Siempre, durante la IV República y en los años que han transcurrido del siglo XXI, todo lo que ha hecho el oposicionismo ha sido por odio a Venezuela y a todo el pueblo venezolano.
Por odio, aborrecimiento, inquina, resentimiento y desamor, el candidato oposicionista Manuel Rosales califica como “parásitos” a los millones de venezolanos que se benefician de las misiones sociales.
Por odio a la democracia protagónica y participativa, el 11 de abril de 2002 -en alianza lacaya con el gobierno de George Bush-, el oposicionismo dio el golpe de Estado contra un presidente electo democráticamente.
Por odio a los gobiernos democráticos con inmenso apoyo popular, el 12 de abril de 2002 la oposición golpista designó a dedo al empresario Pedro Carmona Estanga, con C.I. N°. 1.262.556, presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Por odio a las elecciones presidenciales, a nuestro ordenamiento jurídico y al Estado de Derecho, Pedro Carmona se auto juramentó como presidente de República de Venezuela el 12-A.
Por odio a la libertad, el oposicionismo redactó el Decreto de Carmona que eliminaba al Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General, la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo y el Consejo Nacional Electoral.
Por odio a Simón Bolívar, durante el golpe de Estado del 11-A, mediante decreto el sector opositor le cambió el nombre a la República Bolivariana de Venezuela, aprobado en referendo por la mayoría de los venezolanos. Ese mismo día, por odio, rencor, tirria, ojeriza, malquerencia y animadversión, el oposicionismo descolgó el cuadro del Libertador que estaba en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores.
Por odio a un liderazgo popular auténtico, durante el golpe de Estado del 11-A, violando sus derechos humanos, el golpismo oposicionista secuestró y amenazó con asesinar al presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Por odio al saber y al estudio, demostrando que el desarrollo de la educación para ellos no es una prioridad nacional, los oposicionistas se oponen a las misiones Robinson, Ribas y Sucre.
Por odio a una Pdvsa capaz de propiciar la existencia digna y provechosa del pueblo venezolano, la oposición saboteó la exploración, producción, manufactura, transporte y mercadeo de los hidrocarburos de esta empresa operadora a finales del año 2002 y principios de 2003.
Por odio a que se mantenga abastecida a la población venezolana de bajos recursos económicos con alimentos de calidad y baratos, el oposicionismo –después de tener el estómago lleno y la nevera repleta- se opone ferozmente a la creación de la Misión Mercal.
Por odio a que los campesinos tengan tierras propias, el sector opositor encara con sicarios la eliminación del latifundio en Venezuela.
Por odio a que se reconozca el valor del trabajo en el hogar, brindando atención integral a las mujeres y a las familias en situación de pobreza extrema, a fin de garantizarles el acceso a sus derechos fundamentales, la oposición se resiste a la aplicación de la Misión Madres del Barrio.
Por odio al deporte, durante el sabotaje petrolero la oposición suspendió el Campeonato de Béisbol Profesional de Venezuela, temporada 2002-2003. Hecho que ocurría por primera vez en la historia del béisbol venezolano.
Por odio a la libertad de expresión, durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 la oposición clausuró VTV. Por su parte, comprometidos con la desestabilización del gobierno venezolano y protagonistas del citado golpe de Estado, los medios oposicionistas censuraron o dejaron de informar sobre los hechos que, con el pueblo a la cabeza, marcaron el regreso del gobierno democrático del presidente Hugo Chávez.
Por odio al sistema de salud pública instrumentado por el gobierno actual como política de inclusión, universalidad y accesibilidad, los oposicionistas se contraponen obcecadamente a la Misión Barrio Adentro.
Por odio a que el pueblo observe con nitidez lo que ellos están haciendo contra todos los venezolanos, el oposicionismo se opone radicalmente a la Misión Milagro.
Por odio a que se rescate, reivindique y garantice los derechos de las personas en situación de calle y de la población que vive en pobreza extrema, el sector opositor se revuelve ante la Misión Negra Hipólita. En consecuencia, sus medios disociados la denominan peyorativamente “Misión Negra Hipócrita”.
Por odio a la Patria, el sector opositor pretende entregar nuevamente todas nuestras riquezas al imperialismo, tal como lo hizo durante la IV República..
Por odio a los pobladores originarios, a quienes el constituyente de 1999 les reconoció sus derechos como comunidad libre e incorporó a los planes de desarrollo hasta ahora desconocidos, el oposicionismo racista se contrapone a que el 12 de Octubre sea llamado Día de la Resistencia Indígena.
Por odio a la inclusión de los estudiantes de menos recursos económicos a la Educación Superior, se opusieron a la creación de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
¡Sólo el amor salva a Venezuela!
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