Después no digan que no se los dije. Tengo tiempo ya expresando en estas mismas líneas que la oposición nunca ha tenido interés real en participar en las elecciones presidenciales. Esto no tiene nada que ver con las supuestas condiciones para participar en dichos comicios, ni porque crean en el fondo de su corazón que el CNE les va a hacer trampa. La verdadera razón es que entre ellos mismos no hay manera que se pongan de acuerdo, que la oposición venezolana es un desastre, que cada cual hala para su propio lado, que no tienen el más mínimo sentido de lo que es desarrollar un proyecto de país (de lo cual ni siquiera se habla, porque obviamente no les parece importante) y porque, la suma de todos estos elementos juntos, lleva a que no tengan los votos suficientes para hacer un papel medianamente decente en dichas elecciones.
Podrán disfrazar su escandalosa incapacidad de articularse con argumentos como los que ya estamos hartos de escuchar, pero todo el mundo sabe que la realidad es otra muy distinta, que aunque crean que están engañando a la gente con el asunto ese de que no hay condiciones.
Cuando uno habla en la calle con personas que se identifican como oposición, lo que manifiestan es que no van a votar porque no tienen un candidato ni un proyecto que merezca el sacrificio de hacer la cola. Muy pocos, sólo los globovisados crónicos, esgrimen el argumento de que les harán trampa.
Entonces, ¿a quién cree que engaña la empleada del imperio cuando dice, de repente y como quien no quiere la cosa, que se acaba de dar cuenta de que no hay tiempo para organizar unas elecciones primarias?, ¿cómo puede pensar que la gente se comerá ese cuento, si todo el que sepa manejar un calendario sabe que faltan más de cinco meses para las elecciones?, ¿cómo subestima tanto la inteligencia de la gente si todo el mundo conoce que hay casi una veintena de candidatos preinscritos, dispuestos a participar?
La verdadera razón
El problemita es que la genuflexa, digna discípula de quien le paga, cree que puede verle a los demás la cara de tontos. Que se puede parar ante las cámaras de televisión, con su cara muy lavada, a decir un montón de mentiras, asumiendo que todo el mundo da por verdad sus argumentos halados por los cabellos.
La verdad de toda esta historia es que la orden que había recibido la niña en relación con convocar unas elecciones para legitimar al tan esperado candidato único hubiera resultado bien si las cosas se hubieran mantenido como estaban. En otras palabras, la idea imperial era que Julio Borges fuera el candidato único, pero como eso no se podía decretar así no más, se hacía necesario generar algún mínimo mecanismo para que esa decisión quedara legitimada. Para eso, lo que había que hacer era convocar unas primarias en las que, prácticamente por aclamación, se dijera que el caballero era el candidato.
El problema es que en la cuenta no estaba el hecho de que Manuel Rosales necesitaba desesperadamente ponerle un dique de contención a Borges. Rosales se encuentra secuestrado en la gobernación del Zulia, porque no puede abandonar el último bastión que le queda a la oposición para participar en unas elecciones que está súper clarito que perdería. Pero, a la misma vez, tampoco podía dejar que Borges se posicionara así tan fácil como el candidato único de la oposición, ya que entonces la pelea por la candidatura única, de cara a 2012 (que es lo que de verdad está en juego en toda esta historia) se le haría mucho más difícil.
Por todo esto es que, entonces, se propuso la candidatura de Teodoro, quien podía aparecer como un candidato simbólico, que sirviera más que de candidato de vocero, con la función de despotricar con todos sus pulmones del CNE, y que, al final, se retiraría luego de haber realizado su trabajo de reclamador, con el argumento de que no hay condiciones. Lo mejor que tiene Teodoro, desde la óptica de Rosales, es que no representa ninguna amenaza para 2012 por razones de edad.
Si la cosa hubiera llegado hasta allí, quizás no hubiera sido tan complicada resolverla. El problema que se presentó es que la candidatura de Teodoro abrió la caja de Pandora, porque entonces comenzaron a aparecer candidatos y candidatitos, todos queriendo competir en las fulanas primarias, exigiendo igualdad de oportunidades de participación que los demás.
Las primarias siempre fueron una mentira
Nunca existió una real intención de hacer elecciones primarias, porque realizarlas traía muchos problemas.
Por un lado, si se hacían de verdad verdad, ganaba Julio Borges, lo cual no le interesa a mucha gente, como Rosales y todos aquellos que no quieren que Primero Justicia se posicione como principal partido de oposición. Por otro lado, si se hacían transparentemente, quedaría en evidencia que la oposición no puede movilizar a casi nadie, por lo que sería dejar al descubierto una derrota por adelantado, aunque esto pudiera ser solucionado por Mendoza, quien saldría diciendo que votaron 27 millones de personas.
Ahora bien, cuando la vanidad se adueñó del gentío que inscribió su candidatura presidencial, el otro riesgo era que, sin poder determinar claramente quiénes podían votar y quiénes no en las fulanas primarias, los chavistas, nada más que por amargarles la vida, fueran ese día a votar por alguien así como William Ojeda, y entonces la oposición se tuviera que calar que dicho prócer fuera el tan esperado candidato único, con el terror que eso podría significar.
La otra es que, en un grupo tan acostumbrado a no aceptar los resultados electorales, júrenlo que varios de los precandidatos saldrían gritando que les robaron las elecciones, cuando la “Malinche” anunciara al presunto ganador. Es decir, que todo lo que ellos han dicho hasta ahora de los pobres del CNE, lo dirían ahora de Súmate. Terror.
El dedo famoso y el trío de notables
Muchos se preguntarán. ¿Y ahora qué?, ¿Cómo se escogerá entonces el dichoso candidato? La respuesta se divide en dos partes. La primera es que hay que tener claro que no se está buscando un candidato sino un reclamador, un vocero despotricador que desprestigie lo más posible al CNE en función de socavar los cimientos democráticos del triunfo de Chávez que está más que claro.
La segunda es que ese candidato– reclamador ya está escogido y es Teodoro. Que ¿quiénes decidieron esto?, pues un trío de muy famosos:
Castillo Lara, Escobar Salóm y Miquelena.
Este grupo que algunos ya llaman “los notables”, se ha reunido con los candidatos más importantes para convencerlos de que Teodoro es el hombre. Obviamente el argumento es que es el que mejor sabe descalificar al Gobierno y al CNE, porque su verbo incendiario, que ralla casi en lo ordinario, viene al pelo con la función que le tocaría cumplir. Obviamente la idea sería retirar su candidatura casi al final, luego de haber saboteado el proceso durante todos estos meses, para no exponerlo al escarnio público de medirse realmente con el fenómeno electoral de Chávez. La otra es que con su candidatura le cortan definitivamente el trote a Borges, para que no se le escape a Rosales antes de 2012.
Así que, lo que son las ironías de la vida, tanto que criticaron el famoso dedo de Miquelena, para ahora terminar en sus manos.
Lo único que resta por decir es que, ahora sí es verdad que hay que pensar que Chávez los tiene locos.