De los aventureros con Florencio Porras ya arrugaron ATARRAYAS, perdón, REDES, tupamaros y algunos psuvistas descarriados. Pero el PCV, no. ¡IMPOSIBLE! Morir con las botas puestas es la consigna; el PCV es serio, cumple su palabra y pa´tras ni pa´coger impulso. Mucho menos, cuando propagan la versión de que fue el PC quien invitó a Porras a lanzarse como candidato, cosa falsa de toda falsedad, pues la negociación, así, con todas las letras, n e g o c i a c i ó n, fue posterior a la decisión de Porras, verdad contada por mejores amigos de Porras que el PCV. ¿Cómo culipandiar, como lo hizo Barreto, si el destino manifiesto del PC es plagar de revoluciones la bolita del mundo? Y eso no es de ahora, sino desde el mismo triunfo de la Revolución de Octubre.
De los argumentos graciosos de la conducta inmoral del PCV en Mérida está el de que los ochenta y tantos años de historia en el país les permite cualquier estupidez. En América Latina los PCs tienen un promedio de casi 80 años de existencia, buena parte de los cuales bajo la ilegalidad burguesa, perseguidos y reprimidos, dejando a su paso un reguero de mártires y genocidios como el del Salvador en 1932 (si escogemos la interpretación que favorece al PC y a Farabundo Martí), proporcionalmente tan sangriento como el de Indonesia de 1965. Pero en esas ocho décadas, nada de nada. Ni un gobierno conquistado, ni una revolución realizada.
Hablando de las luchas obreras, es puntualmente histórico afirmar que entre 1850 y 1930 se dieron los hitos más importantes de las luchas obreras y las represiones más crueles, y la dirección estuvo en manos de anarquistas y partidos socialistas. Las mayores reivindicaciones logradas, leyes del trabajo y seguridad social incluidas, fueron decretadas por los gobiernos populistas posteriores a 1930, a pesar de los PCs, que los adversaron, o por gobiernos social demócratas más recientes. En el capitalismo dependiente posterior a 1952, la dirección del movimiento obrero estuvo más en manos de los partidos social demócratas que en los comunistas, y en la revuelta actualidad los comunistas tienen alguna influencia sindical.
Otro aspecto indiscutible es que los aportes más importantes a la teoría comunista fueron hechos por no comunistas o por comunistas execrados de los PCs, Mariategui, por ejemplo. En la aparición de los PCs en América Latina poco tuvieron que ver los trabajadores; su origen estuvo determinado por intelectuales pequeño burgueses e, incluso, miembros de la oligarquía. Buena parte de su historia les tocó jugar el papel de partidos satélites del soviético, ficha de sus intereses geopolíticos, lo que en ocasiones explica la conducta contradictoria ante intereses revolucionarios nacionales. El cuidado por parte de los Comités Centrales de ese papel dependiente ocasionó drásticas rupturas y retrocesos en el desarrollo de las luchas sociales, y la pérdida de importancia de los PCs, que apenas llegaron a sobrevivir en el mapa político de varios países.
En oportunidades los comunistas se plegaron a gobiernos revolucionarios, compartiendo el destino que tuvieron (al de Jacobo Arbenz, al del socialista Salvador Allende); han dirigido rebeliones (la de Luis Carlos Prestes) y estorbado en otras (las de Julio Cesar Sandino y Ernesto Che Guevara en Bolivia); han participado en la lucha armada (Colombia, Venezuela, Perú, ) con variadas conductas y el mismo resultado: copartícipes directos de las derrotas. En Venezuela, la Revolución Bolivariana les insufló un poco de vida.
En esos grandes trancos, escritos sin mayores pretensiones, estoy afirmando que ochenta y cinco años de historia han sido inútiles, y la autocrítica ineludible debería orientarlos hacia nuevas conductas. Estoy negándoles también el carácter de vanguardia de cualquier cosa y el atrevimiento de anteponer esta pretensión al líder del proceso actual venezolano, que sí ha logrado plasmar la experiencia de las luchas históricas del pueblo venezolano, impulsando una sociedad haciendo frente a las contradicciones internas planteadas, incluyendo la lucha de clases, aprovechando las condiciones objetivas y el gran marco de la crisis del capital, con los peligros extremos de la reacción de los imperios capitalistas.
¿Anticomunismo? ¡Ummmmku, mijos! El Comunismo actual venezolano, como destino estratégico, es lo que se ha dado por llamar Socialismo del Siglo XXI, en el cual, desde luego, intervienen elementos del marxismo-leninismo-trotkismo-maoismo-guevarismo y muchos otros ismos. Casiano Díaz casi lo avizora cuando habla del Segundo Plan Socialista, en la Tribuna Popular del 1º de octubre. El PCV actual nada nos dice. Con votos prestados se convirtió en bisagra de situaciones coyunturales y quiere cobrar caro. Votos prestados, porque ese 3,29% de los votos emitidos, que en democracias imperfectas como la mayoría de las europeas lo excluirían de parlamentos y otros beneficios políticos, se reducirían a menos del 1% si, como lo pueden hacer, tomaran un camino distinto al chavismo. Con una dirección política de las más grises de toda la historia del PCV, cuya ortodoxia les impide ver que estamos viviendo el momento histórico más trascendental de la historia venezolana desde la independencia de España.
Alexis Ramírez ha marcado el tono de la campaña en Mérida, desde la nutrida marcha-concentración del primero de noviembre, los tempranos casa-por-casa, el apoyo de toda la estructura del PSUV y del poder popular, hasta el predominio en la red. Pester Basura parece estar desaparecido desde la críptica -nadie ha podido explicar las caras largas de todos quienes lo acompañaron- conferencia de prensa inicial; seguramente estará intrigando, cual Fouché criollo, sobe todo en ámbitos de los conjurados de Porras. Este señor, se pasea por lugares recónditos del estado (desde luego que lo conoce, para eso fue ocho años gobernador mediocre) moviendo multitudes: las "nutridas asambleas" no pasan de 10 personas (perdón, en Rangel reunieron 21) contadas en fotos que él mismo proporciona a la prensa, incluyendo una de "centauritos", 9 niños menores de 10 años "sumados a la causa" por su esposa. Hay que reconocer su sinceridad y que aún no traslada la misma gente para diferentes escenarios como lo hizo Capriles. De paso, el PCV no se ve sino en declaraciones de prensa nacionales o regionales y compartiendo el espray con Pester Basura en pintas contra Alexis Ramírez.
El 7-O la diferencia en votos entre Chávez y Capriles, fue de 12.377 votos, fáciles de remontar ante el pésimo candidato de la MUD, Pester Basura, de no haber invitado el PCV a Florencio Porras a lanzarse como candidato, pasando a constituir su mayor caudal electoral (la bicoca de 11.126 votos, el 6,15% de los votos chavistas y 2,47% del total de votos). Cierto, dijimos antes que eso de la invitación es invención para mostrar un protagonismo que no tuvieron, pero al afirmarlo se pusieron en evidencia de que negociaron mucho antes de saber quién iba a ser el candidato de Chávez, los muy traidores.
Aún no hay encuestas, pero el ímpetu de la campaña de Alexis frente a la flojedad de la oposición y de los traidores, augura un final propicio para la Revolución. La traición del PCV aún significa un ligero riesgo y, lo decimos por enésima vez, de condenarnos a los merideños al gobierno fascista de Pester Basura, no les bastará casa por cárcel por nonagenarios, sino, como dicen que un día dijo Jesucristo, más vale que se aten una piedra de molino al cuello y se arrojen al mar. ¡Jamás los perdonaremos!