El mano a mano de Petkoff y Súmate

Ésta es la historia del desamor de un precandidato oposicionista, como no hay otra igual.

Petkoff (P): Vengo a decirle adiós a los muchachos, / porque yo ya no voy para esa guerra (de las primarias).

Súmate (S): Pretendiendo humillarme pregonaste/ el haber desdeñado mi pasión,/ y fingiendo una honda pena/ imaginaste que moriría de desesperación./ Total, si me hubieras querido,/ ya me hubiera olvidado de tu querer,/ ya ves que fue tiempo perdido/ el que tú has meditado/ para ahora decirme que no puede ser.

P: Cuando recibas esta carta,/ ya sabrás que entre nosotros todo terminó/ y no la des por recibida por traición./ Te devuelvo tus palabras,/ te las devuelvo sin usarlas/ y que conste en esta carta/ que terminamos de un jalón./ No me escribiste/ y mis cartas anteriores/ no sé si las recibiste./ Tú me olvidaste/ y mataron mis amores / el silencio que le diste./ A ver si a esta/ sí le das contestación, Súmate.

S: Se te olvida que me quieres/ a pesar de lo que dices,/ pues llevamos en el alma cicatrices (las derrotas del golpe de Estado del 11-A, del paro petrolero, de la guarimba)/ imposibles de borrar.

P: Se te olvida que hasta puedo/ hacerte mal si me decido,/ pues tu amor lo tienes muy comprometido (con Bush),/ pero a fuerza no será.

S: Hoy resulta que no soy/ de la estatura de tu vida,/ al soñar otros amores / se te olvida/ que hay un pacto entre los dos.

P: Todos dicen lo mismo,/ que tú me estás embrujando,/ que conmigo estás acabando,/ que yo no sirvo pa'ná,/ que ya no soy ni mi sombra,/ que me ven y no me conocen,/ que mi mal no tiene remedio.

S: Aunque me digas te quiero,/ aunque me llames mi vida,/ no, no y no,/ no te lo voy a creer./ Esas palabras tan dulces/ puede que sean sinceras,/ pero no, no y no,/ no te lo voy a creer.

P: Sueñas que eres muy hermosa,/ vives engañada,/ no tienes corazón,/ tu amor no vale nada.

S: No creas que si tú te alejas/ te voy a rogar,/ tendré que buscar otro amor,/ pero que me sepa amar./ Aunque sé que sufriré/ por mucho tiempo,/ mas tú verás que te lograré olvidar.

P: Ando volando bajo (en las encuestas),/ mi amor (por el pueblo) está por los suelos/ y tú tan alto, tan alto,/ mirando mi desconsuelo,/ sabiendo que soy un hombre/ que está muy lejos del cielo (de Miraflores).

S: Qué bonito es la venganza/ cuando Dios nos la concede,/ yo sabía que en la revancha/ te tenía que hacer perder./ Ahí te dejo mi desprecio,/ yo que tanto te adoraba, / para que veas cuál es el precio / en la ley del querer (electoral).

P: Me contaron tus amigos (de la Casa Blanca)/ que te encuentras muy solita,/ que maldices tu suerte/ porque piensas mucho en mí./ Miseria que llena de espanto,/ porque no me quieres,/ miseria que es odio y es llanto/ porque sé quién eres.

S: Yo no quiero estar contigo,/ nos dimos tanto dolor,/ que sólo queda el rencor. / No debemos ser ni amigos,/ perdonar ya para qué/ si volvemos a lo mismo.

P: Fuimos nubes que el viento apartó,/ fuimos piedras que siempre chocaron,/ gotas que el sol resecó./ En el tren de El Encanto me voy, / mi boleto no tiene regreso,/ lo que tengas de mí te lo doy,/ pero yo te devuelvo tus besos.

S: Ojalá que te vaya bonito,/ ojalá que se acaben tus penas,/ que te digan que yo ya no existo,/ que conozcas personas más buenas/ que te den lo que no pude darte,/ aunque yo te haya dado de todo./ Nunca más volveré a molestarte,/ te adoré, te perdí,/ ya ni modo.

Periodista vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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