Entendamos una cosa: La burguesía es una clase social “casi” invisible. Es decir, a diario no vemos por ahí a Gustavo Cisneros, a Alberto Vollmer, a “Lorencíto” Mendoza o a Ignacio Salvatierra, pantallando en TV, echándose un trago en el C.C. San Ignacio, ó comprando bluyines en el Sambil.
Ellos, para el común de los mortales, “no” existen. Y estoy hablando de los más “conocidos; porque los “desconocidos”, llamados también “los amos del valle”, si acaso pisarán Venezuela de vez en cuando, cuando sus aviones privados tocan Maiquetía ó el Aeropuerto privado de Charallave. ¿Han oído hablar ustedes de las familias Bennedetti, Gorrondona, Velutini, Revenga, Boulton, Herrera Uslar, Zuloaga, Brillembourg, Tovar ó Pocaterra?
“¿Cómo tiene, entonces, la burguesía, presencia en la sociedad?...”, me preguntaría curiosa la camarada Alicia Pacheco. Bueno…, ella se expresa, sencilla y llanamente, a través de sus grandes medios (Globovisión, El Universal, Venevisión, 2001, RCTV, El Nacional, etc.), y como sus “marionetas parlantes” (para copiar a William Lara) actúan “TODOS” los voceros que tiene en los distintos estratos sociales: En la política, Ramos Allup, Julio Borges, Teodoro Petkoff, Antonio Ledezma; en Fedecámaras, Genaro Méndez ó Vicente Brito; en la Asamblea Nacional, Ismael García y Ricardo Gutiérrez; en la “sociedad civil”, Elías Santana y María Corina Machado; en la Iglesia, monseñores Castillo Lara y Roberto Lücker; en las Fuerzas Armadas, Iván Carratú Molina ó Fernado Ochoa Antich; en el sindicalismo, Manuel Cova (con todo y lo “negríto”) y Alfredo Ramos; en las universidades, Antonio París y Luís Ugalde; en la jurisprudencia, Hermánn Escarrá, Cecilia Sosa y Gerardo Blyde; y en los colegios profesionales, Douglas León Natera y Rafael Veloz.
Y en los medios, ni se diga; la lista es grande. ¿Quiénes son, en televisión y radio, esos “voceros” de los ricos?... Miguel Ángel Rodríguez, Marta Colomina, Leopoldo Castillo, Nitú Pérez Osuna, Nelson Bocaranda, Idania Chirinos, Norberto Maza, Isa Dóbles, Roberto Guisti, Isnardo Bravo, Marianella Salazar, Iván Ballesteros, Ybéyise Pacheco, Carlos Fernández, Charíto Rojas, William Echeverría, Elizabeth Fuentes, “Mingo” Blanco, Berenice Gómez Velásquez, etc.
La burguesía, a decir del sociólogo Ricardo Monsalve, entiende un solo lenguaje: La rendición; así que quien crea que vá a conquistarse a los ricos con piropos y necedades, para llevarlos a “doblegarse” en favor de los pobres, está más peláo que rodilla de Chivo. La lógica de los burgueses es la acumulación de capital, y por ella no solo hacen pacto con el Diablo, sino que son capaces hasta de matar a sus madres.
He allí que Chávez entendió, desde el año 2001, que con la clase dominante ní a misa. Y como quiera que ella es hipócrita, farsante y pérfida, Chávez los choca donde más le duele: Ridiculizarlos hasta con sus dardos verbales. Porque la burguesía cuida mucho las formas, y con ello se “camaleoniza” frente al pueblo pobre, y muchos revolucionarios muerden siempre ese peine. ¿Qué pasó con el esperpento de William Echeverría, a quien le hicimos la “camíta” para que fuera a compartir un premio de periodismo “comunistoide” con el cuento de su “imparcialidad” y “buenagentismo”?... Bueno…, que el “típo chévere” de William Echeverría terminó clavando la estaca más infame contra el encuentro periodístico más sublime que haya convocado el chavismo: La entrega del Premio Metropolitano “Aníbal Nazoa”. Pero con un desenlace peor: Resulta que allí descubrimos que el señor Echeverría trabaja, nada más y nada menos, que para la Radio imperialista “La Voz de América”. (El más lacayo de todos los lacayos).
Así que dejémonos de tonterías: Esta es una guerra declarada, y el que se descuida se lo lleva el Diablo.
(jeramedi@yahoo.es)
