Deben tener millones de jóvenes talentosos en sus filas. De esos millones, miles deben militar en sus partidos políticos. De esos miles cientos deben ser excelentes oradores. Arquitectos, ingenieros, médicos, humanistas, matemáticos, obreros… jóvenes talentosos en cualquier área y ejemplarizantes. Personalmente conozco varios de esos muy talentosos jóvenes que por una u otra razón hacen vida en la oposición venezolana. Todos ellos mandados literalmente al carajo por la MUD, la cual decidió que el representante de la juventud venezolana (de toda la juventud, indistintamente de ideología), era nada menos que el regaetonero NACHO.
Ni más ni menos, asistió a la Asamblea el de la "cachorrita", el del profesor pedófilo que se acuesta con una estudiante. El de "arriba las manos vengo de Venezuela". El mismo que usa una enfermedad tan delicada y frustrante como el cáncer como parte de su marketing y mercadeo, hasta el nivel de usarlo en videos y demás plataformas publicitarias. Ese mismo que no estudió porque "pa´ que", que no vive en Venezuela, que divaga entre el malandreo y el blinblineo. El mismo que hizo sus millones gracias a miles de rumbas pagadas con los reales de los que ahora critica. De los 167 diputados actuales, por lo menos 160 deben haber contratado a Chino y Nacho para alguna fiesta. Invitaron a Nacho "la criatura", el mismo que le ofreció tiros a otro rapero en un jamming de malandreo, el mismo que cree que filosofar es escribir frases que terminen con la misma sílaba en Instagram, cerrándolas con una cita al estilo Paulo Coelho.
Ahora bien; ¿por qué una cúpula política como la de la MUD, curtida en la batalla, con un equipo de estrategia monstruosamente eficiente, decide arriesgarse a invitar a este personaje a la Asamblea? ¿Por qué ellos, que por años han criticado a personajes como El potro Álvarez o Winston Vallenilla, hoy deciden hacer exactamente lo mismo que les parecía hasta antes de ayer bochornoso?
La respuesta puede ser más compleja de lo que se cree: detrás de esta invitación escudada en la polémica y en el impacto mediático, se encuentra el deseo de retomar el viejo modelo del joven venezolano. Ese mismo modelo que acabo con las esperanzas progresistas de los años 60 y 70, y termino siendo la espada de Damocles del país en los años 80. El joven que moldeó la universidad venezolana del neoliberalismo. Ese joven que solo estudia, si acaso, para hacer dinero. Aquel "emprendedor" que se puede considerar exitoso solo a partir de la cantidad de plata que tiene en el banco. Aquel joven que necesitaba un título para hacer billete, y olvidarse del Ghetto.
Nacho representa perfectamente esta clase de "joven", en el cual el éxito se reduce al dinero y la fama. El deseo de prosperar nada tiene que ver con el beneficio social e individual engranado, sino con la acumulación repentina de dinero. El esfuerzo realizado se mide, de igual forma, por el dinero que se tiene. No importa que miles de jóvenes del país hagan lo indecible para salir adelante, o que entreguen su vida en beneficio de otras personas, ninguno de esos otros logró lo que Nacho; alcanzar el dinero y la popularidad exacerbada, hasta el punto de poder "donar" alguito a alguna fundación.
El desarrollo del "joven" que voltea sus ojos hacia el pueblo como un gesto de "filantropía" es sin duda la meta última de la oposición venezolana. Aquellos ideales en los que la juventud forjaba la Patria, a través del desarrollo de las potencialidades de cada uno en beneficio del colectivo, no tienen cabida dentro del modelo individualista que intenta forzar la nueva Asamblea.
Sumado al interés expuesto por el nuevo viejo joven venezolano, tuvimos que presenciar como a Nacho se le ocurrió el día de un evento HISTÓRICO, decirnos que debíamos sencillamente borrar el pasado, y vivir en el presente. Una frase malditamente trillada por aquellos que nunca terminaron de entender, o ni siquiera se tomaron la molestia de investigar, que el aquí y ahora, tanto el poético, como el filosófico, no excluye, sino que fusiona de alguna forma, los tiempos de la vida. El aquí y ahora siempre serán gracias al pasado, y por el futuro.
García Márquez nos regaló una frase memorable como inicio de sus memorias. "La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla". Pues Nacho nos mandó a borrarnos la vida, para que él pueda seguir haciendo plata, ahora con sus nuevos clientes de la oposición. Vaya "juventud" ¡la que nos espera! Si el presente es de Nacho, el futuro es tuerto…