Debemos asumir la mirada de Jesús, que, tiene una importancia vital para nuestras vidas y de esta manera poner en prráctica las vivencias reales, teniendo presente nuestra formación personal porque el materialismo burdo y el laicismo busquan en sus distintos niveles irradiar una falsa armonia en nuestra conciencia que al final de nuestro tiempo genera en nuestro Ser, odio y violencia, tanto en el ambiente profesional como en nuestras relaciones sociales. Esto, origina una ambición desmedida de riqueza y de poder que nos lleva fácilmente a la corrupción personal y, al final somos presas fácil del fraude como del engaño.
Hay que tratar de ser hombres libres y responsables, amparados por la acción de un Estado Socialista y Democrático que irradie paz a muchos familiares como a los ancianos, pues ellos merecen respeto, admiración y nuestra consideración por el bien que nos hicieron en el pasado. Por lo tanto,ser honestos con el Estado, respetando sus leyes y obligaciones. Buscando siempre distinguirnos con honestidad, porque, ya la sociedad latinoamericana no esta excluida. Los gobiernos busquan su inclusión en los programas sociales para que tengamos una ancianidad con dignidad. Numerosos filósofos y sociológos han propuesto distintas definiciones para plantear debates en torno al fenómeno telématico y como organizar la sociedad. En el fondo, lo que se busca es que se logre un poco de tolerancia y se erradique la intrasigencia política. Nos encontramos cerrando un circulo kleperiano para abrir otro. La historia seguirá su curso, pero, estamos obligados a modernizar al país y eliminar las formas artificiales del poder. El nuevo plan ideológico del Estado discernie que la ideologia, cultura y convivencia son los atriles de una conciencia que ve en lo cristiano la verdadera justicia social.
Nos encontramos en el Tercer Milenio de la Era Cristiana. Tiempo de muchos chaparrones, es el momento de contribuir para la edificación de un mundo para la justicia y paz. Venezuela refleja un rostro joven al mundo que nos invita a llenarnos de alegría, para ser testigos de una sociedad civilizada y un pueblo con conocimiento de sí mismo
Mi pedido es que vayamos al encuentro de un nuevo gobierno en Carabobo, que, no desaprovechemos de nuevo esta oportunidad que nos da Jesús por nuestra libertad. La Iglesia necesita de nuestra voluntad y conciencia para manifestarle al joven pueblo de Valencia que somos una comunidad cristiana que enarbola la espada y bandera que nos dieron la libertad. Francisco de Miranda y Simón Bolivar nos convocan a andar en el camino juntos, para que conduzcamos a Carabobo a un presente real con un alcalde y gobernador renovados por la fe apostólica que nosotros representamos y que no es exclusividad de los sacerdotes.
*escritor/analista
emvesua@cantv.net emvesua@hotmail.com