Ciertamente la falta del vital líquido ha ocasionado un gran malestar a habitantes de diversas localidades del país. De igual modo se sabe en Carabobo y, por ende, en cualquiera de sus 14 municipios. Pero en San Diego, que es como decir una mini Chacao, las cosas se han estado manejando algo muy extrañas.
Imposible evadir tal penosa realidad ante un servicio que se ha venido a menos. El caso llanamente es que el agua potable por tubería no está llegando de manera regular a cientos de sectores. Las razones podrían ser muchas, y es el caso de Hidrocentro, la empresa estatal encargada de hacernos sentir no somos camellos pero que ha visto mermar su capacidad de respuesta en cuanto a eficiencia en el suministro del vital líquido y el mantenimiento de tuberías.
Ya son numerosas las quejas sobre varios brotes de agua blancas apreciados solamente en el municipio Valencia. Así mismo si el agua la vemos llegar por tubería, ésta viene turbia y hasta mal oliente en otros casos. Nos imaginamos que los vehículos y equipos de trabajos están paralizados por falta de repuestos. Es decir, total inoperancia de la fuerza laboral.
En otras palabras, en Hidrocentro "o corren o se encaraman".
No obstante, la cúpula de la ultra derecha municipal sandiegana, de apoyo contumaz al partido terrorista Voluntad Popular, de libre accionar y permisiva de todo tipo de caos en calles y avenidas de ese municipio durante la guarimba, incita desde la alcaldía a que la población vuelva a producir escenarios de odio y violencia en contra del Gobierno Central. En fechas pasadas un ciudadano le hizo el reclamo a un alto funcionario de esa municipalidad y éste le respondió que "eso era culpa del bloqueo", ahora que los llenaderos y los camiones cisternas en ese municipio cobran un ojo de la cara por llenar un tanque de agua salen a atacar al Ejecutivo y sus instituciones con la idea de prender fuego a todo, pero como ustedes pueden notar, en San Diego no hay agua para apagarlo.
