Antes de preocuparse de la salud de su abuelita, lo que Lilian Tintori está pretendiendo es curarse en salud ella, después de ser descubierta traficando: ¡200 millones de bolívares!, que estaban siendo transportados en varias cajas de madera.
200 millones de bolívares, equivalen aproximadamente a más de 60 mil dólares, que ciertamente para un tratamiento de salud, no es mucho, pues existen otros tratamientos más caros. Claro que lo que es por demás llamativo es que ese monto de dinero lo traslade en efectivo, cuando existen mecanismos financieros para que no se realicen en efectivo, sino por medios virtuales, como es el uso de banca electrónica, empleando para ello las conocidas tarjetas de crédito.
Punto alto para el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia), que ha pillado con las bragas abajo a Lilian Tintori, transportando esa cantidad de dinero, quien no ha tenido mejor salida que usar la salud de su abuelita para salir del paso. Desde luego que los imponderables de la salud nunca están ausentes dentro la vida familiar, en este caso la de la abuelita de Lilian. Claro que lo que no cuadra es lo que mencionaba, sobre el procedimiento poco ortodoxo para esas operaciones financieras.
Para nadie es un secreto que para las movilizaciones emprendidas por la oposición venezolana desde el mes de abril hasta inicios de agosto se necesitaba de un financiamiento. Gratis no se mueven los mercenarios, hay que pagarles para que se movilicen, y mantenerlo en estado de apronte cuatro meses y más a la Guarimbas, se necesita mover grandes cantidades de dinero.
Y es que lo que estaba en juego en Venezuela no ha sido poca cosa. Son las riquezas petroleras más grandes del planeta lo que está en juego, por lo que hay que pagar bien a quienes harán de carne de cañón. Claro que los 200 millones que le encontraron a Lilian Tintori, no es todo lo que se destinado a derrocar al gobierno del presidente Maduro, debe haberse financiado para ese propósito profusas cantidades de dólares estadounidenses a distintos grupos guarimberos, quienes fueron los que desataron la desestabilización. Y es que por el petróleo que los EE.UU., ha promovido y promueve las guerras, en base a la industria del terror.
Así que no hay abuelita que valga, sino el cuento del tío; el del tío Sam de que ese dinero era pagar a los mercenarios dispuesto por los EEUU, para que les roben su petróleo a los venezolanos.
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