Los hombres y mujeres que poblamos a Ciudad Guayana estamos obligados hoy a definir lineamientos, tácticos y estratégicos que nos permitan avanzar con aciertos hacia una región prospera que nos pueda brindar la mayor suma de felicidad a quienes aquí compartimos este territorio.
Desde los voceros de la vieja política (la MUD); no se puede esperar otra cosa que no sea el entreguismo a los sectores del gran capital de las fuerzas imperialistas; son caimanes del viejo pozo y lo único que los une es obedecer a pies junticos las órdenes impartidas por los jerarcas imperialistas; pero una vez repartido el botín, se enfrentaran a muerte. Basta con un repaso de los últimos 40 años de la llamada democracia representativa.
El otro polo, el que circunstancialmente viene acompañado al presidente Chávez es un mosaico ideológico que no alcanza a definir su papel histórico en este momento, poniéndole barreras que impida vincularse de manera directa a los trabajadores en sus puestos de trabajo y a los trabajadores en los cientos de barrios humildes que circundan a Ciudad Guayana.
Se abrazan frente a la prensa en alardes de UNIDAD, se reparten los espacios del poder regional, municipal y parroquial; sin la participación de ese gran colectivo, que con hambre y sin empleo se restea con el presidente Chávez. La gran fuerza popular que impulsa la MISION 7 DE OCTUBRE, para garantizarle una contundente victoria del comandante deberá desde ya incorporarse a las patrullas del PSUV, las organizaciones sociales y emprender la marcha por nuevo liderazgos en las parroquias, municipios y el estado, que junto al pueblo sean garantía de victoria en el venidero lance electoral.
Guayana se merece una dirección política revolucionaria donde el amiguismo, la adulancia y la burocracia sean desterrados; aquí hay hombres y mujeres dispuestos a asumir los retos que a corto, a mediano y a largo plazo tenemos planteado. Para los venezolanos y latinoamericanos la ruta a seguir es la victoria. Definamos caminos.
Luis Roa