Una de las grandes capacidades del gobernador de Anzoátegui, definitivamente es la de contaminar con su forma de hacer política, a todos los que lo rodean inclusive a los que una vez fueron sus opositores. Esa incapacidad, comodidad y flojera, hacen que su administración sea la más irresponsable que hayan tenido los habitantes de la entidad.
El primer ejemplo es el de su esposa, aparece en cada época de elección municipal, aspirando ser alcaldesa de Cantaura, a sabiendas que su primera administración fue un desastre y la gente no la quiere para nada.
Ella luego de eso no declara más nunca, no visita un barrio ni una parroquia, se guarda como una joya para exhibirse el día del baile de gala. Igual sucede con el ex candidato que apoyó para la alcaldía de Barcelona, luego de perder parece que se lo tragó la tierra, no ejerce cargo político alguno mucho menos funciones burocráticas en la gobernación.
No se sabe si anda escondiéndose por las deudas dejadas y no pagadas en campaña. El efecto contaminante de Barreto Sira llega hasta los directivos del partido blanco en la región, Miguel Arismendi ya no tiene la hiperactividad clásica de los políticos de La Mesa de Guanipa, la cual lo llevó a jubilarse del Consejo Legislativo Regional. Solo se preocupó en mover algunas piezas que capturó de otros partidos políticos, llámense Primero Justicia y Copei, para luego no saberse ni que está haciendo montado en ese barco sin rumbo que es la gobernación del estado Anzoátegui.
El que supuestamente ha estado colocando la renuncia en varias ocasiones es el secretario de gobierno, al hijo de Otto Padrón Guevara se le hace difícil adaptarse al estilo de Barreto Sira, pues el gobernador practica lo contrario a aquello de lasser faire, de hacer y dejar hacer, no él no hace ni deja hacer.
Como avanza una entidad regional y su gente con un primer mandatario con mentalidad pueblerina y de criador de caballos de paso, nunca fue dirigente político, estudió agronomía en Costa Rica. Ese es su mundo, llega a la política por los intereses creados de su tutor, pero eso nunca le gustó.
No asiste a programas de radio ni televisión, no da declaraciones ni entrevistas a la prensa y asiste al despacho una vez a la semana por menos de dos horas a firmar los papeles que sean muy necesarios. Desafortunadamente el efecto de contaminación también llegó a la alcaldía de Lechería, a los extremos que mucha gente ignora el nombre del actual alcalde, muchos creen que todavía es Gustavo Marcano, pues el anterior el mismo que fue sepultado políticamente por el video del cuchi cuhi, los habitantes lo borraron de su mente.
El actual alcalde se la pasa en Caracas, se olvidó de Voluntad Popular, ahora supuestamente es del Copei de Chity La Roche y Eduardo Fernández. Roguemos a Dios que esa contaminación no le llegue a los alcaldes de Barcelona, Puerto La Cruz y Guanta. Sería una desgracia para un estado que posee las mayores reservas petroleras del mundo.