Resolver en lo inmediato el alimento de nuestro pueblo, así como facilitarle que consiga los medicamentos, se hace urgente. Ir transitando hacia escenarios donde el vivir bien sea el sur de nuestras luchas, es impostergable. ¿Cómo comenzar este camino? Aunque a veces se torne intrincado y pareciese no encontrarse solución a corto plazo, está allí la realidad. Estas dos necesidades debe ocupar la atención de nuestro gobierno y nuestro partido, este último ya no debe moverse en términos electorales donde es sunma cun laude; si no en la movilización y organización del pueblo, de su estructura orgánica, probarse si realmente puede llevar a puerto seguro el barco.
Nos corresponde hacer aportes y hemos decidido desde el Batallón Sin Nombre, como corriente que hace vida en el PSUV, irnos a sembrar, cultivar, abrir surcos y lanzar a ellos la semilla que germinará la patria nueva. Desde la vivienda que nuclea a la familia en un espacio determinado estamos cumpliendo con la tarea de producir alimentos, reunidos con más de diez colectivos de vivienda en el Municipio Páez del Estado Portuguesa; emprender la aplicación de nuestra experiencia militante y volcarla a la agricultura, con el poder popular y sus disímiles formas organizativas.
El Centro de Producción Comunal Fabricio Ojeda, asume esta hermosa tarea sobre cuatro hectáreas de 16 aprobadas para un urbanismo en la periferia del Municipio. Hoy observamos siembra de hortalizas, leguminosas, frutales, tubérculos, en una iniciativa que se organiza en brigadas, coordinaciones, mediante el trabajo voluntario que tendrá sus primeros frutos en julio de este año. A partir de los saberes ancestrales populares, unificados con la ciencia, pues fueron éstos saberes quienes crearon la ciencia. Nos disponemos mediante la organización adecuada del pueblo lograr una aplicación de la ciencia para la producción y una distribución de los alimentos que esté al servicio de una nueva ética, donde impere la justicia.
El conocimiento junto al trabajo como productor de riqueza material y espiritual nos permitirá convertirnos en creadores y maestros ambulantes, donde las manchas del sol no sea nuestra atención, sino la ocupación de poner en práctica la ciencia con la ternura, como lo señaló José Martí. Cultivar patria con semillas de solidaridad, es nuestro sur; participando activamente y protagonizando el hecho, he aquí nuestro aporte en el combate firme contra el imperialismo y los explotadores. Todos los que se acerquen a trabajar y aportar ideas, tendrán en este espacio, una sonrisa de conciencia.
Partiendo de que “la experiencia es el proceso y resultado final de la aplicación de una política”(1) diremos con Fabricio: “El movimiento revolucionario liberador no se detendrá. En una u otra forma continuará su avance y en cada tramo del camino descargará más duros golpes sobre las cabezas de los opresores. Los pequeños núcleos de hoy tomarán cuerpos de gigante; la nueva democracia revolucionaria y antiimperialista se impondrá y con ello el pueblo será dueño de su propio destino y la Patria recobrará su perfil soberano: su vida independiente (2) .
“Es reto de la vanguardia revolucionaria:1-Cambiar el modelo rentista importador. 2-La comuna y la producción comunal y 3-La propuesta de un nuevo modelo productivo socialista”. Cmdte. Wilmar Castro Soteldo. Ministro del PPP Agricultura, Producción y Tierras. visita al Centro de Producción Comunal “Fabricio Ojeda”. Junio 18 de 2016
Lectura recomendada: La Guerra del Pueblo. Fabricio Ojeda