Para nadie es un secreto que a la derecha colombiana y venezolana, sometida a las ordenes de Washington, no le conviene para nada que las relaciones entre los dos países se mejoren, o mejor se recompongan como pareciera es la voluntad de ambos presidentes, para ello aprovechan cualquier cuestión que pueda causar fricciones entre los dos gobiernos y por ello el capo les cayó como anillo al dedo y ahora no solo, lo han incorporado a su elenco sino que le dedican programas enteros, en los cuales un periodista le entrevista y casi le coloca las respuestas en su boca, todas tendentes a mancillar nuestra Fuerza Armada y a altos funcionarios de nuestro gobierno y de paso intentando hacerlo con el Jefe de Estado venezolano,
En todo esto extraña sobremanera que a un capo como él, se le dé tanta bomba y que con tanta facilidad sea entrevistado, no una sino varias veces y se supone que con la anuencia de las autoridades colombianas, precisamente en los días en que los dos presidentes y cancillerías hacen esfuerzos por iniciar un camino de paz, de concordia y de mutuas y favorables relaciones de los dos países.
Es, viendo estas cosas, cuando uno confirma lo que ya es un grito a voces y es que los medios de comunicación como Globovisión y RCN no tienen sentimientos patrios y se han propuesto casi que a dúo y formando un equipo macabro, buscar la manera por todos lo medios, que la expresión de Juan Manuel Santos, “No dejemos que nadie nos descarrile”, se quede en éso, en una simple expresión, cargada de buenas intenciones. Porque es apenas obvio que Santos debería tomar la iniciativa de pedirle a RCN, contribuir con los esfuerzos que se están haciendo y no colocarle obstáculos como de manera mantenida lo está haciendo, no solo en su uso y abuso de la imagen de un delincuente de marca mayor, para tratar de dañar la de una de las partes involucradas en las nuevas relaciones, sino su evidente política, conjuntamente con el canal de la carroña de acá, de repetir cada semana en sus noticieros y programas especiales como “La Noche”, todas las barbaridades que pueden de manera impune, contra nuestro país y nuestra Revolución,
UNA ENTREVISTA SIN DESPERDICIO
Con el título “Hay testaferros en la Revolución” aparece en Aporrea una entrevista a Stalin Pérez Borges, Coordinador Nacional de la UNETE, quien coloca el dedo en la llaga, de tal forma que es imposible no coincidir con sus planteamientos que, como bien sabemos, son tema de conversación y hasta de análisis en la trastienda del PSUV, pero que no se han afrontado con decisión para garantizar de una vez por todas la limpieza de la casa, cuestión “sine qua no”, sería imposible poder afirmar con propiedad que nos esperan nuevos y contundentes triunfos, que permitan consolidar la Revolución y, por lo tanto, dar pasos firmes hacia el socialismo, única vía para lograr la definitiva independencia y el despegue hacia la meta ideal que si no la logramos ahora, es mejor olvidarse de ello y resignarse por siempre a ser esclavos del capitalismo salvaje.
Todos sabemos que hay infiltrados hasta en el corazón del partido, no se diga del gobierno, que han proferido graves daños al proceso, esto es relativamente normal, porque es muy difícil, por no decir imposible, encontrar purismo total en un movimiento o en una estructura en los que concurren disímiles elementos humanos, con intereses diferentes y muchos de ellos sin la formación y la mística suficiente, o con la premeditación para defender sus particulares intereses, lo que es reñido con los principios socialistas que son la razón de ser de esta revolución.
De ello hay conciencia pero pareciera que hasta ahí, la certeza de que el Proceso vive esta realidad, no ha servido para que se proceda sin miramientos a aplicar los correctivos a fondo, de tal forma que se sienten precedentes como para extirpar de raíz esa especie de cáncer que puede hacer metástasis en el cuerpo de la Revolución, sin retorno.
Ello seria una catástrofe de tal magnitud que un tsunami se quedaría pequeño ante las consecuencias a nivel nacional y mundial, que se llevaría por delante las esperazas de millones de seres que ven en el modelo venezolano, la salida a sus tragedias.
Ahora bien, si hemos sido capaces de tomar decisiones que requieren no solo voluntad política, sino guáramo como las nacionalizaciones, expropiaciones y ocupaciones temporales para adecuar el aparato productivo, a la necesidad de implementar de manera real las formas de reivindicar, de una vez por todas al pueblo y garantizar los cambios, ¿por qué tal actitud como que no se siente ni se palpa a nivel del movimiento político, que a la hora de una evaluación por parte de un jurado implacable, es quien se lleva la responsabilidad directa de los laureles o las derrotas?.
Resolver este dilema, es urgente, como dice Stalin, dos años es poco tiempo por lo que hay que acelerar la marcha y hacer que la prédica insistente del líder fundamental que habla de la necesaria radicalización, se materialice más temprano que tarde, para no tener que lamentar, esta vez “ad infinitum”, no haber dado el paso cuando aun era posible.
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