Iba al volante mi amigo Heriberto Gómez, representante del ministro de Educación Superior ante el Consejo Universitario de la ULA.
Salimos a las nueve y llegamos a las seis de la tarde porque a la final me tuve que salir desesperado del carro y en medio de la vía comencé a buscar el servicio de alguna moto-taxi.
El mototaxista que paré me preguntaba:
- ¿Y usted sabe andar en moto?
Y le contesté:
- Vámonos y échele bolas, que prefiero matarme en el camino que seguir en esta maldita tortura de una cola que lleva una hora sin moverse.
El pobre Heriberto al verme partir le gritaba al mototaxista:
- ¡Coño, por favor, conduce con cuidado que no llevas atrás a ningún chamo!
Aquello fue una odisea culebreando entre miles de carros que yo me veía ya chocando mi rostro o mi hombro con algún espejo lateral, maletera de carro o guardafango. El pobre casco que no servía para aguantar ni un coscorrón se me fue para la espalda y así recorrimos autopistas, cuestas enormes y anduvimos al borde de desfiladeros. En total unos veinte kilómetros. Y el conductor en todo momento gritándome: “-No se asuste, carajo. No se asuste.”
Total que la pobre gente en CANTV se tuvo que calar casi tres horas de espera para atender la conferencia.
Hoy en los Confidenciales de José Vicente Rangel, me entero del clamor de alguien que vive en el Táchira, pidiendo que se haga algo porque la verdad es que todo ese territorio está vuelto un asco, vuelto toda una mierda.
En el tramo por el túnel hacia El Vigía nos detuvimos casi dos horas.
Verdad es que las lluvias han causado estragos, pero es ya hora que se haga un proyecto para encarar la realidad de esa autopista Rafael Caldera que se ha tragado en sus reparaciones tanta plata con la que se pudo haber construido ya un túnel o un súper elevado de diez kilómetros, para evitarse tantos descomunales derrumbes.
Y téngase en cuenta que para ir por avión a Caracas hay que echarse esa enorme vaina de trasladarse a El Vigía.
En ocasiones personas inescrupulosas montan alcabalas a la entrada del túnel y te dicen que tienes que bajarte de la mula para poder pasar, como lo pude ver y sufrir yo con mis propios ojos. Otros que necesitan ir para Caracas optan irse el día anterior desde Mérida y pernoctar en un hotel en El Vigía. Es decir, gastar un realero.
Los caminos hacia los pueblos del Sur, en Mérida, están destrozados, sobre todo los que van a Canaguá, Chacantá, Mucutuy, Mucachachi, Capurí, Guaraque etc. Sin contar el estado en que se encuentran las vías en la propia ciudad de Mérida, plagada de huecos.
Ahora bien, una vez que usted llega a El Vigía y enfila hacia Coloncito, camino a San Cristóbal, el horror de la carretera le altera todo el sistema nervioso. La semana pasada cuando estaba a punto de llegar a San Cristóbal me encontré con que el puente Simón Bolívar estaba trancado. Había que dar una vuelta enorme para empalmar con la ciudad y entonces se dispararon los delitos de todo tipo, y el Masamorro comenzó a lucirse diciendo que iba a construir una trocha para salvar al pueblo de San Cristóbal contra la indolencia del gobierno central.
Un caos total de gente deambulando como locos a pie por las calles y avenidas porque el servicio de transporte había colapsado completamente.
Qué pena, qué vergüenza, qué tragedia.
Qué descomunal arrechera la de todo el mundo!!!!!!!!!!!!
Todo esto va a tener un costo, que la oposición se está aprovechando con su consabida maldad y locura.
Por el amor a Dios que se haga algo URGENTEMENTE!!!!!!!!!!!
jsantroz@gmail.com
