De sobra sabemos quiénes son los enemigos externos de Venezuela (Trump y su tropa de atracadores de lo ajeno, el Grupo de Lima, Marco Rubio, la OEA, etc.), y también sabemos quiénes son los enemigos internos (opositores adecos y copeianos de la MUD, Primero Justicia, las Guarimbas, etc.); pero el enemigo número 1; sin duda que no es otro que Juan Guaidó.
Y no es que porque contra Guaidó haya una enfermiza ojeriza para considerarlo enemigo público No 1 de Venezuela, sino que son sus alevosos y cobardes actos que ha desatado contra la patria del libertador Bolívar lo muestran que es esa su condición.
Después de su gira por los EE.UU., para ser reconocido como presidente encargado, una vez que se auto proclamó como tal; Juan Guaidó no sólo que fue a besar la mano de Trump, sino que pidió la intervención de Venezuela, pero que gracias a un patriotismo que estuvo a la altura del legado del libertador el pasado 23 de febrero.
Guaidó sabe de sobra los antecedentes criminales de los estadounidenses en Irak donde hace 16 años invadieron y se apropiaron del petróleo iraquí; no sin antes regar de muerte y desolación ese país, y sabe de sobra que Venezuela es la veta que están buscando para apropiarse de él, e implementar las políticas desquiciadas de Trump. Pero eso es lo de menos, su espíritu de traidor lo lleva venderse por un plato de lentejas.
Hoy, y ya después de que no pudieron invadir Venezuela con la treta de la “ayuda humanitaria”, ni con los falsos positivos que armaron para que reviente la violencia, Guaidó le ha vuelto a dar otra puñalada a Venezuela, convocando a un paro nacional del sector público administrativo, queriendo mostrar que es quien manda en Venezuela.
Claro que nuevamente se estrellado contra la realidad después de las declaraciones de Franklin Rondón, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público (FENSATREP), quien ha aclarado: “es una irresponsabilidad porque Venezuela está demandando un clima de paz, entendimiento, producción y productividad”.
Vale decir que Guaidó se ha hipotecado al imperio en cuerpo y alma para entregar las riquezas de los venezolanos a EE.UU., que como Trump sentenció: Con Venezuela tenemos el petróleo en la puerta trasera, y con Guaidó Venezuela tiene a su Judas para meterle la puñalada por la espalda.
