Ese hombre si camina, porque Chávez lo tiene loco

Después de darle la centésima octava vuelta al Salón de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en tres jornadas de seis horas cada una, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, sintió que se le acalambraban las piernas.

Bolton sintió que la sensación desagradable le subía desde el músculo extensor de los dedos del pie. Luego se expandía como un rayo por el tendón de Aquiles y le tomaba el tibial anterior, el peroneo lateral largo y el sóleo, hasta electrizarle el gastrocnemio de ambas extremidades inferiores.

-Yo estar mamado de tanto caminar. Tener calambres y doler juanetes. Mis piernas ya no servir para nada, le cuchicheó Bolton a Gert Rosenthal, embajador de Guatemala ante la ONU.

-Johncito, asume la cosa con calma. Pues, esta elección para conseguir el escaño para mi país en el Consejo de Seguridad de la ONU es para un rato bien largo. Recuerda que Chávez resistió con serenidad durante tres meses el sabotaje petrolero que Estados Unidos y la oposición le hicieron a finales del año 2002 y principio de 2003, dijo el representante guatemalteco con una indolencia que daba lástima.

John Bolton, conocido en la ONU como Sam Bigotes, tratando de relajar la zona muscular en tensión, se sentó al lado de Rosenthal y estiró suavemente las piernas. En procura de la irrigación sanguínea, se masajeó los muslos y fue bajando las manos gradualmente por las extremidades inferiores. Al palparse las rodillas, se tanteó un área pequeña de piel engrosada de prominencia callosa.

-Brotar callos en rodillas. Deber ser porque yo pasar largas horas hincado en piso cuando presionar a embajadores que dudar seguir votando por Guatemala, dijo Bolton en un trabajoso español.

-Johncito, mañana te regalaré un par de almohadas de plumas de quetzal para que descanses tus rodillitas, expresó el diplomático centroamericano, sin dejar de mirar los dos murales abstractos del artista francés Fernand Leger pintados a cada lado del Salón.

-¿Cuántas rondas de votar se han realizado hasta ahora?, preguntó Bolton en una clara demostración de disgusto y agotamiento.

-Johncito, yo perdí la cuenta cuando se habían celebrado más de cincuenta y siete rondas.

-Si votación pasar de cien rondas y no ganar nadie, yo retirar candidatura de Guatemala y buscar consenso con Venezuela, dijo Bolton con la voz desgastada, pasándose la mano por sus poblados bigotes.

-Johncito, tu decides qué es lo más conveniente para Guatemala. Pues, esta candidatura, más que de nosotros, es de ustedes.

Bolton se levantó despacio, poniéndose las manos en la cintura. Movió las piernas, como si tratara de desprenderse de los calambres. Poseído de renovadas fuerzas, emprendió su centésimo noveno tours cazavotos para Guatemala.

-Pobre Bolton, ha caminado más que cochino chiquito y loco de carretera buscando votos. Ahora si estoy convencido de lo que muchos dicen en Venezuela con relación a Bush y al oposicionismo, comentó en voz baja un embajador latinoamericano.

-¿Qué es lo que dicen?, curioseó otro diplomático.

-Que Chávez los tiene locos.


vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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