¡Increíble! Habló mucho y no dijo nada. —¿Cómo es la cosa? ¿Qué dijo el
candidato oposicionista? —¡Mucho y nada! —¿Pero qué es mucho y nada?
—Te voy a explicar mejor. El candidato oposicionista anunció “la figura del
salario mínimo para los desempleados” y “la creación de un aporte financiero
directo a la clase media y a los sectores populares a través de una tarjeta
de débito que se le otorgará a la familia venezolana entre 600 y un millón
de bolívares”.
—¿De verdad oíste que informó esa promesa de la tarjeta de débito?
—Claro que lo dijo. Yo lo oí con mis propios oídos. Es tanto así, que a ese
aporte económico que ofreció ya la gente lo comenzó a llamar “El Flojibono”.
—¿El Floji qué?
—“El Flojibono”, un aporte para todos los desempleados. Lo escuché, pero
todavía no puedo creer lo que expuso.
—Además de adelantar lo de “El Flojibono”, ¿qué otra promesa adelantó?
—También señaló que aspira que en su gobierno los venezolanos “seamos dueños
de nuestra propiedad, de lo que poseemos”.
—Ahora sí se enredó la cabuya. ¿Cómo es eso de que “seamos dueños de nuestra
propiedad”? Tengo entendido, por ejemplo, que si yo soy dueño de un carro,
ese automóvil es de mi propiedad, es mío y de más nadie. ¿O no?
—Igualmente apuntó que “la tierra no es del Gobierno, ni de nadie en
particular”, pero “si hay que comprar tierras, para eso éste es un país tan
rico y poderoso económicamente”.
—Esa noción de la propiedad también está confusa, borrosa. Porque si la
tierra no tiene dueño alguno, ¿a quién se la podemos comprar, quién la puede
vender, si no existe propietario conocido? Nunca había escuchado tantas
incoherencias, incongruencias, tantos dislates juntos. ¡Qué molleja primo!
—No me había dado cuenta de esa serie de contradicciones. Por lo que dices,
creo que ese candidato oposicionista es un disparatero, un iletrado, que no
sabe lo que expone, una persona que habla por hablar.
—También indicó que “al pueblo sólo se le quiere encandilar con programas
sociales, que hoy llaman misiones”. Sin embargo, sostuvo que “las misiones
deben seguir”.
—Lo que te acabo de escuchar es el colmo de las discordancias. Pareciera que
ese candidato tiene una hernia mental que le impide pensar coherentemente.
¿Dónde aprendió a hablar ese señor?
—Recuerda que ese candidato formó parte activa en el Zulia del grupo adeco
de C.A. Pérez. Por lo tanto, está saturado del más elemental populismo
adeco.
—Con razón, habla de esa forma cantinflérica, incongruente y de manera
inconexa.
—Ponte cómodo para que escuches estas otras joyas verborreicas expresadas
por ese señor: “En Venezuela ahora quien manda es la delincuencia, el hampa
común y la guerrilla”. “Los aviones de guerra los cambiaremos por
hospitales, los tanques de guerra por escuelas y universidades, los misiles
por preescolares”.
—Si ahora, supuestamente, en Venezuela “quien manda es la delincuencia, el
hampa común y la guerrilla”, y eso ocurre poseyendo el Gobierno misiles,
tanques y aviones de guerra, entonces ¿qué crímenes no cometerán los
delincuentes cuando la nación régimen se desprenda de todo ese material
bélico? ¡Te das cuenta que ese candidato es un disparatero, la equivocación
hecha carne!.
—Según tu opinión, ¿cómo podemos llamar a ese candidato oposicionista?
—¿Cómo va a ser? Frijolito III.
—¡No! Estás equivocado. Ese apodo le queda muy grande al inventor de “El
Flojibono”. Propongo que lo llamemos “El Rey del Disparate”, y a medida que
vaya hablando se tendrá bien merecido este remoquete.
Periodista vchavezlopez@hotmail.com