La nueva burguesía

En su repugnante desprecio por los más humildes, la gente del oposicionismo (o lo que queda de él) llega a extremos de verdadero cretinismo cuando se indigna tan furiosamente con el evidente progreso económico que se experimenta actualmente en el país, y que beneficia cada vez más a esa población de menores recursos que hoy, como nunca antes en nuestra historia, plena centros comerciales, aeropuertos, restaurantes y hasta lujosas clínicas privadas, en demanda de bienes, atención y servicios a los que jamás tuvieron acceso en el pasado, pero que, producto del inédito proceso de redistribución de la riqueza nacional que encarna la propuesta de socialismo del siglo XXI, es no sólo justo y necesario sino perfectamente posible.

Venezuela, contrario a lo que ha sido el deseo y la prédica persistente del liderazgo opositor, experimenta hoy un crecimiento económico sin precedentes, expresado, entre muchos otros factores, en la desmedida construcción de centros comerciales a lo largo y ancho del país, la mayoría de los cuales sobrepasan en dimensión y en comercios inclusive a los más ostentosos del mismísimo Estados Unidos, pero que para este reducto de seudoburguesía que es la oposición criolla, resultan totalmente inexistentes.

Ciegos del cerebro como son, no ven por ninguna parte los evidentes signos de ese consistente avance económico, traducido en los millones de vehículos, celulares, costosísimos equipos, televisores de plasma, cupos aéreos para todas partes del mundo, casas y apartamentos, que se comercializan en cantidades inauditas como jamás se ha hecho en el país, así como tampoco la enorme profusión de restaurantes y hoteles de lujo que se fundan a diario en todo el territorio.

Un atípico crecimiento del consumo que en el odioso lenguaje clasista del oposicionismo es asumido simplemente como el surgimiento de una nueva burguesía, la cual según ellos, estaría beneficiándose indebidamente de esa recuperación económica que ya resulta innegable.

Una forma de descalificación y de ofensa que, además de estúpida y bastarda, habla mucho (una vez más) de su raigal condición canalla y miserable.

aaranguibel@msn.com


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Alberto Aranguibel B.

Comunicador social e investigador. Conductor del programa Sin Tapujos, que se transmite por Venezolana de Televisión. Asesor Comunicacional y de Imagen en organismos y empresas públicas y privadas.

 albertoaranguibel@gmail.com      @SoyAranguibel

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