Es muy cierto que la conveniencia siempre ha prevalecido sobre la majestad de la justicia, sin ir muy lejos, demos un vistazo al mundo en que vivimos para constatar éste hecho; no significa que el carácter de esta afirmación es totalmente absoluta, pero en todo caso, ha sido la conveniencia la que ha manejado los hilos del curso de la historia, coincidiendo algunas veces con lo justo y en otras muchas veces no.
Algunos de los que opinamos a través de los diferentes medios de comunicación por lo que creemos una causa justa, como es el proceso revolucionario bolivariano de Venezuela, no sabemos a ciencia cierta, si la conveniencia favorece ó limita el alcance del mensaje que queremos difundir y si puede llegar ó no a los niveles donde quisiéramos sea conocido.
Algunas veces pensamos si es posible que se entere del contenido de estos mensajes, directa ó a través de sus asesores y amigos, el propio presidente de la República bolivariana de Venezuela. Ojalá así sea.
Son muchos los artículos que se publican a través de Aporrea, donde personas como Vladimir Acosta, Isaac Díaz, Julio Cesar Colmenares, Ivana Cardinale ó José Luis Díaz entre otros tantos, analizan la situación política del país y transmiten mensajes de alerta para preservar la vigencia del proceso revolucionario.
Estos artículos merecen ser analizados por nosotros para enterarnos de las bondades ó deficiencias que afectan a este proceso revolucionario. No olvidemos que estamos en una guerra y cualquier opinión por insensata que parezca, puede señalar un rumbo apropiado y conveniente, para la toma de decisiones acertadas. Ese debe ser el espíritu que motive a escribir, a los que sienten de verdad esta revolución bolivariana.
Hoy me permitiré tratar brevemente el tema de los Consejos Comunales (CC), que son los que representan la esencia del poder popular.
Es preocupante pensar en la posibilidad de que los tentáculos de la corrupción puedan reventar la existencia de estos Consejos Comunales; ya he oído, como estrategia del Imperio y sus lacayos nacionales, que estas organizaciones populares deben ser infiltradas y promover la corrupción en su seno y, esto es sumamente grave si llegara a suceder.
No se realmente cual es el número de familias requerido para la constitución de un CC, entiendo que es del orden de las 200 familias. Por supuesto, que hay zonas donde sólo se agrupan poquísimas familias y están ubicadas a distancias considerables entre ellas, y sería muy difícil su constitución y si no se puede, se tendrán que inventar soluciones adecuadas al respecto.
Ahora bien, la CLAVE para el buen funcionamiento de estos CC, estará en las normas y leyes que permitan realizar juicios rápidos y eficientes en contra de la corrupción; sólo así se podrá preservar la integridad de estas organizaciones que son fundamentales dentro del poder popular.
Si en las urbanizaciones van a existir Consejos Comunales, es muy probable que en algunas de ellas, sectores oposicionistas los manejen y lo hagan con fines inconfesables, promoviendo la corrupción u otros actos en contra de la República de acuerdo a los dictados del imperio yanqui. ¿Qué haremos entonces?
Si no se puede aplicar la ley rápida y contundentemente para penalizar los apatridas y corruptos, capaces de timar y robar a su propia comunidad, entonces, tendremos que olvidarnos de los CC.
Creo que es pertinente desde ya, la elaboración de una ley anticorrupción por parte de la AN, la creación de un Tribunal Mayor anticorrupción y la de los tribunales comunitarios en cada estado para combatir este flagelo. APROVÉCHESE LA LEY HABILITANTE
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