Esta semana inicia por la mitad debido al feriado de carnaval.
Este lunes el diputado Juan Guaidó alias White dog, luego de violar la prohibición de salida del país emanada del Tribunal de Supremo de Justicia, aquel 22 de febrero, retornó a Venezuela por el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía y ni un rasguño le hicieron los esbirros de Nicolás Maduro. Se paseó por Brasil, Ecuador, Colombia, donde le tendieron alfombra roja para que terminara de comerse el cuento…
Miles se preguntan, como yo, ¿por qué sigue libre? y especialistas en el área de la justicia y del derecho se han encargado de explicar: que si se le abrió una averiguación, que si no hay delito aún, que si tiene inmunidad parlamentaria. Pero también hay elementos políticos que obligan a ser ¿cuidadosos? en esta parte de la historia: que si mejor es evitar el show, que no debemos dar el gusto a quienes los defienden. El caso es que de manera increíble, Guaidó fue recibido por embajadores de otros países que tienen relaciones diplomáticas con Venezuela. Y entonces ¿cómo podemos permanecer tan tranquilos?. Nervios de acero, nos dicen. No me quiero imaginar la presión que soporta el presidente Nicolás Maduro. Entonces estamos obligados a resistir.
Guaidó llegó cual estrella de rock, recibido por una respetable manifestación de apoyo. Es algo que debemos reconocer porque fingir que no pasa nada es peor. Creer ingenuamente que por el hecho de que su llegada a Venezuela no fue transmitida por algunas cadenas internacionales “no pasó nada”, es sencillamente estar fuera de la realidad pues youtube se encargó de romper ese aparente cerco mediático de la TV por cable. ¿No saben quienes eso afirman que el modo de ver TV cambió para siempre?.
Los que apoyan a Guaidó, en su mayoría jóvenes y mujeres, por lo que hemos visto hasta ahora, marchan al ritmo de una consigna llena de odio “Maduro, coño e’ tu madre” . Un grito que nació del tema musical de una “inmigrante”, Reymar Perdomo quien, supuestamente por culpa del presidente Maduro se fue a Colombia. Por cierto que ella cantó en el templete de Richard Branson. Esa misma gente le da la mano a los funcionarios de la PNB que encuentran a su paso “Policía, amigo, únete a la lucha”. Hace un año los humillaban y las chicas les lanzaban sus pantys a la cara.
Todavía no han entrado en modo guarimba pero es de suponer que se acercan esos días. Guaidó no puede ocultar la violencia en su verbo pese al esfuerzo que hace para aparentar ser un hombre ecuánime, el chico que se las sabe todas. Un discurso vacío, sin contexto ni sustento ideológico pero violento, amenazante, pragmático y al grano. “Y si me tocan hay una revuelta popular”, ha llegado a decir. Ataca flancos que considera estratégicos como los militares, o “débiles”, como los pueblos indígenas. Ahora lanza la soga a los empleados de la administración pública a ver a quiénes engarza y convoca de manera pública y notoria a un “paro escalonado” para esta semana.
Esos son sus días de “gobierno”. Vamos a ver quién responde a ese llamado. En 1999 en una entrevista que le hice al periodista y dirigente político Guillermo García Ponce, él advertía que la administración pública seguía con la misma gente de la “cuarta república”, o sea con adecos y copeyanos, y con sus vicios porque el presidente Chávez no había querido botarlos…Eso se ha mantenido hasta ahora y muestra de ello es el constante saboteo en todos los procesos del Estado.
Percibimos entonces que se pretende recrear un escenario similar al del año 2002, aquel paro que se les fue de las manos ¿recuerdan?…Generar violencia y provocar, ese es el guión ahora.
Desde aquí repetimos: “suéltenlo pa’ que se defienda”