Precisamente cuando el sentimiento y el dolor fluye por nuestras venas, ahora más que nunca sentimos la necesidad de fijar nuestra posición ante las elecciones del venidero domingo: expulsar de una vez y para siempre la traición en nuestro querido estado Lara.
Ante la miseria humana que acompañan los sentimientos de ésta oposición necrofílica, después que nuestro Presidente reveló sus nuevos problemas de salud, es justo resaltar la cualidad que a mi entender es la más importante del candidato de la revolución por Lara, el Comandante Luis Reyes y esta no es otra que la LEALTAD. Sí, así con mayúsculas, es lo menos que podemos decir de la virtud que hasta ahora hemos observado en él.
Solo tres veces he coincidido con el Comandante Reyes, la primera de ellas en un programa de “La Hojilla” en los espacios de la Fundación del Niño, era Reyes Gobernador. La segunda en las exequias de nuestro amado “Gordo” Páez, allí nos presentó nuestro común amigo el Padre Rojas. Y la última vez, hace unas tres o cuatro semanas, que coincidimos en un acto en el Club Árabe Sirio en el cual no tuvimos contacto personal.
El párrafo anterior deja claro que no tengo lazos que vayan más allá de la pura coincidencia de encuentros fortuitos con el Comandante Reyes y lo que comentaré a continuación no tiene nada que ver con amistad personal, sino con un hecho real del cual fui testigo de excepción.
Corrían los años 2005 y 2006, años de conspiraciones tanto internas como externas, los EEUU apostaban a la salida por la fuerza del Presidente Chávez, era la hora del no vacilar, de defender rodilla en tierra ésta revolución. En una de las tantas visitas que en ese tiempo hicimos en horas de la madrugada al entonces Alcalde Mayor, Juan Barreto, donde recibíamos línea contra la conspiración de la derecha, recuerdo que el “gordo” Juan con su voz suave y pausada fue comunicándose por teléfono con todos los gobernadores que estaban con el proceso para pedirles apoyo y calibrar el nivel de compromiso de éstos con el Presidente. En mi memoria quedó marcada para siempre la respuesta sin vacilar y sin ambages del gobernador de Lara para ese entonces, el comandante Luis Reyes: “…estamos listos para defender al Presidente, contra quien sea, vamos a echarle bolas…”.
Probablemente las virtudes de Reyes Reyes sean muchas, pero de lo que no me queda duda es la de ser un hombre leal y eso para mí es más que suficiente para repetir la frase: “ahora más que nunca Reyes Reyes”.
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