasta pidió rectificación, algo como el
ahorcado en casa del verdugo pidiendo clemencia, eso es lo que se
dice, no tener un pelo de vergüenza como no la tiene Julio Borges como
el pajúo que es que, donde asiste, la pone peor que gallina primeriza,
no encuentra de qué palo ahorcarse con tal de meterse con Diosdado
Cabello que lo revuelca como a un tonto y, lo ve como al "coco de su
tortura así, como no atinamos a comprender qué hacía, Andrés
Velásquez, esa noche en Miraflores, razón por la cual, Jorge
Rodríguez, le confirmó de frente -mírame que es contigo- me caes
sumamente mal, uno que si todos fueran como él, la psicosis de ellos,
se hubiera acabado y siempre con su cara sonriente de chavista a
tiempo completo.


Otros, no me explico a qué fueron a esa cita y, nos preocupó que no
estuviera el adalid de Ismael García, quizás por miedo a Didalco
Bolívar, que le conoce hasta el modo de caminar y, por último, bajo el
susto que existía anticipado que esa noche temblaría por la asistencia
de Capriles -los sismógrafos enmudecieron de frío- por suerte, porque
donde pisa ése queda las marcas de sus mentiras y, fechorías bien
sintéticas y, esa noche no las peló como buen contribuyente del
fascismo, para jugar como un desconocido con lo conocido y, todos sin
excepción, hicieron de esa noche de tripas corazón que hasta al Nuncio
se vio rezar adormecido, para no taparse los oídos. Que Capriles con
su don de largar impertinencias vociferantes como angustiantes: no
declinó ni perdonó la hora de infortunar la paz con sus ofensas
cargadas de odio y, que si por él fuera ninguno de los allí presentes
del chavismo estuviera vivo, pero, de él, se encargó Jorge Rodríguez,
para desnudarlo sin peinarlo en su alegría de vil embaucador
fastidioso y engañador por lo que quizás la paz se fue de vacaciones
y, aprovecho la Semana Mayor sí, es que por esos lares acaso, vuelve.



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Esteban Rojas


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