Entreguismo, engaño y traición

La solicitud formal de la mayoría derechista en la Asamblea Nacional para que sea aplicada la Carta Democrática Interamericana carece de toda validez y constituye un gran engaño al pueblo de Venezuela y a la comunidad internacional.

Entreguismo y traición. No se puede llamar de otra manera lo que ha hecho la oposición apátrida venezolana al sumisamente solicitarle formalmente al ministerio de las colonias yanquis la intervención extranjera en Venezuela mediante la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. A diferencia de los "golpes buenos" ejecutados en Brasil, Paraguay y Honduras, la MUD está imposibilitada constitucionalmente de derrocar al gobierno democráticamente electo del presidente Maduro. El robusto orden constitucional de Venezuela y la conciencia política de su pueblo ganada en años de revolución democrática se lo impide. Sin embargo, la derecha transnacional continúa su pantomima. El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, está convencido de que el "informe exhaustivo" que le exigió a la MUD y que le ha entregado la Asamblea Nacional, le permitirá aplicar el artículo 20 de la carta ante la ‘ruptura del orden democrático". De esta manera, Almagro asumirá el encargo de convocar al Consejo Permanente por haberse producido en el país una "alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático". Dirá que sus gestiones diplomáticas "para promover la normalización de la institucionalidad democrática" fracasaron y convocará a un período extraordinario de sesiones para forzar la intervención extranjera en Venezuela.

Es un gran engaño. La solicitud formal de la mayoría derechista de la Asamblea Nacional para que sea aplicada la Carta Democrática Interamericana carece de toda validez y constituye un gran engaño al pueblo de Venezuela y a la comunidad internacional. Es tanta la obsesión por ver muerta a la Revolución Bolivariana, que la reaccionaria derecha transnacional es capaz de violar lo estipulado en la propia carta de la OEA para poder intervenir en Venezuela. Los artículos 17 y 18 de la carta son muy claros. En ambos está establecido que su aplicación únicamente procede con la aquiescencia expresa del gobierno concernido, es decir, el poder ejecutivo, el primer mandatario, el presidente Nicolás Maduro. En ninguna de sus partes dice que su aplicación procede del poder legislativo o por mandato de Washington. La carta deja suficientemente claro que su eventual aplicación en Venezuela exige el consentimiento previo del gobierno del presidente Nicolás Maduro, y nunca de la Asamblea Nacional.

Articulo 17: "Cuando el gobierno de un Estado Miembro considere que está en riesgo su proceso político institucional democrático o su legítimo ejercicio del poder, podrá recurrir al Secretario General o al Consejo Permanente a fin de solicitar asistencia para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática".

Artículo 18: "Cuando se produzcan situaciones que pudieran afectar el desarrollo del proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder, el Secretario General o el Consejo Permanente podrá, con el consentimiento previo del gobierno afectado, disponer visitas y otras gestiones con la finalidad de hacer un análisis de la situación (…)".

Entreguismo, engaño y traición. Con su solicitud formal para la intervención extranjera, la oposición derechista venezolana ha demostrado no tener escrúpulos para engañar al pueblo de Venezuela, traicionar el interés nacional y entregar la patria al imperio.



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Antonio García Danglades


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