Durante aquellos días de ultraviolencia, Capriles se lucía desfilando por las calles del este del este acompañado de jóvenes semidesnudos enmascarados de fin de mundo; así podía arrastrar su imagen enclenque de flaco sin gracia por los estertores de la política más horrible y entreguista. En otro punto de la ciudad, también en esos tiempos de guarimbas de fuego, Ramos Allup señalaba sus motores de mayor fuerza: gorra, lengua, marcapasos, y el lugar donde se amarraba sus pañales desechables de adulto. Este año, María Corina, la amante del chicharrón con pelos, ha lanzado una reedición de las guarimbas con un nuevo modelo, basado en menores de edad que buscan su emancipación mostrando pruebas de malandraje, y muchachos con problemas, no tan adolescentes, que enseñan el pipí a otros hombres en la calle, mientras permanecen enmascarados y derramando coprolalia.
En la larga pornografía de la oposición, tenemos la colección completa de nalgas de líderes que ahora son inquilinos molestos en embajadas y casas de familiares en el exterior. La pornografía discursiva de la Tintori la obligó a elegir entre esconder una infidelidad que terminó en barriga, o reconocer que las autoridades sí la dejaban ver a su Leopoldo en la cárcel… nunca sabremos la verdad, si le otorgamos la razón sobre el terrorismo dictatorial que denunció tantas veces en su caso de visitas maritales... ella misma nos llevó a darle el beneficio de la duda…
Marchas de tetas, pantalones abajo, evacuaciones en público,… se mostraron como rabietas de muchachos, como parte de una fiesta sangrienta en la que envolvieron la vulgaridad de las existencias de estos políticos que se movían bajo la sombra de la desesperación. Infantilismo, vociferación de la entrega a potencias extranjeras, traición a la Patria… Pornoguarimba, edición 2018.
¿Será que continuaremos el álbum de barajitas de las vulgares desnudeces de estos personajes desvergonzados? ¿Seguiremos viendo a la depredadora María Corina arrastrando pollo-roncos y adolescentes para el desfile guarimbero primavera-verano 2018?
¡¡ N O V O L V E R Á N…!
