Uno no sabe que es más condenable, si el cobarde ataque de Israel en aguas internacionales al "Mari Marmara", de bandera turca, con 700 personas de 40 países, 10 toneladas de alimentos y medicinas y 20 muertos, o la actitud de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que amenazados por EEUU con vetar cualquier resolución que condenara a Israel, optaron por aprobar una ambigua resolución. Esa decisión encontró la inhibición de la Asamblea General, que ni siquiera fue convocada para conocer ese crimen. Solo su Consejo de los Derechos Humanos se atrevió a usar el término condenatorio, sin fuerza para llegar mas allá de un despacho cablegráfico.
El gobierno israelita, además, se niega a aceptar cualquier investigación. De manera que este crimen quedará sin sanciones, pese a las demandas de tantos gobiernos y de varios organismos internacionales, como Unasur.
No es la primera vez que una conducta criminal de Israel como ésta queda impune. En enero del 2009 escribí, a propósito de sus ataques al Líbano:
"Si otra hubiese sido la conducta de la mayoría de los países, de los mas poderosos de ellos, la resolución de Consejo de Seguridad de la ONU, votada con la abstención de EEUU por imposición de Tel Aviv, se hubiese cumplido inmediatamente. Pero ¿qué hizo el gobierno israelí? En absoluto atendió la demanda de alto al fuego, de retirar sus fuerzas de Gaza y abrir un corrredor humanitario. Por el contrario, continuó con sus ataques, hasta destruyó una escuela de la ONU, bombardeó un depósito de la ONU donde acopiaban alimentos y medicinas para los palestinos. En los ataques del viernes mataron a otros 27 palestinos, 22 de ellos civiles, nueve de los cuales acompañaban a un cortejo fúnebre. Pasan de 1.000 los muertos, mas de 200 son niños.
"La inmensa mayoría de las Asamblea de las Naciones Unidas (144 países, 8 abstenciones y seis en contra) aprobó ratificar la resolución del Consejo de Seguridad.
"Pese al repudio mundial a esa agresión, ¿continuará con la mayor impunidad? ¿Cuando cesarán los ataques a Gaza?"
Las respuestas las acabamos de obtener ahora, a propósito de esta nueva agresión.
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Trabajo y capital
Víctor Álvarez R fue alto funcionario de este gobierno; hace poco, el Centro Internacional Miranda la editó su libro Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo? y el pasado 2, escribió en El Mundo "La revolución tiene dos caras", que resume algunos de sus planteamientos; de allí extraigo estos párrafos: "Una revolución verdadera es una permanente contradicción dialéctica entre dos procesos que se excluyen entre sí, pero a la vez se presuponen. Por lo tanto, tiene dos caras: la cara de la superación del viejo orden capitalista, explotador e inferior, y la cara de la construcción del nuevo orden socialista, obligado a demostrar que es realmente superior". Hasta allí, parece todo claro.
Pero después nos ofrece unas cifras que alguien debe aclarar. Veánlas: "El peso de la producción capitalista pasó de 64,7% en 1998 a 70% en 2009, es decir, que aumentó un 5%, mientras el sector público disminuyó de 35% a 30%. La economía social es insignificante: 1,6%".
Tiene otros datos sorprendentes: "En 1998 al factor trabajo le correspondió 39,7% del valor creado, superior al 36,2% que recibía el factor capital; eso era en la cuarta república. Pero diez años después, la participación del sector trabajo cayó a 32,8% mientras que la parte de los capitalistas subió a 48,8%".
¿Cómo se explica que en la Quinta el sector capital haya aumentado en 10% sus ingresos, mientras los trabajadores lo hayan disminuido? ¿Quién lo explica? ¿El Banco Central? ¿Finanzas? ¿Trabajo? ¿Planificación? Alguien debe decirnos si esto es así.
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¿Recuerdan mi comentario sobre el armamentismo en América Latina 2008? Ahora se conocen las cifras de 2009 del mismo Instituto Internacional de Estocolmo para la búsqueda de la paz (Sipri). ¿Novedades? Sí, algunas: Colombia subió de 6.568 millones de dólares a 10.055; mientras Venezuela los baja y gasta la tercera parte de su amenazante vecino! 3.254. Chile es otro país que los incrementó, pasó a 5.583, duplicando a Argentina (2.608) y mucho más que sus vecinos Argentina y Perú (1.502) juntos. Brasil también dio un salto, de 15.474 llegó a 27.174
Oliver Stone es un director de cine que a menudo trabaja contra la corriente, asumiendo riesgos, luchando por abrirse paso en su país. La película JFK (1992) es un gran esfuerzo de investigación para enfrentar la verdad oficial del asesinato de Kennedy. Cambió la opinión de los estadounidenses. Sus documentales son irreverentes y cargados de denuncias. Hace poco criticó las bases en Colombia y en general la política de Washington hacia América Latina. Ahora trabaja en una serie "Historias secretas de Estados Unidos". Sus antecedentes y su conducta de hoy, me llevaron a aceptar la moderación de la rueda de prensa donde presentó "Al Sur de la frontera", y respondió las críticas.
No es que no hubo fraude, sí y en gran escala, se compraron votos y amenazaron pequeñas poblaciones, y el Gobierno intimidó y amedrentó, pero así no se explica la enorme ventaja que le sacó Santos a Mockus. Creo que la mayoría de los colombianos votó por la política de Uribe, sencillamente. Debemos ver esa realidad.
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Casos de corrupción
Estamos frente a uno de los hechos de corrupción de mayor magnitud en los once años de este proceso. Comenzó hace dos años con las oscuras negociaciones de los encargados de adquirir miles de toneladas de alimentos para el pueblo venezolano, negociaciones que les permitió obtener 70 millones de dólares por sobreprecio. En octubre de 2008 fueron denunciados Luis Pulido, hoy preso, Luis Hernández, José Alberto Manzano y los hermanos George y Fadi Kabboul. Nadie hizo caso a la denuncia. Tan graves hechos nunca fueron investigados.
El segundo hecho es la pérdida de comida traída en casi 4.000 contenedores hace más de un año, y depositados en Puerto Cabello y Tinaquillo. ¿Cómo fue posible que esto ocurriera sin que trabajadores aduanales, empleados de Pdval, consejos comunales, las organizaciones del PSUV, en fin, que nadie se diera cuenta? Por supuesto que ese volumen no representa ni el uno por ciento de la comida distribuida por el Gobierno, como lo reconoce el propio Chávez, pero no le resta gravedad a este robo ni al grado de responsabilidad de quienes deben responder por esa pérdida.
Hay varias investigaciones paralelas. ¿Hasta dónde llegarán? ¿Esta vez tocarán fondo? ¿Veremos esposados a funcionarios, ex funcionarios y a sus compinches?
Otro caso es de la Policía Metropolitana. Son miles de funcionarios que tienen expedientes. En 2005 se le abrieron a 1.291. Se les pueden limpiar, pero eso cuesta unos reales, entre 500 y dos mil, dependiendo del número de folios, del grado del involucrado, etc. Una vez limpios, pueden pasar a la Policía Nacional, como lo están haciendo pese a todo los filtros concebibles.
Cobrar vacunas a los vendedores de drogas, gestores de pasaportes, ladrones de carros, etc. parece ser un actividad regular que llega hasta algunos comisarios. Cada uno tiene su parcela, donde cobran a empresarios por los policías que los cuiden. Me pareció exagerado escuchar que en casi todos los delitos está involucrada gente de la Metropolitana.
