Tristísima y derramando más lágrimas que La Llorona, encontramos a la directora de la franquicia electoral Súmate. El local de la agrupación oposicionista está convertido en un gran charco de agua y lodo. Por lo tanto, para llegar hasta su oficina tuvimos que hacer como Ramoncito El Cimarrón: con el barro a la rodilla, nos subimos el pantalón para caminar.
—¿Qué ocurrió aquí?, preguntamos de entrada.
—El desastre causado por la inundación que observa, es producto de las lágrimas que he derramado al conocer el fracaso de mi táctica y estrategia de llamar a las elecciones primarias para seleccionar al candidato único de la oposición. Me salió el tiro por la culata, porque el Trío Los Panchos, compuesto por Julio Borges, Teodoro Petkoff y Manuel Rosales, hizo explotar con dinamita mi programada convocatoria electoral.
Los tres, tal como antes lo hizo Roberto Smith, despreciaron a Súmate y declararon a la prensa que habían acordado que “el candidato de la oposición será escogido por consenso” y las elecciones primarias sólo se realizarán “si fuera necesario”. Eso se llama darle un palo cochinero a Súmate, dijo María Corina dejando escapar un lagrimón del tamaño del obelisco de la Plaza Altamira. —¿Podrá Súmate superar este revolcón? —Como si hubiese sido insuficiente la pena que el Trío Los Panchos me hizo pasar ante mi venerado fan de la White House, los precandidatos oposicionistas Álvaro Carrillo, Luís Palacios, Víctor Romero y Enrique Tejera París, inscritos por iniciativa propia, han osado denunciar a los medios de comunicación que “Súmate tiene inclinaciones hacia los aspirantes que son más conocidos, como Julio Borges, el gobernador Manuel Rosales y Teodoro Petkoff”.
Sólo he recibido ataques, a pesar de que los oposicionistas aparentamos ser más unidos que Batman y Robin, que Superman y Jaime Olsen, que Bonnie and Clyde, que Don Gato y su pandilla.
—¿Qué le dijo Bush al enterarse que el trío de precandidatos le dio la espalda a las primarias?
—Al conocer mi derrota, vía celular me cantó al oído: “Me duele tanto el llanto que tú derramas, que se llena de angustia mi corazón. No puedo verte triste porque me mata tu carita de pena, tu dulce amor”.
—¿Qué hará con la franquicia de su empresa electoral?
—Como quebramos electoralmente, tendré que tirarla al olvido en el cuarto de los cachivaches políticos que funciona en la Quinta La Unidad, sede abandonada de lo que se conoció como la Coordinadora Democrática.
—¿Estará Súmate presente en las elecciones presidenciales de 2006?
—¡Qué va! Al quedar desechada la opción de las elecciones primarias, Súmate quedó deslegitimado por la propia oposición. ¿Quién iba a pensar que eso le ocurriría a mi empresa cuando la intención era desligitimar al CNE? Súmate murió como Chacumbele.
Por lo tanto, de ahora en adelante las primarias no me interesan. Y cuando nadie escuche mis cantaletas electorales, detendré mi camino en un pueblo lejano y allí moriré.
La entrevista concluyó cuando un grupo de representantes de la empresa electoral se abrazó dolorosamente con María Corina y dejó escapar un grito desgarrador que atravesó toda Caracas, pasó rasante por la Casa Blanca y se fue a enterrar para siempre en la sede del Nacional Endowment for Democracy.
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