Vamos al grano sin cortapisas con una pregunta: ¿por qué no se incorpora de una vez a la propuesta de reforma la facultad de las comunidades organizadas para revocar en asamblea de ciudadanos y ciudadanas el mandato de alcaldes y gobernadores si estos incumplen con los programas y planificaciones? Seguramente la respuesta será que eso es muy subjetivo, que sería quitarle campo al CNE, que ningún mandatario regional o local podrá trabajar concentrado y sin nervios, que pobrecitos esos compatriotas gobernadores y alcaldes como les vamos a echar esa vaina, que los dejaríamos a merced de la voluntad popular; o esta, que es la mejor: hay que darle poder al pueblo pero no tanto ( mire, compatriota, organícense tranquilos y agarren sus recursos, pero no se metan con los muñequitos del nacimiento). Estoy seguro de que este tipo de ideas le ocasionará prurito en el c…uello a más de uno y habrá quien ya haya pensado en que lo plasmado en la propuesta de reforma con respecto al poder popular ya es como mucho. ¿Será el catalizador para las próximas brincadas de tapia?
Recuerdo a un personaje llanero, Crispín, un señor que cuidaba un depósito de una empresa para la cual trabajé hace como quince años. Se la pasaba haciendo preguntas a los jefes y al principio pensé que era para molestar; pronto entendí que era muy observador. Siempre empezaba con la frase “eche un cálculo”. “Eche un cálculo Señor Don Fulano, ¿Cuántas pacas de arroz cree usted que le caben a una cava 350? Si no le decías nada, insistía: ¡pero eche un cálculo! De allí, el cuento se parece mucho al del gallo pelón, hasta que al fin dabas en el clavo o él sonreído te daba la respuesta. Un día le dije: Crispín, ¿por qué siempre haces esas preguntas tan extrañas? ”Mire señor Plácido, por aquí han venido muchos gerentes, algunos me saludan, otros me ignoran; en veces me dicen que soy importante aquí, otros me ven como un peón; en veces me tratan como con lástima o como si yo fuera un perro. Yo los veo de lejito que sacan cuentas, hacen inventario, revisan mercancía, le forman peo a los vendedores por cualquier pelón, pero cuando se aparece el Director General se ponen como nerviosos. Cuando vienen las evaluaciones cambian, toítos se vuelven melcochosos y hasta quieren que uno escriba que son buenos y fundamentosos. Yo todas esas cosas las veo callaíto, pero si les hago una pregunta de cosas que aquí pasan to’ los dias, no saben respondé y sabe por qué, porque no están pendientes de lo que tienen que hacé; y encima creen que el pendejo es uno”.
Pongan sus barbas en remojo, porque pronto el Poder Popular comenzará a ejecutar sus propias obras, a procurarse sus propias soluciones y hará de la autogestión la fórmula para el desarrollo de su entorno y de la Patria. La pregunta formulada al principio nos es para quienes estén claros en los alcances de la propuesta de modificación de los artículos 16 y 136 de nuestra Constitución, sino una conchita e´mango para quienes “no están pendientes de lo que tienen que hacé”.
¿Células geo -humanas con autogobierno? ¿Con qué se come eso? ¡Ajá, echen un cálculo!
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