El narcotráfico asoma su nariz en la campaña electoral presidencial

Cuando, está por iniciarse formalmente la campaña electoral presidencial, se hace público los nexos del narcotráfico con la familia González Urrutia. Ya, no solo se trata de nexos con escuadrones de la muerte de la ultraderecha salvadoreña y el partido Arena, con «El Matacuras» por su papel en la Operación Centauro, durante la cual fueron asesinados varias monjas y sacerdotes, entre ellos el sacerdote y Beato Oscar Arnulfo Romero, canonizado por la Iglesia católica. El protegido del gobierno de EEUU y actualmente exiliado en Miami, Leopoldo Castillo. González, se desempeñaba como Tercer Secretario de la representación diplomática venezolana, cargo desde el cual, jugó un papel importante en las violaciones a los derechos humanos y masacres, ocurridas durante esos años. Ya, María Corina Machado, había mostrado dichas vinculaciones al hacer un podcast con el narcotraficante, Iván Duque; la aparición en un acto de campaña de un migrante venezolano, simpatizante del narco mejicano, «chapo» Guzmán, con una gorra del mismo dejaban constancia del posible financiamiento del narcotráfico a la candidatura de la Plataforma Unitaria de Oposición. Ahora se sabe, que su propio yerno, Rafael Tudares Bracho, está relacionado a una investigación por tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Que las averiguaciones que le siguen al hijo político de González en EEUU lo vinculan con el narcotraficante colombiano detenido, Abraham Enrique Fernández, alias «Alta Amigo», quien fue arrestado el pasado 23 de marzo de 2023, en Santo Domingo por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD). Tudares Bracho, quien es el esposo de la hija de Edmundo González, Mariana González, en el momento en que fue detenido Fernández, ocupaba un cargo directivo en la empresa de transporte Agua Export Latam LLC, con sede en Miami, la cual en el año 2022 fue objeto de una investigación por su presunta participación en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Este hecho, oscurece aún más la imagen del candidato de EEUU, Edmundo González, quien con un expediente de violaciones masivas de derechos humanos, odio hacia las mujeres, los pueblos indígenas y negros y negras, ahora se complementa con narcotráfico, toda una joya el seleccionado por EEUU para ser candidato de la oposición extremista supuesta venezolana. Por supuesto, nuestro llamado al CNE a extremar las medidas de seguridad para evitar, que el narcotráfico permee a nuestros procesos electorales, trayendo violencia a los mismos.

De todas y todos es conocido, que todo absolutamente todo, lo que tiene que ver con narcotráfico en el mundo, tiene que ver con los EEUU y su cártel de la DEA, el mayor narcotraficante del planeta. Un negocio dirigido por EEUU y para EEUU. Lo que hace empleados de la Casa Blanca, a todos los narcotraficantes del planeta, incluidos aquellos que como Manuel Antonio Noriega, intentó abstraerse de la DEA y liderar su propio negocio y eso dio pie a una invasión militar por EEUU. Noriega, fue uno de los socios del Cartel de Medellín. Bush, director de la CIA (1976-1977) y vicepresidente de Ronald Reagan (1981-1989), «estaba implicado, debido a su vínculo con Noriega, en operaciones, a menudo ilegales, en las guerras civiles de El Salvador y Nicaragua». Ya, Edmundo González como agente CIA, formaba parte del clan dirigente de tales operaciones. Noriega, fue juzgado en Miami dos años después de ser derrocado y fue hallado culpable de narcotráfico y lavado de dinero, en un juicio raro en el que el tribunal no le permitió a su equipo de defensa presentar pruebas, «para demostrar que la CIA estaba detrás de sus acciones, que había recibido dinero del Gobierno de los Estados Unidos, que conocía las operaciones que EEUU había impulsado en Centro América y que tenía contactos con altos cargos como Bush y que, además, estos estaban informados de las decisiones que había tomado durante la dictadura». En 1984, las relaciones entre Noriega y EEUU, empezaron a deteriorarse porque este cerró en Panamá el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, que funcionaba desde 1946, más conocido como «la Escuela de las Américas», una academia donde los militares latinoamericanos recibían formación política anticomunista por parte del Pentágono, valga decir estaba actuando soberanamente y eso molestó a Washington. Así entonces, el 20 de diciembre de 1989, por orden del presidente George H. W. Bush, el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, el general Colin Powell, impulsó la operación «Causa Justa», en la que desplegó 27.000 soldados en Panamá, que lograron en 14 días la entrega del general Noriega. Las cifras oficiales, hablan de 500 muertos, pero organizaciones de derechos humanos ubican la cifra en 3.000, sumando soldados y civiles. De aquellos tiempos turbios, viene el candidato oposicionista: Edmundo González Urrutia…



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Henry Escalante


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